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Tras la revelación de La Brújula 24, ya hay renuncias en la lista libertaria de la UNS

Ocurre tras conocerse que Mauro Schechtel, un sujeto que está preso por violar y prender fuego a una niña en el 2008, pretende ocupar un cargo en la Asamblea Universitaria. Los detalles.

Luego de la impactante revelación de La Brújula 24 de que Mauro Emilio Schechtel, un hombre que violó y prendió fuego a una niña en Coronel Dorrego -condenado a 40 años de cárcel-, se presenta como candidato a ocupar un cargo en la Asamblea Universitaria, comenzaron las renuncias en la lista La Libertad UNS.

Tal como indicó este medio en horas de la mañana, Schechtel integra la lista libertaria en la mencionada asamblea que, entre sus facultades, se encuentran las de modificar total o parcialmente el estatuto de la Universidad y elegir o remover al Rector. “Tengo todo el derecho. Soy un estudiante más. Como cualquier otro”, se lo habría escuchado “explicar” en una de las aulas del penal de Floresta.

Enterado de esta situación, el primero en presentar su renuncia fue Tomás Ariel Dell' Elce, a través de una misiva dirigida al Presidente de la Junta Elecoral, Álvaro Castro que expone lo siguiente:

"Me dirijo a usted a los efectos de solicitar la baja de mi candidatura para la lista 'La Libertad Derecho' en el órgano de Asamblea Universitaria".

Esta mañana tomé conocimiento por los medios de prensa de que comparto lista con el señor Schechtel Mauro Emilio, quien fue condenado a 40 años de prisión tras cometer aberrantes hechos en la región de Coronel Dorrego. Por motivos eminentemente morales y en solidaridad a la víctima como a sus familiares, de ninguna manera puedo sostener mi candidatura en una lista universitaria en la que participe referida persona".

"Expreso mis disculpas hacia la Junta Electoral, pero mis principios y valores no son negociables y en este caso particular se encuentran en juego".

Cabe recordar que "El Monstruo" Schechtel, que según los psiquiatras no siente ningún tipo de remordimiento por la brutalidad y extrema violencia ejercida contra la víctima, cursa en la actualidad el segundo año de Abogacía. Hace casi 14 años fue condenado a 40 años de prisión por uno de los casos que más conmoción despertó en toda la historia moderna de la región.

La lista de la polémica

Una bestia sin compasión

En el crudo invierno de 2008 la pequeña Rocío fue abordada cuando iba en bicicleta por la avenida Presidente Perón de la ciudad de Coronel Dorrego. Se dirigía al club Independiente, donde practicaba básquet.

Mauro Schechtel, tras embestirla intencionalmente con su Renault 12, simuló auxiliarla y la subió en el auto como para llevarla al hospital, pero la trasladó hasta una zona cercana al arroyo Las Mostazas y Ruta 72. Allí la maniató y encintó, para ultrajarla con una violencia indescriptible. No conforme con ello la roció con combustible y la prendió fuego, y se marchó.

Con el cuerpo incandescente, quemaduras en más de la mitad de su humanidad y daños tanto físicos como psicológicos irreversibles, Rocío llegó hasta la ruta para pedir ayuda.

“Salía de Dorrego cuando a la altura del arroyo Las Mostazas veo un bulto en medio de la ruta. Era una nena, estaba semidesnuda, con las partes íntimas con sangre y quemada”, expresó en el debate Fabián Ullman, el camionero que auxilió a la nena y llamó a la policía.

Conmovedores testimonios

Mauro Sueldo declaró en el juicio por su condición de médico de policía. No le resultó fácil referirse al estado en que vio a Rocío.

“Estaba sobre una camilla, con olor a combustible. En los años que llevo como médico de policía, nunca había visto algo así, con tanta alevosía”, señaló.

No menos estremecedor fue escuchar a Eduardo, papá de la nena. De regreso a su casa con uno de sus hijos, le llamó la atención el intenso ir y venir de patrulleros.

Un policía le dijo que lo tenía que acompañar y el papá de Rocío fue, pensando que lo necesitaban como testigo.

“En la ambulancia va tu hija a Bahía Blanca”, le dijeron a poco de salir de Coronel Dorrego y, a medio camino, le confirmaron que a la nena la habían quemado.

“Llegué a Bahía sin saber con qué me iba a encontrar. Cuando la bajaron de la ambulancia fui con mucho miedo a verla y nos abrazamos”, contó Eduardo.

Con el paso de los años, por razones de estudio Rocío se mudó a Bahía Blanca, donde actualmente tiene domicilio.

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