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a 50 años de una noche inolvidable

“La gente se identificaba con nosotros porque éramos parte de ellos”, contó Jorge Cortondo

En diálogo con La Brújula 24, recordó cómo fue la histórica victoria de la selección bahiense de básquet frente a la poderosa Yogoslavia. Anécdotas, el deporte amateur, los que ya no están. Una entrevista imperdible.

El club Olimpo y el básquetbol de nuestra ciudad recuerdan hoy una fecha muy especial. Un 3 de julio, pero de 1971, el aurinegro inauguraba el mítico estadio Norberto Tomas. En esa ocasión, la selección de Yugoslavia, que un año antes había sido campeona del mundo en Ljubljana (actual Eslovenia, pero perteneciente al mencionado país en aquel momento), visitó Bahía para disputar un encuentro amistoso internacional ante la selección bahiense.

Y fue un verdadero e inolvidable batacazo, ya que la escuadra local, con protagonistas de lujo en sus filas, se impuso ante los yugoslavos dirigidos por Ranko Zeravica, por 78 a 75. Jorge Cortondo fue uno de aquellos guerreros que supieron llevar a nuestro básquet a lo más alto y hoy, 50 años después, lo recordó de la mejor manera en LA BRÚJULA 24.

“Aquello fue algo emocionante, el reconocimiento de la gente era porque nosotros estábamos todo el tiempo entre ellos, muy lejos de ser estrellas. Nos veían diariamente en las calles de la ciudad”, contó, con total humildad.

Consultado sobre su vida previa a aquel histórico partido, dijo que “nos estábamos preparando en una Selección Argentina que iba a jugar unos Panamericanos en Colombia, y viajábamos el viernes para entrenar el fin de semana en Buenos Aires. Fue un mes previo que hicimos eso y teníamos una buena preparación”.

“Pero de todas maneras, el viernes previo al partido trabajamos acá en Bahía Blanca y jugamos contra Yugoslavia, que iniciaba una gira importante por toda América”, relató.

Y siguió: “Fuimos a la cancha sin siquiera saber cómo eran las caras de los yugoslavos. Sabíamos que eran altos, habían ganado la Copa del Mundo el año anterior. Nos decían que eran el básquet del futuro. Afrontamos el encuentro con un plan simple, tratando de atacar velozmente y evitar que cargaran los rebotes nuestros para cubrir el tablero nuestro”

“Era otra historia, no había ni siquiera televisión continua. Los clubes eran los que aglutinaban a los chicos, nos pasábamos el día ahí. Entonces todos los que vivieron esa época se sintieron muy identificados porque éramos parte de ellos, quizás jugábamos un poco mejor, pero nada mas”.

“Al no conocerlos –a los jugadores rivales-, cuando vimos semejantes muchachos en la cancha, que tenían una preparación impresionante, nos asombramos. No como nosotros que a lo mejor desayunábamos y después trabajábamos todo el día”, aseveró Cortondo.

“Faltando dos minutos para que terminara el partido, más allá de que estábamos adelante en puntos, tuvimos un momento medio incómodo. Cabrera y yo estábamos afuera por faltas, pero quedaron los chicos que supieron sacarlo adelante”, sintetizó.

Y explicó que “el reconocimiento de la ciudad es lo más lindo de todo, todavía hay gente que nos reconoce en la calle”.

Cabe recordar que fueron protagonistas de aquel evento ya legendario, Alberto Pedro Cabrera (16), José Ignacio De Lizaso (15), Adrián Monachesi (19), Jorge Cortondo (7), Giorgio Ugozoli (9), Roberto Ojunián (3), Adolfo Scheines (3), Raúl Álvarez (2), Roberto Requi y Jorge Mac Donald (4), (Atilio Fruet, lesionado, alentó desde el banco), dirigidos por Bill Américo Brusa.

La anota completa:

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