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Cómo impacta al cerebro la falta de hidratación

Las recomendaciones de dos expertos.

La hidratación es fundamental para el cerebro, ya que el agua constituye el 75% de su masa y participa en todas sus funciones. Según Alejandro Andersson, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), "la deshidratación afecta significativamente el funcionamiento del cerebro, incluso con una pérdida leve de agua corporal". Estudios han demostrado que una reducción del 2% en la hidratación puede provocar problemas de concentración, pérdida de memoria y dificultades en cálculos matemáticos simples, además de afectar la visión y la capacidad de enfoque en pantallas o textos impresos.

Andersson advierte que la falta de agua puede provocar una leve contracción del cerebro, lo que aumenta el esfuerzo mental y genera fatiga y menor estado de alerta. "Para evitar estas consecuencias y mantener un óptimo funcionamiento cerebral, se recomienda consumir al menos dos litros de agua al día", enfatiza. La deshidratación es especialmente peligrosa en adultos mayores, según el nutricionista Diego Querzé, quien señala que "se observa una relación entre hipohidratación y menor atención y velocidad de procesamiento". Además, la temperatura y la actividad física influyen en la falta de agua, siendo crucial aumentar la ingesta en épocas de calor.

Los síntomas de la deshidratación varían en intensidad y pueden incluir sed intensa, boca seca, fatiga y dolores de cabeza. "Si la deshidratación se vuelve severa, pueden aparecer síntomas más graves, como desmayos, confusión extrema e incluso shock, lo que requiere atención médica inmediata", advierte Andersson. La deshidratación también puede provocar mareos, aumento del ritmo cardíaco y calambres musculares debido al desequilibrio de electrolitos.

La deshidratación impacta de manera distinta según la edad. En adultos mayores, el cuerpo retiene menos agua con el paso del tiempo, lo que aumenta el riesgo. "Es muy importante la prevención, garantizando a los adultos mayores un adecuado aporte de agua", recomienda Querzé. En embarazadas, la hidratación es clave para el desarrollo fetal, ya que cambios en el balance hídrico pueden generar complicaciones. En niños, el consumo de agua es esencial para evitar problemas de salud asociados al exceso de bebidas azucaradas.

Para mantenerse hidratado, la mejor opción es el agua pura. "Elegir agua pura permite incorporar una bebida que no agrega ni aditivos ni azúcares", explica Querzé. Sin embargo, Andersson aclara que en ciertos casos es necesario reponer sales y electrolitos, especialmente durante actividades físicas prolongadas, diarreas o exposición prolongada al calor. "Cuando hay sudoración excesiva sin reposición de sales, se puede producir hiponatremia, lo que genera debilidad, mareos e incluso confusión mental".

Los expertos recomiendan beber agua de forma regular sin esperar a sentir sed. Se aconseja consumir ocho vasos de agua diarios, especialmente en climas cálidos o tras hacer ejercicio. También es útil ingerir frutas y verduras con alto contenido de agua, caldos y licuados sin azúcar. "La cantidad de agua que necesitamos depende de múltiples factores como el estilo de vida, la actividad física, la altitud y el clima", concluye Andersson, destacando la importancia de escuchar al cuerpo y ajustar la hidratación según las necesidades individuales.

Fuente: Infobae

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