Desafíos y avances de las pruebas Aprender en la Argentina

Por Juan Tucat, periodista de La Brújula 24

Desde su implementación en 2016, las pruebas Aprender han contribuido a instalar una sólida "cultura de evaluación" en el sistema educativo de toda la Argentina, permitiendo una mayor previsibilidad al enfocarse en las áreas de Lengua y Matemática. Sin embargo, aún persisten importantes desafíos relacionados con cobertura, niveles de aprendizaje de los estudiantes y las desigualdades educativas.

Estas conclusiones forman parte del informe "¿Qué aprendimos de Aprender?", de Argentinos por la Educación y Educar 2050, que analiza las evaluaciones en las 24 jurisdicciones del país entre los años 2016 y 2023.

El estudio señala que, aunque en primaria la cobertura ha mostrado mejoras significativas, en secundaria uno de cada cuatro estudiantes no participa en las evaluaciones, lo que impacta en la representatividad de los resultados y limita las comparaciones a lo largo del tiempo. Los datos reflejan que el 80% de los estudiantes de secundaria no alcanzan los niveles esperados en Matemática, mientras que las pruebas internacionales arrojan porcentajes todavía más alarmantes en términos de aprendizajes mínimos. Además, solo entre el 10% y el 30% de los alumnos logra un nivel avanzado, cifras que han disminuido desde el inicio de las pruebas.

La pandemia también dejó su marca, ya que el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos de desempeño no ha logrado volver a los estándares previos al 2020. Asimismo, las brechas entre los estudiantes de contextos socioeconómicos más bajos y más altos oscilan entre 29 y 36 puntos. Mientras que en Matemática esta desigualdad se redujo levemente, en Lengua sigue en aumento.

Los especialistas sostienen que la regularidad en la aplicación de las pruebas y la definición clara de materias son logros importantes del programa Aprender. Sin embargo, hay aspectos pendientes, como mejorar la cobertura y la capacidad de comparar los resultados en el tiempo.

Entre las propuestas para fortalecer el sistema, se plantea establecer con mayor claridad las materias y grados a evaluar, para mantener predictibilidad del programa; ampliar indicadores analizados en los informes, para evitar centrarse únicamente en las deficiencias; y ajustar los aspectos técnicos para que los resultados nacionales e internacionales sean más consistentes. Además, se propone fortalecer las capacidades de evaluación de las provincias, reduciendo así su dependencia del gobierno nacional.

El informe concluye que, aunque se han logrado avances importantes en la implementación de Aprender, queda un largo camino por recorrer para mejorar la calidad y equidad educativa en el país. Las recomendaciones planteadas no solo apuntan a perfeccionar las herramientas de evaluación, sino también a impulsar un sistema educativo más justo y eficiente que permita a los estudiantes desarrollar su máximo potencial.

Al respecto, el equipo periodístico del programa Nunca es tarde, que se emite a diario por La Brújula 24, habló con Leyre Sáenz Guillén, analista de datos de Argentinos por la Educación. Análisis pormenorizado de una situación que, sin lugar a dudas, debe ser cuestión de Estado.

Primero, respecto de los resultados plasmados en el informe, la profesional detalló que "vimos un poco la evolución de estas pruebas Aprender, que son las que se realizan desde la secretaria de Educación desde el año 2016 de forma ininterrumpida, evaluando un año de primaria y uno de secundaria. Y el dato que tenemos es que en secundaria, dos de cada diez estudiantes tiene resultados satisfactorios en matemática, son chicos de 17 años. Y En Lengua vemos que cuatro de cada diez logra el mínimo, o sea el 60% de los alumnos no lo hace".

"Cuando vamos al año 2016, notamos que los números eran un poco más altos, es decir que fue empeorando la calidad educativa. Obviamente, la pandemia profundizó esto, pero los números ya eran bajos en aquel entonces", consideró.

A modo de análisis, Sáenz Guillén señaló que "en Argentina se priorizó mucho la integración, que el chico esté en el aula. En eso actualmente somos un país pionero en la región y vemos que casi un 100% de los chicos en edad escolar efectivamente está en la escuela. Eso no es un dato menor, pero es un primer paso. La otra cara de la moneda son los indicadores de calidad, que muestran que un sistema que integra más viene en detrimento de los aprendizajes".

"En tercer grado, por ejemplo, uno de cada dos alumnos comprende un texto básico, lo cual evidencia la urgencia de empezar a fortalecer la alfabetización desde los primeros años de la trayectoria educativa", aseveró.

Y explicó: "Cuando se busca integrar a más chicos, uno es menos exigente en la curricula. Ahí aumenta el abandono escolar. Un ejemplo contrario a la Argentina es Chile, que tiene buenos rendimientos en lo que sería Lengua y Matemática, pero cuando uno ve quienes rinden estos exámenes, se observa un porcentaje bajo de chicos integrados al sistema escolar chileno".

"Al ser más exigentes, al final los que quedan son los más favorecidos o con cierto contexto que los hace permanecer en la escuela", graficó. Y dijo que "en un sistema escolar ideal se buscaría un punto medio, que sería integrar a la mayor cantidad de gente posible, sin dejar de lado los aprendizajes. Porque de lo contrario, después observamos un chico que no tiene herramientas para afrontar un nivel superior o universitario".

"En las pruebas Aprender, en el último año de la secundaria se les pregunta qué quieren hacer una vez que terminen la escuela. Ahí, el 95% de los jóvenes más favorecidos dicen que quieren seguir estudiando y los más vulnerables, un 75%. Y en cuanto a expectativa versus realidad, de los primeros únicamente un 50% lo logra y de los segundos, solo el 20%", indicó. Y argumentó que "muchas veces se ven frustradas las ganas porque no tienen más herramientas, por eso hay que fortalecer todo eso desde las bases"

Aquí, escuchá la nota realizada en el aire del programa "Nunca es tarde", por La Brújula 24:

Con información de Argentinos Por La Educación