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la felicidad de omar rueda

Cumple 50 años de mozo en un conocido restaurante del centro y lo festeja a lo grande

Omar Rueda por su nombre quizás no sea tan conocido. Sin embargo, una importante cantidad de bahienses y vecinos de la región saben quién es, a partir del prolongado tiempo que lleva desempeñando funciones en el rubro gastronómico.

Rueda alcanzó hoy los 50 años trabajando como mozo en el ya tradicional restaurante Víctor y, en diálogo con LA BRÚJULA 24, contó sensaciones de lo que será esta noche la celebración que lo espera por las bodas de oro sirviendo las mesas con los manjares más deliciosos.

“Nací en Bordenave pero me identifico mucho con Bahía. Vine a estudiar a La Piedad porque quería ser carpintero, pero la vida me fue llevando por caminos impensados. Cuando terminé de estudiar, la salud de mi papá se complicó, por eso empecé a trabajar para dar una mano en casa”, recordó, con relación a su niñez.

Además, en su charla con el periodista Germán Sasso, se metió de lleno en la profesión que le dio tantas satisfacciones: “Cuando me hacen un pedido no anoto nada, siempre dije que es una pérdida de tiempo, he tenido mesas armadas para 42 personas y jamás tomé nota de lo que querían de la carta”.

“A los chicos siempre les digo que estén bien informados, porque incluso clientes que están de paso por la ciudad a veces te preguntan cómo salgo de Bahía, parecen pavadas, pero es algo importante. Me llamaron de varios lugares para dar charlas motivacionales a los más chicos y tanto me insistieron que accedí. Los jóvenes siempre quieren aprender y con muchos de ellos aún me mantengo en contacto”, resaltó.

Paralelamente, Rueda aclaró que “si alguien viene a un restaurante es para pasar un momento lindo y yo trato de que esa persona lo disfrute de la mejor manera posible. Uno va aprendiendo, cuando alguien ve sentarse al cliente se da cuenta qué clase de persona es. Con un comentario acertado, uno puede cambiar el clima y que el estado de ánimo cambie. Una persona puede comer bien, regular o mal, pero con la atención si es buena se puede disimular cualquier problema que haya surgido”.

“Hace muchos años atendía a una pareja que venía una vez por semana y con la que se entabló una amistad. En una ocasión me dijeron que tenían que darme una noticia, me dijeron que se iban a casar, pero no solo eso, sino también que estaba invitado. Les respondí que no iba a poder ir porque los sábados trabajo y ellos me contestaron que lo hacían el viernes para que yo pueda ir. Después tuvieron un hijo que hoy tiene 30 años y me nombraron su padrino”, concluyó su testimonio con una anécdota.

Semanas atrás, en la sección En Foco, Omar se prestó para un video en el cual resumió su trayectoria.

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