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No le gustó el tatuaje y se lo quitó con un rallador de queso

La imagen se viralizó a través de Twitter. En poco tiempo, alcanzó los 2.000 comentarios y los 80.000 me gusta.

Hacerse un tatuaje no debería ser una decisión que se toma a la ligera. No todos quedan conformes con el trabajo terminado y cuando eso pasa y se toma la decisión de dar marcha atrás, las opciones para hacerlo generarán un riesgo importante para la salud y caro para el bolsillo.

Esa teoría puede confirmarla un joven de Mendoza que se hizo viral en las últimos días por un tatuaje que decidió quitarse, justo una semana después de habérselo hecho. El tema fue el método que eligió: frotar un rallador de queso sobre su piel, con todo el dolor y el riesgo que eso implica.

La historia ocurrió en 2017, pero recién el pasado lunes la subió su amigo Matías Costa (@_Matycosta) a su cuenta de Twitter. Allí mostró cuatro fotos y contó que “un amigo se tatuó y como no le gustó el tatuaje se lo sacó con un rallador de queso. Sí, un rallador de queso”.

En la publicación se puede ver una foto de ese amigo con el tatuaje original, otras dos con el proceso para llegar al resultado final y otra con el rallador ensangrentado. Poco más de 48 horas después de subir esas imágenes, el posteo sumó más de 2.000 comentarios, unos 16.000 retuits y 80.000 "me gusta".

El 1 de octubre, un día más tarde de la publicación original, Matías Costa subió otra foto de su amigo y mostró cómo le quedó hoy la muñeca, la zona en la que se había hecho el tatuaje. "Ojo, la hizo bien o no la hizo bien? Mejor que el láser", tuiteó.

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