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Sangrienta toma de rehén: dos muertos, más de 300 disparos y 10 horas de tensión

Después de más de 10 horas de tensión por una toma de rehén en el centro de la ciudad bonaerense de Caseros, en el distrito de Tres de Febrero, la Policía irrumpió en la vivienda donde un hombre, fuertemente armado, mantenía cautivo a un amigo y abatió al agresor. Además, al menos dos efectivos resultaron heridos tras el enfrentamiento con el atacante.

El grupo Halcón rodeaba la zona y los investigadores dudaban del estado de salud de la víctima. Desde ayer a la noche, los presentes en el barrio oían continuos disparos que salían de la vivienda.

“Ya lleva más de 300 tiros”, dijo a TN el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Según el funcionario, que está en el lugar del hecho, “es impresionante la cantidad de municiones que tiene; son detonaciones de alto calibre”.

El funcionario puso en duda el estado de salud del rehén: “No creemos que esté en buen estado el acompañante”. Incluso, desde hace varios minutos, los investigadores temen que el rehén ya no esté con vida. “No escuchamos ningún tipo de señal de que estuviera vivo”, señaló Berni en radio La Red.

El episodio comenzó ayer a las 23.30 en una casa ubicada en la calle Tres de Febrero al 3964 cuando el agresor, identificado como Alejandro Maldonado, de 40 años, decidió tomar cautivo a uno de sus allegados. Al parecer, antes se había producido una cena familiar que habría derivado en una discusión con su pareja.

De acuerdo a las primeras versiones recabadas por los investigadores, el agresor habría atacado a su mujer Paula tomándola del cuello y el resto de los presentes lograron rescatarla. Tres adultos y un menor escaparon de la vivienda y uno de los amigos del atacante -el ahora rehén, identificado como José Alejandro Cáceres, de 47 años- se quedó para intentar contenerlo.

Berni calificó la situación como “de altísimo riesgo”. “Tiene alteraciones mentales bastante importantes, incluso un delirio de que se ha preparado para la Tercera Guerra Mundial, con chalecos antibalas y máscara antigás”, contó el ministro. “Cuando quiere grita, cuando quiere habla. Está totalmente enajenado”, agregó.

Fuente: La Nación.

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