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informe especial

El nuevo rol de las delegaciones para acortar distancia con el vecino

El aún reciente cambio en el organigrama municipal plantea objetivos a mediano y largo plazo. El primer balance de quien coordina el trabajo territorial. Y un recorrido por cada uno de los barrios y sus principales inquietudes.

Por Leandro Grecco, redacción La Brújula 24
[email protected]

La referencia más significativa de los vecinos que habitan la ciudad está caracterizada en la figura del delegado municipal, siendo este el canal de comunicación que más a mano tienen quienes habitan los diferentes barrios de Bahía Blanca. Su figura suele ser controversial por la enorme demanda de soluciones que debe brindar, respondiendo en ocasiones con celeridad y eficacia ante problemas que hacen al quehacer cotidiano.

Son elegidos por el Intendente de turno y ocupan un rol fundamental. Muchas veces se debatió si debían ser elegidos por los propios ciudadanos, más allá de cualquier tipo de ideología política, el perfil que suele buscarse es el del habitante del sector conocedor de hasta el más recóndito rincón, de aquella calle cortada que pocos transitan y de la enorme mayoría del vecindario.

La irregular densidad demográfica y su “desprolija” expansión territorial convirtieron a las delegaciones municipales en un bastión de las gestiones de cuanto jefe comunal se haya sentado en el sillón de Bordeu. No obstante, han existido múltiples intentos por reformular sus funciones y acotar el margen de acción de los que están a cargo de conducirlas, a sabiendas de que el desafío no resultaría nada sencillo.

En las últimas semanas del año pasado, Héctor Gay modificó la impronta de las mismas, reconvirtiéndolas y otorgando funciones diferentes al momento de plantear una conducción más territorial para algunos funcionarios y operativas para otros. Mientras tres integrantes del gabinete se hicieron cargo de la labor más dura –vinculada con la infraestructura– los restantes se abocan a situaciones vinculadas con políticas sociales y salud, además de la relación con las instituciones intermedias y ONGs.

Un cambio que, como suele ocurrir casi irremediablemente, suele despertar el rechazo por el temor a lo desconocido. Sin embargo, con el correr de los meses, el repudio se fue acallando y, desde LA BRÚJULA 24, intentaremos echar luz en cuestiones que aún no logran comprenderse sobre el nuevo organigrama que pretende dejar las dudas de lado y aportar claridad, siempre con los vecinos como objetivo primordial.

Cambio de organigrama

El Director General de las delegaciones municipales, Fabián Tuya, desgranó parte de la labor expuesta en el inicio del artículo periodístico, apoyándose en los objetivos que se fueron trazando en el devenir del paso del tiempo, a partir de la visión periférica de la realidad individual y colectiva. Su rol en cuanto la coordinación y planificación estratégica en la que debe establecer prioridades para cumplir con las necesidades es el gran desafío que día a día asume con responsabilidad.

“Los primeros objetivos se han logrado. Se ha implementado una metodología que acompañó el cambio de organigrama, el cual consiste en un tablero de control donde se registran las necesidades de cada delegación, y permite planificar las acciones de las distintas secretarias”, comenzó analizando Tuya.

Además, quien tiempo atrás ocupara una banca en la legislatura bonaerense añadió que “es una herramienta a través de la cual, el delegado interactúa con las áreas operativas del municipio, realiza un seguimiento de las tareas pendientes y periódicamente utiliza los datos para hacer un análisis de cada sector, tomar decisiones basadas en la información, realizar evaluaciones e implementar mejoras a la gestión”.

“La mayor demanda está direccionada hacia el mantenimiento de las calles de tierra, colocación de luminarias e inseguridad”

Consultado respecto al diagnóstico que se puede realizar de los distintos sectores de la ciudad en función de la comprensión que tiene el bahiense de las soluciones que les puede otorgar su delegado, agregó que “el vecino tiene un delegado que representa al Intendente en el territorio, debe relevar la opinión de la gente, recorrer la delegación y actuar como nexo con el municipio para gestionar mejoras continuas en su sector”.

“Si bien se registran reclamos en todos los sectores, cada lugar tiene sus características y eso hace que la demanda sea diferente. No es la misma realidad en el Centro con relación a los barrios”, sostuvo en relación con un paradigma tan real como histórico.

Y lo resumió del siguiente modo: “El vínculo con las instituciones siempre se dio a través de distintos sectores del municipio que abordan temas específicos. Lo que se persigue con este cambio es que las organizaciones y vecinos cuenten con una persona que tenga una mirada integral del territorio, que sea de fácil acceso, articulador con el municipio y acompañe las acciones hasta que se logren los resultados esperados”.

