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Muerte de Nisman: los hechos y las pericias en las que se apoya la versión del suicidio

Evidencias, fallas en la investigación y otros elementos del caso.

A diez años de la muerte de Alberto Nisman, ocurrida el 18 de enero de 2015, la justicia argentina sigue promoviendo la teoría de un homicidio, pero varios hechos y pericias apuntan a otra versión: el suicidio del fiscal. La evidencia informática demuestra que Nisman estuvo con vida la mañana de su muerte, navegó en su computadora personal y revisó medios de comunicación, incluida una historia sobre la vida después de la muerte. Sin embargo, el fiscal Eduardo Taiano omitió esta pericia en su informe, sugiriendo sin pruebas que otra persona, posiblemente el informático Diego Lagomarsino, accedió a la computadora de forma remota.

El expediente judicial muestra que Nisman se disparó después de las 7 de la mañana. La pericia informática, validada por todas las partes, concluyó que el acceso a la computadora fue físico y no remoto, desmintiendo las teorías de un supuesto "comando" involucrado en la muerte. Además, no se encontraron huellas de acceso remoto ni evidencia de que Lagomarsino hubiera manipulado la computadora en ese momento, desmontando las especulaciones que intentan involucrarlo en un plan de homicidio.

La reconstrucción de las últimas horas de Nisman confirma que, desde las 7:02, leyó artículos críticos con su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Kirchner, revisó otras noticias, ingresó a su correo electrónico personal y observó fotografías de una modelo con la que había estado. Su navegación incluyó temas personales y aleatorios, como una nota sobre experiencias cercanas a la muerte, lo que evidencia un comportamiento propio y no simulado por terceros.

El informe de Taiano también omite explicar cómo un supuesto comando habría entrado al edificio Le Parc, subido al piso 13, ingresado a un departamento cerrado por dentro y cometido un crimen sin dejar rastros ni desorden. Las declaraciones del cerrajero y de la madre de Nisman confirman que la puerta principal estaba cerrada con llave desde adentro, refutando la teoría de que los asesinos salieron por esa vía.

Además, no existe evidencia que respalde la hipótesis de que Nisman fue asesinado. Las pericias indican que el fiscal se disparó a sí mismo después de consumir alcohol, sin signos de lucha en su cuerpo y en un escenario que refuerza la teoría del suicidio. La insistencia en un supuesto asesinato se apoya en omisiones y distorsiones de los hechos por parte de ciertos sectores judiciales y mediáticos.

Estados Unidos, pese a los reiterados pedidos judiciales, nunca respondió sobre el acceso al correo electrónico de Nisman, dejando sin aclarar aspectos clave de las últimas horas del fiscal. Esta falta de cooperación alimenta especulaciones geopolíticas, que buscan vincular su muerte con actores internacionales o con el kirchnerismo, pero no aporta pruebas concretas.

Con información de Página 12

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