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Una vecina apuntó contra "El Rengo Panadero": "Me desvalijó la casa"

María es la esposa de Jorge Acuña, el acusado de haber golpeado a batazos a Eric Guiñazú. "Somos gente de trabajo", se defendió.

María siente mucha impotencia y una enorme amargura. Es la esposa de Jorge Daniel Acuña, un hombre acusado de haber atacado a batazos a Eric "El Rengo Panadero" Guiñazú en el Barrio Noroeste. Aseguró que la víctima es ella y su familia, luego de que este último les hubiera robado elementos de gran valor de su casa de Chancay al 1700.

"Estoy mal, no fue una Play Station, ojalá hubiese sido solo eso, un TV y una bicicleta. Me desvalijaron. El domingo 12, mi marido estaba lavando el auto afuera, viene una persona a pedirle trabajo porque él es albañil y tiene un carro afuera con herramientas. Le explicó que estaba esperando que lo llamen de otro trabajo. Le dio la poca mercadería que teníamos, cosas para comer", aseguró la mujer, en LA BRÚJULA 24.

Y sintetizó: "A la hora y media viene otra persona a pedir lo mismo, algo que a mi marido le llamó la atención. Me dijo 'hoy a la noche nos roban el carro', lo aseguramos con más candados, cadenas y sogas. Al menos que les cueste. Me levanté a las 7 de la mañana a llevar a mi hija a la escuela y el carro aún estaba".

"Ese lunes mi esposo no tenía que ir a trabajar, fuimos a hacer la VTV y a las 18:30 mi marido fue a ver un trabajo, llegó a las 19:10 para cenar un guiso a lo de mi mamá. A las 20:10 me llamaron para avisarme que nos habían robado. Y mi esposo tuvo la certeza que los que le robaron fueron los que le habían pedido empleo", resaltó en otro tramo de la nota radial con el periodista Germán Sasso.

Inmediatamente sumó más datos: "El Chimango y el Pali son los sobrinos de Eric ("El Rengo Panadero" Guiñazú) y mandaron al frente a su propio tío. Llevaron a Villa Caracol un bolso azul y rojo para vender las herramientas. Por qué este hombre no dice que el que salió con un palo para amenazar a mi marido. Vende pan y pares de medias a cambio de una lata de cerveza. Andan diciendo que vendemos nuestras cosas por una bolsa de cocaína, eso me duele. No se llevaron el televisor porque no le dieron los brazos".

"Cuando me allanaron no encontraron nada, mis hijos solo juegan al fútbol y los palos que vas a encontrar son de mi marido porque es albañil. Yo no mandaría a un tío al frente porque sí, sabiendo que va a tener problemas. Con mi marido esa noche no dormimos, buscando las cosas dentro de mi casa. Solo quiero que digan la verdad", dijo, en el marco de un clima de tensión que tiene en vilo a todo un sector de la ciudad.

Por último, María se descargó: "Mi esposo trabaja desde los 15 años, mis hijos tienen miedo de estar en su casa, desde que vinieron y me rompieron el candado ya no quieren estar solos, tengo que pedirle a una familiar que los cuide porque sino se largan a llorar. Este es un hombre que debe plata, que quiso cambiar un par de medias por una lata de cerveza y hasta quiso empeñar el documento. Al único que tengo que pedirle disculpas es a Dios. No ando alquilando de barrio en barrio, levantamos nuestra casa ladrillo por ladrillo, el auto que tenemos es fruto del trabajo. Mi esposo trabaja para gente que tiene mucho dinero y jamás tuvo ningún mal comentario por parte de uno de sus patrones".

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