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bronca e indignación

Grave denuncia por estafa contra un constructor de piletas: "Nos robó la ilusión"

Gabriela apuntó contra el titular de Piscinas Lopezcazalla. Lo acusó de dejar el trabajo inconcluso y no pagarle a los empleados. Y se indignó: "Nos mintió porque ni siquiera tenía las herramientas para construirla".

Gabriela está dolida y no es para menos. En diálogo con LA BRÚJULA 24 comentó que fue víctima de un instalador de piletas, el cual le prometió reformar su piscina con un sistema inédito en el país y no solo que no cumplió, sino que le dejó la obra a medio terminar, a los empleados sin cobrar y una nueva erogación de dinero para reparar el desastre.

"En septiembre decidimos remodelar nuestra piscina que tenía unos años. Vimos a un señor que presentaba un sistema nuevo que se llama piscinas de arena, simulando que estás en una playa gracias al revestimiento. Y hasta teníamos previsto agregarle una cascada", mencionó la mujer, en su charla con el periodista Germán Sasso.

Y siguió con la cronología de lo sucedido: "Llamamos a este buen hombre, nos invita a ver una pileta de menores dimensiones en el Patagonia. No la vimos revestida, aunque sí funcionando. Se llama Jorge López y la empresa incorpora el apellido de su señora (Piscinas LopezCazalla). El nuestro era un trabajo grande porque había que demolerla". 

"Los obreros eran excelentes personas, nosotros los atendimos como si fueran parte de la familia. Sabíamos que Jorge López estaba empezando en Bahía con esta forma de construir piletas y le ofrecimos nuestra ayuda. Nos hizo dibujar el diseño de cómo la queríamos hasta que arrancó la construcción de la pileta", destacó en otro tramo de la entrevista radial.

No obstante, apareció el primero de los contratiempos: "Hasta ahí veníamos bien, el problema fue cuando hubo que revestirla. Compramos más de 30 bolsas en Buenos Aires porque nos dijo que había hecho cursos. No solo nos mintió, nos robó. No tenía las herramientas, le alquilamos hasta una mezcladora para que terminara. El personal nos golpeaba la puerta para que le paguemos los viernes porque este hombre no les daba dinero".

"Después averiguamos y aprendimos que el producto que compramos se mezcla con precisión, con una balanza de cocina es suficiente. Se coloca con una media sombra porque se seca muy rápido. Ni hablar de las conexiones para filtrarla. No sabés qué canilla tenés que abrir", aclaró, al tiempo que enfatizó: "El tipo desapareció. No puedo poner la caldera, ni siquiera puedo utilizar la pileta. El producto se levantó, quedó ampollado".

Algo más analítica, Gabriela sostuvo: "A veces las cosas no pasan por lo económico porque esto va a tener solución. Me robó el sueño porque no se puede ir a ningún lado, mis padres son oncológicos y mi suegra tampoco puede salir. Lo habíamos pensado como el lugar para que puedan venir a tomar aire porque no tenemos hijos adolescentes".

"Este hombre me robó lo más preciado que tenía: la ilusión y el sueño. Hablamos con la empresa de Buenos Aires y nos contó que los había engañado también. Según me dijo, era policía. Cobró todo y no apareció más. Nos cagó el fin de año y el verano. Tengo que traer gente de afuera a fines de febrero para que me haga todo el revestimiento de la pileta", señaló la mujer a este medio.

Y cerró confirmando que "ya inicié acciones legales. Creo en la Justicia, pero tiene sus tiempos. Por eso salgo a hablar para que a otras personas no les pase lo mismo".

"No sirve nada de lo que hace"

Palabra autorizada para hablar del tema es el empresario Javier Catini. Sabe, está en el rubro y en más de una oportunidad tuvo que socorrer a clientes del instalador antes mencionado.

"Las tienen a medio terminar, con revestimientos torcidos, falta de revoques en algunas paredes. Son trabajos importantes. He agarrado piletas fisuradas porque no tienen encadenados y montones de otras fallas técnicas", contó en diálogo con este medio.

Y agregó: "La verdad que no sirve nada, hay conceptos de construcción que no son adecuados para una pileta". 

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