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Qué dijo el policía acusado de violar a la testigo clave del caso García Gurrea

Negó la acusación. Habló de relaciones consentidas. Dijo que se conocían de antes con la supuesta víctima y aseguró que tiene pruebas. En esta nota, todos los detalles.

Foto ilustrativa.

En las últimas horas, La Brújula 24 detallaba todo sobre una inesperada derivación que tomó la causa respecto a la búsqueda de Gabriel García Gurrea, el hombre que fuera visto por última vez hace casi seis meses y del cual no existen indicios de su paradero.

En concreto, lo que este medio difundió daba cuenta de una denuncia realizada por una testigo clave del caso, que bajo identidad reservada apuntó a la vinculación de un lavadero de autos con la familia de Antúnez, principales sospechosos del caso que lleva varios meses de investigación.

¿Qué es lo que declaró? que el policía que estaba a cargo de su cuidado entró a su vivienda y la violó. El agente está preso en la Federal. Se llama Sebastián Ezequiel Alfonzo, es oficial ayudante de la comisaría de General Daniel Cerri.

Ahora, este equipo periodístico accedió en forma exclusiva a la declaración del uniformado, quien niega haber abusado de la mujer. De hecho, asegura que mantuvo relaciones con ella, aunque fueron consentidas.

La denuncia de la mujer

El  día 13 de noviembre del 2021, siendo aproximadamente las 00.20, Alfonzo se presentó en la casa donde reside la denunciante, en ejercicio de sus funciones como efectivo policial de la Sub comisaria de Cerri, y en función de la tarea de custodia dinámica que había estado ejerciendo para protección de la nombrada como testigo…ingresó al domicilio y primeramente permaneció junto a ella en el sector del living donde comenzó a insistirle con darle un beso, negándose y esquivándolo, para levantarla de los brazos y con fuerza de la silla, tomarla de las caderas, sentarla encima del mismo, y tocarla, darle besos en el sector del cuello y manosearla en la zona de los pechos, en tanto se refregaba su miembro viril, todo en contra de la voluntad de la víctima, luego mientras la mantenía apretada fuertemente del brazo, él refregaba su cuerpo sobre la misma, ante lo cual la víctima le manifestaba en todo momento su negativa al intercambio sexual. Inmediatamente, la arrojó contra una pared con fuerza, provocando dolor en la espalda de la víctima, y luego la trasladó al sector de la habitación, la arrojó sobre la cama, (pudiendo la víctima observar que el imputado se quitó el cinturón que contenía su arma reglamentaria, le sacó la calza -siempre sujetándola fuerte de los brazos, causándole dolor, y la penetró en contra de su voluntad y sin usar preservativo.

La respuesta del policía

“Yo la conozco a esta chica a raíz de un llamado del 911, no recuerdo exactamente la fecha, creo que fue el 31 de octubre. Para esa fecha ya no existía custodia dinámica dispuesta sobre el domicilio de ella, el llamado surgió porque se habían escuchado detonaciones de arma de fuego en su vivienda. Yo arribo en el móvil a su domicilio junto con el Sargento Kormmann , revisamos el patio, no encontrando indicios de impactos de bala ni de personas rondando el lugar, se pasó por capa de emergencias, se informó el resultado para que cierren la carta de llamada y luego ella me informó que le avisaba cada vez que escuchaba ruidos y demás a mi jefe directo y como yo estaba de guardia ese día, me solicita mi número de teléfono a fin de avisarme directamente a mí para acotar tiempos y por si surgía alguna otra eventualidad. Por lo que le pasé mi teléfono. Luego de eso ella comenzó -en la madrugada de ese mismo día, al rato que me retiré del lugar, a escribirme en principio para agradecerme por haber ido al lugar, esa noche intercambiamos algunos mensajes, siempre en el contexto de que yo me había apersonado en el domicilio ante el llamado”.

“Al otro día continuamos intercambiando mensajes, yo le refiero que ya no me encontraba de guardia en Cerri, sino cubriendo un servicio adicional en Bahía Blanca, ahí quedó sin efectos el contexto del llamado, y comienzan mensajes de índole personal. Ella me dice que yo estaba muchas horas sin dormir, continuamos hablando, yo le digo en un momento que no estaba de guardia y que al no tratarse de cuestiones laborales, me parecía que no correspondía que continuáramos con la conversación y que esto me podía traer problemas, ella me dice que me despreocupe porque era ella la que me estaba hablando. Continuamos conversando, indagando ambos sobre nuestras vidas, sobre que estaba haciendo en ese momento y demás. Pasaron los días y esta conversación continuó de la misma forma, conociéndonos un poco mediante mensajes, ella me comentó algunas cuestiones personales, como que tenía problemas con la hermana y que la había echado de su casa, que no quería estar sola en su domicilio. Siguieron los mensajes y yo la invito a mi casa, a lo que ella accede, visita que luego no se concretó porque ese día ella fue al cumpleaños de su sobrina cerca del Hospital Penna, había referido que después venía, pero no concurrió a mi casa ese día”.

