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Milagro en medio de la ola de calor

“Carlos no me dejes”: la historia del policía que le salvó la vida a un hombre en la ruta

Demián López, miembro de la patrulla rural de Villarino, le realizó los primeros auxilios a un hombre que estaba sufriendo un golpe de calor en el cruce de las rutas 3 y 22. “Si no hubiera sido por él, el final hubiera sido trágico”, dijo, emocionada, su hija.

El destino quiso que las vidas de Carlos, un bahiense de 67 años y el sargento Demián López, perteneciente a la patrulla rural de Villarino, se crucen en el momento preciso.

Carlos salió aquel lunes 2 de marzo de su casa, ubicada en Terrada al 2.900, para realizar unas compras en la Cooperativa Obrera ubicada en Vieytes al 2.100.

El calor era extremo y Carlos es un paciente con diabetes y un historial quirúrgico que incluye la colocación de cinco stends.

Luego de realizar las compras, en lugar de regresar a su domicilio y ya tal vez ya afectado por el calor extremo, salió con su auto a la ruta.

Hizo unos cuántos kilómetros. Dios sabe en qué estado. Hasta que llegó hasta al cruce de la Ruta 3 con la 22.

Allí su auto se detuvo, hasta que fue auxiliado por un hombre que justo pasaba por el lugar y por un móvil de la patrulla rural de Villarino, conducido justamente por el Sargento López.

“Mi papá está vivo gracias a él. Le brindó los primeros auxilios, lo acompañó hasta el Penna y esperó a que nosotros llegáramos. Luego decidió quedarse y de ahí en más llamó por teléfono todos los días para ver cómo seguía”, explicó Ana, la hija de Carlos, en comunicación con la redacción de LA BRÚJULA 24.

Carlos llegó al centro asistencial con los signos vitales muy bajos y los profesionales del hospital le dijeron que de no haber sido por Demián y su rápida resolución, el final de la película hubiera sido más trágico.

“Creemos que le bajó mucho la glucosa y que tuvo un golpe de calor. No sabemos por qué salió a la ruta y él no lo recuerda. Es más, cuando lo encontraron decía que iba para Bahía, pero estaba yendo para el otro lado”, comentó Ana.

En el viaje hasta el Penna, Carlos se desvaneció un par de veces, pero Demián logró hacerlo reaccionar con una botella de agua fría en el cuello y con la frase: “Dale Carlos, no me dejes”.

“Lo que hicieron no fue cumplir con su trabajo, si no un acto de humanidad que hay que agradecer”, expresó Ana, reconociendo la labor de López, de Alejandro Romano y de Emilio Manqueao, quienes también se encontraban en aquel móvil de la patrulla de Villarino.

Carlos pasó del hospital Penna al Municipal y tras una semana de internación, donde tuvo algunas complicaciones, finalmente fue dado de alta.

Ahora y como modo de agradecimiento, piensa hacerles un asado a los tres integrantes de aquella patrulla. De lo que no hay duda, es que desde aquel 2 de marzo, nació una linda amistad entre Carlos, Demián, Alejandro y Emilio.

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