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MUNDO MASCOTA

Cómo saber si tenés que abrigar a tu perro este invierno

Abrigar a un perro no es lo mismo que vestirlo. Vestirlo con vestidos, pantalones o enteritos -por más amoroso que nos parezca- es una forma de antropomorfizarlo, de pretender dotarlo de características humanas cuando no lo es. Pero vayamos mejor a la parte de abrigar que sí es importante. La mayoría de la gente sensata que conocemos seguramente dirá que ponerle una manta pullover a un perro es un invento comercial o algo así. Quien escribe esta nota supuso que los expertos en el tema dirían que no, que no es necesario, que es un cuento para vender ropita para perros. Pero no, no fue así, no es para generalizar pero resulta que sí, que algunos perros necesitan abrigo para salir a la calle cuando hace frío.

Entendamos primero qué función cumple el pelaje en los perros. “El pelo es la cobertura del animal, es como un tapado que cumple varias funciones: lo aísla de la temperatura, lo ayuda a repeler la humedad y a filtrar los rayos del sol y evita el contacto directo con sustancias que podrían ser irritantes, o arañazos y raspones”, explica la veterinaria María Emiliana Jose. El asunto acá es que no todas las razas de perros poseen la misma clase de pelaje y algunos, entonces, tienden más a sufrir el frío que otros.

¿A cuáles abrigar?

Las razas más sensibles al frío son el Chihuahua, el Yorkshire Terrier, el Boston Terrier, el Bull Terrier Miniatura, el Bulldog Francés, el Pug Carlino, el Pelón Mejicano, el Crestado chino, el Pinscher Miniatura, el Dálmata, el Doberman, el Vizla y el Weimaraner. Es decir, los perros pequeños “que por una superficie cutánea menor a su volumen no logran mantener la temperatura adecuada para ellos- y los de pelo corto al margen de su tamaño”, señala Eduardo Tonelli, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de la UBA.

Entonces, ¿necesitan los perros usar abrigo en invierno? Algunos sí. Y no sólo los más pequeños y los de pelo corto, sino también los cachorros, las mascotas enfermas y los más viejos. Explica Tonelli que “los perros ancianos sufren más el frío por dos razones: por un lado, no pueden mantener una correcta termorregulación y, por otro, suelen padecer enfermedades asociadas como artritis o artrosis que se agravan notablemente con las temperaturas bajas”. El especialista recomienda abrigar especialmente la zona del cuello y la lumbar con mantas de lana y algodón naturales.

¿Demasiado domesticados?

Uno de los problemas más frecuentes hoy es que los perros están demasiado domesticados y terminan sufriendo mucho los cambios de temperatura interior/exterior. No es natural para ellos estar adentro con la estufa en invierno y en verano con el aire acondicionado. “Los perros tienen una temperatura de confort mucho más baja que la nuestra y soportan el frío mejor que nosotros, se sienten cómodos en ambientes donde hacen alrededor de quince grados centígrados”, asegura Marisol Rey, adiestradora Canina Profesional de la UBA, especialista en comportamiento canino y directora de Patita Patita Adiestramiento. Ahora, “los que no necesitan ninguna clase de abrigo son los de mayor tamaño que tienen dos o tres capas de pelo: el vellón y el pelo principal como los Golden Retriever, los Collie, los Border Collie y los Bearded Collie, entre otros”, agrega el Jefe de Dermatología del Hospital Veterinario de la UBA.

Lo que sí se debe tener en cuenta para todos los perros es que las variables artificiales de temperatura como la calefacción y el aire afectan directamente el ciclo natural de los cambios de pelo que se producen en distintos momentos del año. Por eso, tal como indica la doctora veterinaria de la UBA Analía Canosa “lo que no va desde ningún punto de vista es tener abrigados a los animales adentro de nuestra casa. Hacerlo los afecta de tal modo que comienzan a perder pelo todo el año lo que implica cambios sustanciales en las propiedades protectoras del pelaje”.

¿Impermeable cuando llueve?

En principio, pareciera más una comodidad del dueño para evitar que el perro llegue y moje todo, pero lo cierto es que al estar tan domesticado y con el pelaje modificado por factores artificiales, la lluvia lo puede molestar y, entonces, sacarlo con una manta piloto no estaría de más. De todas maneras, el doctor Tonelli explica que, en realidad, el pelo está preparado para el agua y para evitar que la piel que está debajo se moje: “El pelo del perro crece de forma inclinada u oblicua a la superficie de la piel unos treinta o sesenta grados. Esta dirección es hacia el extremo posterior, es decir, mirando a la cola, lo que permite que cuando llueve las gotas de agua sigan esta dirección, resbalen hasta el suelo y no toquen la piel”.

Fuente: La Nación

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