Locos por el sexo: entre tríos, infidelidades consentidas y cambio de parejas

Por Fernando Quiroga
Especial para La Brújula 24

Pocas cosas generan mayor consumo y curiosidad que el sexo. Ya sea el propio, el ajeno, al que queremos arribar o el que queremos corregir, el tema despierta tanto revuelo y fascinación que no podemos permanecer ajenos ni un minuto. El mercado de producción audiovisual lo sabe, y por ello genera contenidos polémicos al respecto. Hace muy poco, y en este aparente marco de pos pandemia los crecientes abonados a Amazon Prime Video, descubrieron una serie relativamente reciente (se subió a la plataforma a fines del 2019), que había pasado relativamente inadvertida durante el año pasado, en el marco del COVID19.

Como fuere, rápidamente, la producción mexicana “El Juego de las Llaves” comenzó a escalar en el interés de la gente hasta convertirse en una de las favoritas en Latinoamérica. Lo interesante de este formato novedoso, donde los televidentes (si podemos seguir llamándonos así…) ya no preguntamos ¿quién trabaja en la serie? sino que nos dejamos llevar por las temáticas, es que allí descubrimos a la increíble Maite Perroni, heroína fatal de otro thriller bastante sexy llamado Oscuro Deseo, ese sí estrenado el año pasado y con mucho éxito en Netflix.

Lo cierto es que lo bueno no puede permanecer oculto, y la tira protagonizada por la actriz mexicana a la que acabamos de mencionar, acaba de convertirse en tendencia.

La historia es más que interesante. Nos habla de cuatro parejas amigas entre sí, de las cuales tres de estas, sólidas y bien constituidas por gente entre los 30 y 45 años, no escapan a la formación y los pruritos previos a la madurez. De manera imprevista, y en una reunión promovida por la cuarta pareja, se enfrentan a un arriesgadísimo desafío: Entrar en el estimulante universo del mundo swinger. Acceder a este reto, los sumergirá en el vértigo del deseo, la culpa, y otras tantas fuertes emociones que conllevarán a la redefinición de todo lo que son. Las situaciones, no solo afectarán a los matrimonios, sino a cada uno; cuestionarán el lugar individual frente a la sociedad actual, donde aparentemente los impulsos, son más fuertes que la tradición y las responsabilidades.

Técnica, estética y argumentalmente, la serie es demasiado buena. Lo concreto (e incómodo) en el comienzo de cada capítulo, es que nos regala un dato verídico de la sexualidad humana que, después se desarrolla en la desopilante trama argumental. Esta, fascina y suscita controversias al mismo tiempo.

Sinceramente, no considero que sea una serie para ver junto a la pareja en el sillón del living, salvo que el diálogo, desde siempre, haya fluido en libertad.

¿Debo hablar con mi pareja para que ambos probemos el sexo con otras personas?
¿Todos deseamos hacerlo pero no nos atrevemos a experimentarlo?
¿Sigue siendo “infidelidad” si ambos estamos de acuerdo?

Muchas cuestiones por responder al momento de ver El Juego de las Llaves.

¿Y vos? ¿Qué pensás?