Al otro me dice en otro mensaje que no había ido porque se había quedado con la hermana.         Seguimos con el intercambio de mensajes constantemente, en algún mensaje me dijo que tenía el padre preso injustamente y que la policía lo había inculpado, no me refirió cuál era el hecho por el cual estaba encarcelado. Yo le dije que ya me habían comentado mis compañeros de trabajo de esta situación, y que no iba a hacer juicio de valor al respecto, que él era una persona y ella otra, que no la iba a calificar de mala manera por esto del padre, sin conocerla”.

“Volvimos a acordar un nuevo día para que viniera a mi casa, a la noche a dormir conmigo, me refirió un día que se estaba preparando para dirigirse a mi domicilio, no recuerda qué fecha fue, está todo en mi teléfono, me dijo que me avisaba cuando saliera hacia mi casa. Luego dijo que estaba en el centro y la esperaba para tomar juntos el colectivo, pero ella no asistió y tampoco le envió mensaje, esperó hasta determinada hora y después se fue a su casa. Después al otro día cuando se despierta tenía un mensaje de ella pidiéndole disculpas por no haber asistido, le consulta los motivos por los cuales no había ido, ella le envía un audio y le dice que no tenía problema de ir a su casa, que le diría que sí sin pensarlo, pero le daba vergüenza porque se conocían muy poco. Yo entonces le dije que si , es cierto nos vimos una sola vez, podríamos vernos en algún otro lugar para conocernos. Ella me dice que tenía razón, que era verdad y que podía ir más seguido a su casa. No puede dar precisiones de cuando tuvieron esta conversación, cuántos días ante del hecho. El día miércoles, antes del hecho, ella me envía un mensaje y me cuenta que había estado en White, que la comida le había caído mal y que no podía parar de vomitar. Le pregunté si estaba con alguien, si se podía ir a comprar algo o asistir a la salita para que la vean, me dice que se sentía muy mal y que no contaba con los medios para comprarse nada. El día viernes entré a la noche en la Subcomisaria de Cerri, y le envié un mensaje para ver cómo continuaba con su malestar, ella me dijo que seguía mal y sumado a eso contaba con dolor de muelas, le consulto si había ido a algún lado para ser atendida, si contaba con medicación para que se le pase, me dice que fue a la salita de Bordeu, pero que no la habían atendido y que tenía que sacar un turno con el médico clínico y que no lo había sacado, por lo que le sugiero que concurra a la salita de Cerri”.

“Como ella no se ubicaba bien en Cerri, le explico cómo concurrir, pero me dice que no iba a ir porque tenía que levantarse temprano, era tarde. Le dije que fuera a comprarse algo y ella me refiere que no podía ir porque ya era tarde, ahí le pregunté si estaba sola, ella me dice que si y entonces le digo que voy a tratar de ir a llevarle algo. Compro una botella de Gatorade grande en la estación de servicio de Cerri y en la farmacia de calle Saavedra compré keterolav y sertal en gotas y me dirigí a su domicilio. Le aviso que estaba afuera cuando llego, ella sale, me abre y me invita a pasar. Yo le digo que me tengo que ir y ella me insiste para que pase un segundo. Me ofrece mate y me quedé a charlar un rato, le digo que no. Luego empezamos a besarnos mutuamente, en ese momento estaban sentados en dos sillas en el living de la casa, ella se para y se sienta sobre mí y continúa besándome ……. (describe las relaciones sexuales)”.

“………. Luego me abraza y me da un beso. Le digo que me voy, me acompaña hacia afuera, y me dice “bueno gordito avisame cuando llegues” . Fui a comprarme comida antes de ir a la comisaria, cuando estaba esperando que me la dieran le mandé un mensaje a diciéndole que estaba bien, ella me consultó si se había manchado la remera, yo le referí que sí, pero que con la camisa puesta no quedaba a la vista, no se notaba. Serían tipo 1.00 o 1.30 y tomé conocimiento del llamado al 911 a través de un compañero. Luego me llama mi superior, quien me pregunta si tenía conocimiento del llamado al 911. Yo le digo que ya volvía y enseguida me comunico y ahí me dice si había estado en el lugar, con ella y yo le comento que si, que venía enviándome mensajes con esta chica desde hace unos días”.

“En ese momento me dice que fuera a la dependencia. Cuando llega a la comisaria lo espero, quien concurrió a las 4.00, y cuando él viene le hice entrega de mi teléfono, mi remera y mi arma reglamentaria. Después de un rato me informó que debían proceder a la aprehensión. Yo sabía   que ella tenía una custodia por ser testigo del caso Gurrea y que esta custodia se había levantado, antes de que yo la conociera. Yo le he comentado los estados de WhatsApp con caritas y corazones y ella a mí también. No tenía conocimiento de que tenía HIV, me enteré después cuando fui al Hospital Penna. No hablamos con ella antes de tener relaciones de la protección”.

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