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PROHIBIDO OLVIDAR

A 20 años del feroz homicidio del gerente bancario en su casa del Palihue

Daniel Ernesto Miño, uno de los condenados por el crimen de Claudio Blythman, gerente local del Banco Francés. Foto gentileza La Nueva.

Por Augusto Meyer / Redacción de La Brújula 24

Bahía Blanca despertó el 25 de marzo de 2002 conmocionada por un crimen despiadado.

Con actitudes sádicas tres delincuentes mataron a un hombre para encubrir el robo en una casa del barrio Palihue.

Víctima del hecho fue el entonces gerente de la sucursal local del Banco Francés, Claudio Gustavo Blythman (36).

Una empleada doméstica se encontró con la espantosa escena y dio parte de ello a la Policía.

Signos de tortura

Claudio Blythman era inquilino de la casa situada en Kénnedy 536, donde se consumó el homicidio.

Había nacido en Adrogué, era contador recibido en la Universidad de Lomas de Zamora y, antes de su llegada a Bahía, había pasado por otras casas crediticias y sucursales del mismo Banco Francés.

Previo a su asesinato al trabajador bancario lo amordazaron y ataron de pies y manos con cinta para embalar.

Con un arma blanca le ocasionaron no menos de 26 heridas cortantes, y le colocaron una bolsa plástica en la cabeza, ajustándola con un cortón al cuello. Eso hizo que no pudiera respirar y muriera por asfixia.

Los asesinos sustrajeron un televisor, una videocasetera, máquinas fotográficas, CDs, una radio, un centro musical, un reloj, ropa, zapatillas, cosméticos, una agenda electrónica y un traductor; 200 pesos y el Peugeot 206 de Blythman.

El coche apareció abandonado en Harding Green, cerca de la casa de uno de los sospechosos.

Dos mayores y un menor

La Policía y la Fiscalía interviniente avanzaron con rapidez para identificar a los autores del crimen: Daniel Ernesto Miño, de 21 años y Miguel Ángel Ockier, de 22. Un menor que participó del hecho fue juzgado por un tribunal del fuero juvenil.

Dos años después del hecho el Tribunal en lo Criminal Nª 3 condenó a Miño y Ockier a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado por ensañamiento y criminis causae (cubrir otro delito), en concurso real con robo calificado por el uso de armas.

El juez Guillermo López Camelo, al fundamentar el fallo condenatorio, subrayó la secuencia de los ilícitos analizados.

“Cuando ya habían saqueado la casa y cargado los efectos en el vehículo; es decir, cuando ya estaba casi asegurada la consumación del robo, la víctima aún estaba con vida. Se mató para asegurar los resultados del ilícito y procurar la impunidad”, indicó el magistrado.

Le negaron las salidas transitorias

En 2021, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal le negó el beneficio de salidas transitorias a los dos condenados, que habían sido pedidas “con el objetivo de afianzar lazos familiares y/o laborales”.

Miño y Ockier estaban en condiciones de solicitar ese beneficio, pero al primero le resultó adverso el informe del Departamento Técnico Criminológico. Una psicóloga advirtió que busca cargar las tintas en sus compañeros de causa en lo que respecta a la autoría del crimen.

Merecimientos

Las excarcelaciones anticipadas, en caso de darse, hubieran sido controversiales.

Es que tras ser detenido en Sierra Grande luego de mantenerse un año prófugo, Miño limó los barrotes de la celda y huyó de la comisaría Primera de Viedma, donde debía permanecer alojado hasta ser trasladado a Bahía. Fue apresado nuevamente en octubre de 2005.

En diciembre de 2006 Ockier, mientras era interno de la cárcel de Florencia Varela, escapó de tres custodios que lo acompañaron hasta la Facultad de Derecho donde estudiaba. Lo recapturaron en agosto del año siguiente, luego de un robo en José C. Paz.

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