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se dijo en la brújula 24

“Fue la peor noche de mi vida”, dijo el hijo del fiscal al que echaron de Claromecó

Relató la pesadilla en la que se convirtió su regreso de Brasil: “Estoy cumpliendo la cuarentena en un lugar secreto para no correr riesgo”.

Una de las noticias más impactantes de la semana llegó desde Claromecó, donde Augusto, hijo del fiscal Carlos Lemble, vivió una situación que roza lo discriminatorio y que, hasta en un cierto punto, puso en riesgo su integridad física cuando un grupo de enardecidas personas se acercó hasta el lugar elegido por el joven para cumplir la cuarentena luego de un viaje a Brasil, exigiéndole que se vaya de la localidad cercana a Tres Arroyos.

“Fue lamentable lo que ocurrió aquella noche. Todo comenzó cuando emprendí el regreso desde una ciudad costera de Brasil, donde no había casos confirmados, ni siquiera personas con síntomas sospechosos. El domingo cuando ingresé a Argentina por Paso de los Libres, donde me tomaron la temperatura y dejé debidamente constancia de que iba a pasar la cuarentena a Claromecó, lugar donde tengo todas mis pertenencias”, destacó Lemble en diálogo con LA BRÚJULA 24.

Y agregó en el programa “La Mesa Dominguera”: “No podía ir con mi padre ni con mi madre, por eso opté por radicar ese domicilio. En el caso de no quedar más opción, te dejaban ir con tu familia. Obtuve el permiso para transitar por 24 horas y manejé los miles de kilómetros que hay hasta la locación elegida para hacer la cuarentena. Me pararon en Tres Arroyos, donde me dijeron que no iba a poder ingresar a la localidad, más allá de tener la documentación necesaria”.

“Comenzamos a hacer una serie de llamados. Yo hablé con mi padre y el oficial que estaba en el control de ingreso a Tres Arroyos habló con las autoridades de Claromecó. Fui escoltado con un móvil policial hasta mi casa. Me suministraron el número de un delivery para pedir comida. Al ser una localidad chica les ofrecí que se podían quedar las dos semanas afuera controlando que cumpla la cuarentena, no tenía ningún problema”, sostuvo, en otro segmento de la entrevista radial.

Luego, prosiguió con la crónica de lo ocurrido: “Pese a todas esas medidas y haber hecho todo bajo lo que dicta la ley, una hora más tarde tuve que irme de mi casa porque había decenas de personas en la calle pidiéndome que me retire. Una situación muy violenta, me insultaban. Fue la peor noche de mi vida. La idea es generar más conciencia y menos miedo, más allá de mi situación. Esto tenemos que pasarlo entre todos”.

“Puse en la balanza todo y hasta decidí irme porque había una horda de gente en la puerta de mi domicilio violando la cuarentena, con el riesgo que eso implica. Me hicieron pasar un muy mal momento. Ahora me siento bien, la semana no fue sencilla. Hablé con mis amigos que me están esperando y cuando la cuarentena termine haremos unas corvinas a la parrilla”, agregó.

En tal sentido, manifestó a viva voz que “quiero volver a mi hogar sin tener ningún tipo de inconveniente. Si la gente de esa comunidad no me conoce, es porque tengo un perfil bajo y llevo una vida tranquila. No se me trató como a todos por igual, porque hubo mucha gente que vino a violar la cuarentena y a repudiarme sin ninguna razón. Estoy en un lugar que no quiero decir para preservarme. Estoy solo, tengo comida e Internet para trabajar. Me están haciendo un seguimiento telefónico”.

“La renuncia del delegado de Claromecó fue uno de los detonantes de esta situación. Mi hogar es ahí, donde tengo mis cosas y siempre vuelvo. Nunca quise difamar al balneario. Esta persona me estaba esperando en el ingreso y me preguntó si tenía domicilio ahí. Le dije que tenía todas mis cosas allí. Fueron los principios de él los que ocasionaron su renuncia. Jamás usé a mi padre como influencia para obtener el permiso. Él actuó como un padre preocupado”, finalizó.

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