La biografía novelada de Alberto Olmedo ya es una realidad

Por Fernando Quiroga
Especial para La Brújula 24

Recuerdo una oportuna reflexión junto a Germán Sasso. Hablábamos de Olmedo, del querido Negro, mega estrella vernácula inobjetable. “Hoy escandalizaría por demás” declaró asertivamente Germán, y así es. Los tiempos que corren redefinen la vida actual con pormenores distintos a los de antaño; tal vez, el desacierto de muchos es exponer al gran actor a la lupa de esta nueva visión, una que no llegó a ver, porque pasó a la inmortalidad el 5 de marzo de 1988.

Si existiera un panteón identitario de nuestro humor, donde en cada columnata se levantasen estatuas de Pepe Biondi, Juan Carlos Altavista, Pepitito Marrone, Jorge Porcel, Fidel Pintos, Juan Carlos Calabró y otros tantos, en el hall central, una efigie de Rucucu engalanaría el espacio.

Es que Alberto Olmedo, trasciende su naturaleza de actor para ennoblecer la trama identitaria del argentino pícaro, rápido, de fácil identificación con su público, humilde y aporteñado, aunque Rosario siempre estuvo cerca.

Hace unos días, el holding de dos productoras de amplia llegada internacional (MarVista Entertainment, de Los Ángeles, California; y Anima Films) hizo el anuncio inesperado que, ya abrió debates, levantará polémicas, subirá expectativas y arrancará aplausos; se viene la biopic del gran actor.

Con la autorización de Javier Olmedo (su hijo) acaba de comenzar la pre producción de la biografía fílmica del hombre que le dio vida al Capitán Piluso. La noticia, que ya está levantando polvareda en la prensa y en el público, trae una gran cantidad de interrogantes ¿Realmente será una serie o llevarán a cabo una película? ¿Netflix está detrás del proyecto? ¿Quién será el actor que encarne al querido Negro?

Como fuere, aún no hay detalles, sólo la corroboración del inicio del proyecto a cargo de los directivos de ambas productoras asociadas. Un merecido y certero homenaje para un grande que, treinta y tres años después de haber iniciado la gira eterna, sigue arrancándonos carcajadas insuperables.