denuncia contra hogar trucho
“La dueña del geriátrico contagió de Covid a mi papá y le robó una silla de ruedas”
Cristina González explicó la negligente conducta de la mujer que se aisló allí e infectó a todos los abuelos. “En el hospital me afirmaron que llevaba 15 días cursando una neumonía”, se quejó indignada.
Cristina González es la hija de Eustaquio, el abuelo fallecido a comienzos de semana por Covid-19 en un geriátrico trucho ubicado en Rivadavia al 1100, relató lo sucedido y acusó directamente a la dueña del hogar por la negligente atención que recibió no solo su papá, sino también el resto de los residentes en dicho establecimiento.
“Todo comenzó el jueves, cuando por la noche me acerqué a pagarle a Estefanía Medina, quien lo señaló a la distancia mientras se encontraba sentado en una silla de ruedas”, inició el testimonio en LA BRÚJULA 24, recordando que no pueden acercarse a los internos por cuestiones de protocolo.
Luego, continuó con la crónica de lo acontecido: “Al día siguiente, me dicen que a mi papá no le entraba aire a los pulmones. Le pedí que llame al SAME, pero esta mujer (que luego descubrí que se llama Soledad, porque suele cambiarse su nombre) me dijo que iba a convocar a la enfermera. La profesional no vino y decidió llevar a mi papá en su propio auto, pese a que yo insistía en que venga una ambulancia”.
“Cuando lo vi, él ya estaba muy mal. Sufría Alzheimer y costaba que use el barbijo. En la guardia ya lo escuchaba respirar muy mal. Lo internaron en la terapia intensiva Covid del Hospital Municipal. Luego de 45 minutos, la doctora me llamó y me dijo que estaba muy grave”, sostuvo Cristina, en su charla con el periodista Germán Sasso.
Y prosiguió: “Me pidió que me vaya a mi casa y a las 15 me llamaron para confirmarme que tenía coronavirus. A las 23, me aseguraron que estaba muy grave por una neumonía bilateral. No me daban esperanzas, aunque no lo quería creer. Murió en la madrugada del lunes”.
“Me entregaron los papeles en el hospital y lo velamos. El martes, mi cuñada llama a la dueña del geriátrico para pedirle la silla de ruedas que teníamos que devolver a PAMI. A lo que nos respondió que no la iba a regresar y le dijo de todo. Incluso le dijo que vaya, que no tenía ningún problema de conocerla”, reveló, respecto al clima de ebullición que comenzó a ganar fuerza con el transcurrir de las horas.
Con relación a lo que vino después, sostuvo: “Tocamos el timbre y no atendió, pero mi otra cuñada se puso nerviosa y le rompió el vidrio, mientras esta mujer miraba desde adentro. Nosotros queríamos que saquen a todos los abuelitos de adentro, pero nos dijeron que estaban todos contagiados”.
La dueña del geriátrico y su familia tenían Covid y fue a trabajar igual, infectando a los abuelos y contagiando a mi papá, que no estaba vacunado. Tampoco tenía habilitado el hogar porque no hizo ningún trámite. La doctora me dijo que hacía 15 días que mi papá presentaba neumonía”, agregó la mujer.
Por último, con un dejo de tristeza, resaltó: “En este tiempo no pude hablar con él porque sufría de Alzheimer y ya no se comunicaba con nadie. Ella lo trataba bien, siempre estaba bañado y cambiado. No entiendo por qué se aisló con Covid en un lugar de tan alto riesgo”.
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