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Causa bobinas blancas: los siete acusados fueron condenados

El Tribunal solicitó la detención de uno de los procesados y fijó audiencia para la lectura de la sentencia para el 4 de noviembre.

Los siete procesados por el caso conocido como “bobinas blancas” fueron condenados este mediodía con penas de entre 15 y 5 años de prisión, al cabo del debate que llevó adelante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal.

Por lectura de secretaría se informó que la lectura de la sentencia se realizará el 4 de noviembre, al tiempo que se ordenó la inmediata detención de uno de los acusados, que hasta el momento gozaba de la libertad.

El fallo dispuso el rechazo de distintos planteos de nulidad e inconstitucionalidad que realizaron las defensas, por lo cual las siete personas que llegaron a juicio, fueron condenadas en esta causa que tuvo gran repercusión nacional e internacional.

Max Rodríguez Córdova fue condenado a 15 años de prisión; mientras que Jesús Madrigal Vargas y Gilberto Acevedo Villanueva recibieron una pena de 14 años de cárcel. En los tres casos (todos son de nacionalidad mexicana) se los responsabilizó de almacenamiento de estupefacientes por parte de tres o más personas en distintos días de los meses de junio y julio de 2017.

Marcelo Rafael Cuello y Amílcar Darío Martino fueron condenados a 6 años de prisión cada uno.

Emanuel García fue sentenciado a 5 años y se ordenó su inmediata detención.

Darío Cuello también fue condenado a 5 años de prisión.

El Tribunal entendió probado que en un galpón ubicado en calle México, entre G. Mosconi y F. Ramírez, del Parque Industrial de la localidad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, se almacenaron 1375,896 kilogramos de cocaína, y que en otro galpón emplazado sobre la Ruta Nacional 40, en el partido de Luján de Cuyo, provincia de Mendoza, se almacenaron 486,21 kilogramos de cocaína.

Sede del Tribunal Oral en lo Criminal Federal.

LA FORMA DE OPERAR DE LA ORGANIZACIÓN NARCOCRIMINAL

A lo largo del debate, se comprobó que el almacenamiento de la droga formó parte de una sofisticada logística llevada a cabo de manera conjunta y coordinada por los nombrados, quienes con intención de exportar la sustancia encontrada en Bahía Blanca realizaron un inédito y complejo mecanismo de ocultamiento de 1258 panes de cocaína en 8 estructuras huecas recubiertas con varias vueltas de láminas de acero enrolladas, aparentando ser bobinas de acero normales. 

A su vez, se comprobó que la droga almacenada en un galpón en la provincia de Mendoza se encontraba distribuida en diversas bolsas de arpillera, disimulada y oculta principalmente entre piedras y cal, probablemente con el mismo objetivo de exportación.

La prueba producida en el juicio también permitió al Tribunal tener por acreditado que la banda tenía una clara vocación de permanencia en el país (conformando una red estable de tráfico internacional), y que se financiaba mediante un doble sistema de remisión de fondos desde el exterior.

El primero, en blanco, proveniente de transferencias bancarias realizadas por empresas extranjeras a empresas nacionales, siendo estas últimas las encargadas de comprar las bobinas de acero en el mercado interno, entregarlas a los miembros de la banda, y luego exportarlas a su nombre.

El segundo, en negro, a través del envío de bitcoins al trader porteño Emmanuel García, quien entregó (a cambio de aquellas criptomonedas) al menos 468.000 dólares estadounidenses a diversos miembros de la banda.

INTERROGANTES QUE NO PUDIERON SER ACLARADOS

En el debate no pudo establecerse con claridad cuál sería el o los países a los cuales la banda remitiría las bobinas cargadas con droga, aunque aparecieron España y Canadá como probables destinos, hipótesis que se vio reforzada por haber quedado comprobada la existencia de al menos tres exportaciones previas de bobinas de acero realizadas desde nuestro país hacia aquellos países durante 2016 y 2017 (maniobras que, cabe aclarar, no fueron juzgadas en el debate).

Tampoco pudo determinarse el lugar de elaboración de la sustancia hallada, ni individualizarse a los autores de aquella tarea.

Si bien todos los imputados (a excepción de García) admitieron durante el Juicio su responsabilidad sobre los hechos, nada relevante dijeron que permitiera despejar estos interrogantes.

El fiscal actuante en el debate fue Gabriel González Da Silva.

LOS JUECES INSTARON A PROFUNDIZAR LAS INVESTIGACIONES

El juicio, que comenzó en el mes de febrero y se extendió por más de seis meses, fue llevado a cabo por jueces subrogantes, a raíz de la vacancia que por aquel entonces existía en el Tribunal Oral Criminal Federal bahiense. El fiscal actuante en el debate fue Gabriel González Da Silva.

El Tribunal dispuso el decomiso de una pluralidad de bienes que formaron parte de la maniobra delictiva, entre los cuales figuran automóviles, dinero en efectivo y una multiplicidad de instrumentos empleados durante las tareas de ocultamiento de las sustancias prohibidas.

A su vez, los magistrados pusieron a disposición de la Fiscalía y de la querella (AFIP-DGI) la totalidad de los expedientes y documentación que conforman la causa, a fin de que extraigan las copias que estimen corresponder y, en ejercicio de sus respectivas facultades, profundicen las tareas tendientes a dar con el paradero de los restantes miembros de la banda que aún se encuentran prófugos, y formalicen una serie de denuncias e investigaciones por diversos hechos derivados de la presente causa que, como anticiparon en sus respectivos alegatos finales, podrían encuadrar en otras figuras delictivas. 

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