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La trama secreta de los cambios policiales
Todo lo que no se supo de la visita de Berni. Cuándo decidieron las movidas. La disputa política. Cómo queda la figura de Álvarez Porte. Además, lo que dejó el controvertido fallo en la Causa 911. