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luego de 44 años

Adiós a un histórico de Bahía: por la crisis, cierra La Botica de Panema

La crisis económica que azota a los comerciantes y que se profundizó desde la pandemia, con la cuarentena decretada hace casi dos meses por el presidente Alberto Fernández, se cobró “una nueva víctima” en Bahía Blanca.

Se trata de La Botica de Panema, quien por estas horas ya comenzó con sus liquidaciones. Tal como confirmó Elizabeth (su dueña) en diálogo con LA BRÚJULA 24, no hay mucho más para hacer.

“Es triste porque son 44 años, tratando de darle un poco de alegría a la gente con las cositas que vendíamos, pero no da para más”, enfatizó, en su charla con el periodista Germán Sasso.

Y enfatizó: “No hay manera porque la presión del Estado es muy grande. Es un socio silencioso que se lleva el 60% de la ganancia y no hace nada. Y que cuando necesitás algo no está, no tiene sentido remar contra la corriente”.

“Por más que ahora se reabran los negocios con los protocolos, no puedo seguir adelante. Llegué a tener 14 empleadas y hoy tengo solo una. La remamos en los últimos años. Para colmo ni los sindicatos nos amparan”, se indignó en otro segmento de la entrevista radial.

Remontándose al nacimiento de un negocio visitado por generaciones de bahienses, recordó: “Abrí este negocio el 22 de marzo de 1976, en calle Zelarrayán, un localcito chiquitito enfrente a la Cultura Inglesa. Era una heladería, que me dejó el local, empecé cambiando libros y revistas. Me fue muy bien y me trasladé a Alsina al 200, donde estuve algunas décadas, y me mudé a una cuadra en 2007”.

“Todo el tiempo estuve yendo y viniendo a Buenos Aires para cumplir con el cliente. Antes tenía mucha bijouterie y accesorios, luego fui cambiando, según el requerimiento de la gente”, destacó.

En ese mismo sentido, enfatizó que “yo vivía de esto. Veré qué hago, si sigo vendiendo online desde mi casa. Es lamentable que estas cosas ocurran. En Bahía somos una familia grande y nos conocemos todos, por eso me puso triste lo de Águila y Santino”.

“Los alquileres en la ciudad son caros, comparados con locales en Buenos Aires, donde en calle Corrientes hay una enorme afluencia de potenciales clientes por las veredas. Igual entiendo al que tiene una propiedad”, cerró.

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