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Por Alba Picardi

Las Infancias primero: compromiso de todos

Por Alba Picardi, presidenta del Colegio de Psicólogos

“Los Niños son el futuro” suele ser una frase que denota la idea de la priorización de niños, niñas y adolescentes en relación a la satisfacción de sus necesidades. Otra frase habitual es: “el Niño lo merece todo, este enunciado nos compromete, si lo merece todo, ¿qué estamos haciendo cómo adultos para que sus derechos no sigan siendo vulnerados? La Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN), que en Argentina tiene rango constitucional hace énfasis en el ‘Interés Superior del Niño’.  Este criterio impone la obligación de las autoridades a realizar acciones que garanticen el ejercicio pleno, efectivo y permanente de sus derechos. Luego la Ley 13.298 de Promoción y Protección de los Derechos plantea que, frente a conflicto de intereses entre los derechos de las niñas, niños y adolescentes ante otros derechos igualmente legítimos, prevalecerán los de los primeros. Es decir, las infancias y adolescencias deben tener prioridad en la formulación y ejecución de políticas públicas.

Darle prioridad a nuestras infancias y adolescencias, nos obliga a preservar en un todo la forma en la que viven y crecen.  Es de público conocimiento el incremento de la pobreza y marginación en la que se encuentran casi el 50% de nuestros niños, niñas y adolescentes, frente a esta situación, debieran planificarse estrategias para que no sigan siendo postergados quienes por derecho tienen prioridad.

Como integrante del Consejo Local de la Niñez y Adolescencia de Bahía Blanca del qué formo parte desde hace varios años en representación del Colegio de Psicólogos, hemos planteado lo insuficiente de las políticas públicas generadas y ejecutadas en relación a las infancias, incluso en 2018 se ha solicitado que se declare la Emergencia Social en materia de Niñez y Adolescencia (Proyecto de Ordenanza Exp. 239/2018), solicitud que al momento no tuvo respuesta y que hemos vuelto a plantear en estos días.

Pensando en la Salud Mental de niños, niñas y adolescentes, se hace fundamental analizar cómo estás vulneraciones sociales, económicas y del orden de lo real impactan en el desarrollo psíquico de quienes se encuentran en tiempos subjetivos constitutivos. El maltrato, la negligencia en el cuidado, el trabajo infantil, la malnutrición, la falta de acceso a la salud a la educación, la carencia de vínculos saludables, todos estos eventos entre otros pueden producir efectos realmente graves como lo son las dificultades para mantener vínculos estables, seguros, dificultades en la constitución de una percepción positiva de sí mismos, modalidades de vinculación violentas, autolesivas, consumos problemáticos, etc. Frente a esto, reconocer su pleno derecho a ser oídos implica generar espacios de escucha genuina donde se habilite la palabra y circule lo afectivo.

Si realmente creemos que las infancias lo merecen todo y que son el futuro de nuestra comunidad, se abre ante nosotros como adultos una gran responsabilidad, la de hacer todo lo que este a nuestro alcance para que las diversas infancias y adolescencias puedan crecer y desarrollarse sin carencias, con todo lo necesario para el ejercicio pleno de sus derechos. Permanecer indiferentes no es una opción.

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