“Las distintas necesidades de los vecinos son tomadas por los delegados como una responsabilidad. Si bien ahora no son los encargados de planificar las acciones relacionadas con infraestructura, trabajan como equipo con el área operativa. Los delegados informan a través de la herramienta desarrollada a infraestructura necesidades que identifican o reclamos de vecinos”, dictaminó Tuya, durante la charla con este medio digital.

Asimismo, recalcó que “los referentes de la secretaria revisan diariamente la plataforma para evaluar si hay solicitudes que deben incorporar en su organigrama. Infraestructura es responsable de realizar el trabajo, pero es el delegado quien debe llevar a cabo el seguimiento hasta que sus pedidos se resuelven”.

“Se logró de esta forma, facilitar los canales de comunicación y optimizar el trabajo en equipo. Si bien hay mucho por hacer con esta nueva organización, buscamos ser más eficientes, utilizar la información para obtener mejores resultados, cuidando los recursos”, concluyó el Director General de delegaciones.

Delegación por delegación

En un relevamiento puntilloso, este diario digital recorrió las necesidades de cada sector, haciendo un punteo de los ítems más recurrentes, según la ubicación en el mapa, sabiendo que a medida que se aleja del micro y macrocentro, las carencias son cada vez más notorias y la desigualdad, prácticamente imposible de disimular por más parches que se puedan intentar poner para maquillar una realidad.

Delegación Centro.

La Delegación Centro suele estar considerada como un oasis en comparación con el resto. Allí, las mayores controversias se plantean con aspectos vinculados con la recolección domiciliaria de ramas. “Por teléfono o vía Web ingresan en promedio hasta 50 llamados diarios y es así que la disposición de las mismas también es una situación no tan sencilla de resolver”, destacó Rodrigo Chiesa, quien se encuentra al frente del espacio de descentralización de servicios públicos que involucra las manzanas más cercanas a la Plaza Rivadavia.

En Delegación General Daniel Cerri, su titular es Fabián Fabrizzi y al ser consultado por este medio, reveló que el desvelo más grande está vinculado con uno de los temas del momento: la falta de agua. “Esta falla se acentúa en barrios como Los Chañares, Don Ramiro y Villa Bordeu. El mantenimiento de las calles y la ausencia de cordones cuneta, badenes, desagües y alcantarillas también conspiran contra el desarrollo del sector”, aseveró.

Y recalcó que “esta situación hace que después de cualquier precipitación deba volverse a trabajar en el perfilado y corte de las calles. Y se complica aún más en suelos naturales como los de Bordeu y mucho más en Cerri que por la proximidad a la ría hace que este necesite de un aporte permanente. Es justamente allí donde solo el 10% de las arterias son de asfalto u hormigón, mientras que Don Ramiro y Los Chañares ni siquiera alcanzan ese guarismo”.

Por último, Fabrizzi recalcó que “la distancia que hay al relleno sanitario ayuda en la proliferación de basurales a cielo abierto, los cuales si no son intervenidos rápidamente se trasforman en lugares de costumbre para desechar residuos”, al tiempo que admitió que reciben frecuentemente “consultas permanentes por pedido de trabajo y terrenos para construir”.

Villa Rosas e Ingeniero White están bajo la órbita del doctor Gustavo Avellaneda, conocido abogado de la ciudad. Y pese a la cercanía de una y otra, tienen realidades en cierto modo diametralmente opuestas. “En el caso de la primera, la mayor demanda se centra en la atención de los barrios con déficit de infraestructura: calles, mantenimiento en casos de anegamientos, luminarias, y limpieza de basurales que se forman. Además, prestamos atención social con bolsones de comidas, planes alimentarios, apoyo a merenderos y comedores sociales”.

Luego, describió la situación de White: “Aquí hay graves problemas de basura urbana no domiciliaria. Además, una creciente demanda en cuanto al mantenimiento de calles de tierra, sobre todo en el Boulevard Juan B. Justo y Saladero, lo propio ocurre con los pedidos de riego y fumigación. Por último, en muchos sectores se requiere el recambio de luminarias que por la pandemia se demoraron en reemplazar”.

En Cabildo –delegación más alejada geográficamente del municipio– los pedidos más habituales son el estado de las calles de tierra y los caminos rurales. La formación de basurales a cielo abierto, siendo en este punto donde Darío Lolli, titular de la delegación municipal, pidió mayor participación de los vecinos para pedir que denuncien a aquellos que observen descartando residuos en lugares prohibidos.

