Seguinos

Noticias B

El mayor estudio mundial sobre el bienestar revela sus primeros resultados

La importancia de las relaciones afectivas, la vida espiritual y la sensación de pertenencia a una comunidad.

En un contexto mundial en el que el desarrollo suele medirse por el Producto Interno Bruto, la esperanza de vida o el empleo, un ambicioso proyecto internacional propone cambiar la perspectiva. Se trata del Estudio Global sobre el Florecimiento (Global Flourishing Study, GFS), impulsado por científicos de Harvard y la Universidad Baylor, que busca redefinir qué significa vivir bien. Con más de 200.000 encuestados en 22 países de los seis continentes, la investigación apunta a observar durante cinco años —entre 2022 y 2027— cómo florecen las personas en diversos contextos culturales, sociales y económicos.

Dirigido por Tyler VanderWeele y Byron Johnson, el estudio identifica seis dimensiones clave del bienestar: felicidad, salud física y mental, sentido de propósito, carácter y virtud, relaciones sociales y seguridad financiera. Los investigadores publicaron los primeros resultados en varias revistas del grupo Nature y señalan que el florecimiento no depende únicamente del ingreso o el empleo. Las relaciones afectivas, la vida espiritual y la sensación de pertenencia a una comunidad muestran una fuerte correlación con niveles más altos de bienestar.

Uno de los hallazgos más consistentes es que las personas casadas o en pareja, quienes asisten a servicios religiosos y aquellas que declaran tener un propósito vital tienden a reportar mayores niveles de bienestar. Las personas casadas, por ejemplo, obtuvieron un promedio de 7,34 puntos en una escala del 1 al 10, frente al 6,92 de los solteros y al 6,77 de los separados. Asimismo, quienes participan regularmente en actividades religiosas puntúan en promedio 7,67, frente al 6,86 de quienes no lo hacen. Sin embargo, estos datos varían entre países: en Israel la diferencia entre casados y separados es de 0,92 puntos, mientras que en Argentina es de apenas 0,1.

Los primeros resultados también revelan que las personas mayores suelen reportar mayor bienestar: quienes tienen 80 años o más alcanzan una media de 7,36, frente al 7,03 del grupo de entre 18 y 49 años. Aunque en algunos países, como España, se observan diferencias según la edad. Otros factores asociados al florecimiento son el empleo y el nivel educativo, aunque con excepciones como Hong Kong y Australia, donde estos vínculos no se verifican. Además, los migrantes suelen reportar un bienestar levemente inferior, aunque este patrón también cambia según el país.

El estudio propone ir más allá de las métricas económicas tradicionales para diseñar políticas públicas. “Para que las personas florezcan, los gobiernos deberían recolectar datos sólidos sobre su bienestar”, afirman los autores en Nature Human Behavior. La idea de florecimiento, según el GFS, implica que todos los aspectos de la vida de una persona sean buenos, considerando también el entorno en el que vive. Se trata de integrar lo objetivo —como ingresos y salud— con lo subjetivo, como el sentido de la vida o la percepción de seguridad.

Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement

Más Leídas