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Será condenado por un aberrante hecho: jura que es inocente

Se trata de Esteban Rojas, quien en 2012 llevó al hospital a una bebé que había sido violada salvajemente. Ya hay un preso y él había sido absuelto, pero ahora esa decisión fue revocada. “No tuve nada que ver”, asegura.

Josué Joel Rodríguez y Esteban Alejandro Rojas (Foto La Nueva)

El 30 de noviembre del año 2012 la comunidad bahiense reaccionó con espanto a un hecho que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad. Un caso aberrante. Una beba de 18 meses fue violada y arrojada debajo de un camión repartidor de soda, en el barrio Stella Maris, con la intención de borrar las pruebas.

Milagrosamente, ella se salvó, aunque aún hoy sigue recuperándose. En todo sentido.

Juan Pablo Rodríguez, el padrastro de la nena, fue condenado a 30 años de cárcel por el brutal ataque. En el mismo fallo absolvieron Joel Rodríguez y Esteban Rojas, hermano y amigo del sentenciado, respectivamente.

El tiempo pasó y ahora Casación revocó la decisión tomada respecto de los dos últimos.
El tribunal provincial consideró que tuvieron participación en el intento de homicidio para encubrir el delito y ordenaron un nuevo pronunciamiento por parte de la Justicia.

Y Rojas sigue insistiendo en que no tiene nada que ver y que solamente quiso ayudar a la chiquita. “Estamos tratando de pelear para no llegar a tanto –cárcel-, porque después de 12 años yo formé mi familia”.

Sobre aquél momento, comentó que “en su momento era un accidente, la nena estaba abajo de la rueda de un camión y la asistí hasta el hospital. Asistí a Romina con la bebé en brazos, gritaba quién la llevaba al hospital y yo lo hice. Gracias a eso me comí un año y 5 meses en la cárcel, más todas las agresiones que me hicieron ahí, en Saavedra”.

“Me dieron una paliza que no me podía ni levantar. Gracias a Dios no llegaron a abusarme porque la condena no estaba firme, no se podían sobrepasar”, aseveró.

Respecto de sus vínculos con todos los involucrados, apuntó que “no puedo afirmar lo que pasó porque no lo vi, yo mismo lo hubiese cagado a piñas o matado adentro de la cárcel. Yo no estaba en el lugar cuando sucedió todo. Era conocido de muchos años, ese día iba a visitar al padre de ellos que había llegado de Salta”.

“El tema es que Romina hizo cuatro declaraciones distintas y en una dijo que estábamos tomando ahí todos. Después dijo que ella estaba escuchando música y en el juicio dijo la verdad, que yo no estaba, pero ya era tarde”, concluyó.

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