Además, Lolli trajo a la luz una temática que hasta aquí no había sido mencionada por ninguno de sus colegas: “Cuando comiencen las clases, particularmente en el nivel universitario, se suelen recibir quejas por las frecuencias de los colectivos que deben recorrer una importante cantidad de kilómetros hasta las casas de altos estudios bahienses”.

Delegación Norte.

A su turno, Leandro Silva (responsable del territorio de Norte y Sesquicentenario) apuntó directamente a la falta de agua como el dolor de cabeza más generalizado de los vecinos del lugar. No obstante, planteó una suerte de paradoja: “Las lluvias deterioraron todo el trabajo que se había hecho en calles de tierra, debiendo repararlas nuevamente. No es sencilla la logística de los regadores porque en verano con las altas temperaturas duran muy poco tiempo mojadas, lo que hace que el polvo en suspensión sea notorio. No obstante, tratamos de cumplir en la medida de las posibilidades”.

Algo similar ocurre en la Delegación Harding Green, cuyo titular –Pablo Landeiro–hizo un muestreo de la realidad: “La reparación y mantenimiento de las calles son el principal problema ya que el sector es muy extenso, cuenta con 34 barrios de los cuales uno solo en su totalidad tiene calles pavimentadas (Prensa), el resto está compuesto por calles de tierra y con distintas problemáticas”

“Recrudece en sectores que desembocan a Rafael Obligado (San Miguel, Villa Gloria, Villa Elena y Grünbein), allí los conflictos vienen de arrastre de agua, al igual que San Ignacio”, sostuvo el ex futbolista, al tiempo que agregó que “otros como Las Cañitas, VHG, 17 de Mayo, Barrio Parque San Agustín, tienen algunas calles en las cuales no drenan bien y se acumula el agua”.

En tren de hacer un detalle minucioso, Landeiro aclaró que las “ramas son un gran problema, ya que al ser un sector de barrios con gran forestación constantemente hay requerimiento para recoger los restos de podas sin importar la época del año. Y los basurales no son muchos, pero si se repiten siempre el sector donde se forman”. Por último, dejó en claro que en esta crisis hídrica que azota a la ciudad, repartieron agua potable a más de 50 familias.

Landeiro también tiene bajo su responsabilidad a Las Villas. Allí, en diálogo con este diario digital, expuso que “la higiene urbana es el problema más significativo, dado que arrojan basura en cualquier lugar, incluso hasta en plazas. También representan un inconveniente el mantenimiento y arreglo de calles de tierra, acentuándose después de las lluvias, por ejemplo en la zona alta: Stella Maris, San Jorge, Cabré More, entre otros y la zona baja: Villa Esperanza, Villa Rosario, AEC, Villa Muñiz”.

“Las usurpaciones son un problema de difícil solución, en lugares recurrentes de tomas, como acontece en el 5 de Abril. Por último, el riego de las calles de tierra en época estival y la asistencia social en pandemia son aspectos que han requerido de mucho recurso humano y horas de trabajo”, cerró.

Por último, el turno de Noroeste, con Ignacio Caspe a la cabeza (tiempo atrás se desempeñó en el área de Políticas Sociales), quien hizo una detallada descripción: “La aparición de micro basurales que surgen por hábitos indebidos, es común ver vecinos que se desplazan en autos particulares y depositan sus residuos en distintos puntos de la ciudad o vecinos del barrio que acumulan basura en un punto. Y eso también trae aparejado la aparición de roedores”.

“El mantenimiento de las calles de tierra también es una de las problemáticas más frecuentemente atendidas para facilitar la conectividad entre los barrios. El buen estado de las calles sabemos que es necesario para que ambulancias, taxis, patrulleros puedan ingresar y circular por los barrios”, enfatizó quien descollara como basquetbolista.

Por último, resaltó que “el arreglo de luminarias también está entre las acciones más frecuentes. La delegación es además receptora de problemáticas que la exceden, como las pérdidas de agua y cloacales y la solicitud de acompañamiento en cuestiones sociales, no son temas propios, pero igualmente se intenta articular para brindar una solución a los vecinos”.

En suma, Bahía Blanca exige a gritos crecer de manera escalonada, pero también sostenida y pareja, acercando posiciones entre quienes experimentan las necesidades más básicas insatisfechas y aquellos que viven una realidad más holgada. Y, por más que parezca una frase hecha, mucho tienen que ver en esa igualdad quienes toman decisiones, desde lo micro a lo macro, desde las delegaciones hasta los más altos poderes ejecutivos de la ciudad.

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