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en Neuquén

El hombre que cambió de género para poder litigar contra su ex

Para la ley argentina el género es una vivencia personal y autopercibida, por ende no admite mediciones o validaciones externas.

Un hombre consideró que estaba en desventaja al litigar contra su ex, así que decidió usar la Ley de Identidad de Género para identificarse como mujer y continuar la acción legal.

Eduardo Horacio solicitó la rectificación de su género en la Provincia de Neuquén y obtuvo tal reconocimiento los primeros días de enero de 2022. Así, ahora se llama Eduarda Horacia, y en declaraciones públicas a la prensa, admite que realizó este trámite por motivos legales: siente que en el proceso como varón en un litigio contra su ex-pareja se encontró muchas veces en desventaja jurídica.

Este hecho fue condenado públicamente por algunas instituciones vinculadas a los derechos de las mujeres y tildado de oportunista y fraudulento. El caso, al igual que otros ocurridos en el pasado, agitó las aguas respecto a los límites en la utilización de la Ley de Identidad de Género (LIG), que al no exigir más que la expresión de la simple voluntad, posibilitaría un abuso por parte de quienes intenten sacar ventaja identificándose de un modo distinto al asignado al momento de su nacimiento.

Técnicamente la solicitud de cambio de género de Eduarda Horacia no es fraudulenta ni infringe ninguna ley. No existe manera de interponerse ante el pedido que esta persona realizó siguiendo los debidos procesos. La ley no exige que la persona demuestre de manera alguna su condición transgénero y es esa una de las virtudes que más firmemente han aplaudido los movimientos por la despatologización de las identidades trans.

En otros países, acceder al cambio registral del sexo en los documentos obliga a las personas a someterse a pericias psicológicas/psiquiátricas, procesos judiciales e incluso a la modificación de sus cuerpos con tratamientos hormonales y cirugías. Para la ley argentina el género es una vivencia personal y autopercibida, por ende no admite mediciones o validaciones externas. Su simple expresión es motivo suficiente para la obtención del reconocimiento.

Ante la prensa esta persona ha señalado que ahora que tiene su documento de mujer, se siente protegida. En el pasado, fue acusado por su pareja de violencia de género y también del abuso de su hija, situaciones que a su entender no fueron probadas debidamente, sino que se sostuvieron en la tendencia de la justicia a favorecer a las mujeres en tales casos.

También señala haber recibido agresiones por parte de familiares de su ex-pareja frente a los que no puede defenderse de otro modo que amparándose en esta estrategia. Asimismo señaló que la justicia privilegia a las mujeres al momento de determinar la tenencia de los hijos, razón por la cual decidió hacer el cambio de género en su DNI.

Esto deja en evidencia que Eduarda no busca validar ante el estado su identidad autopercibida, sino que acude a ella como una estrategia para presentarse ante la justicia bajo un estatus diferente.

Fuente: Página 12

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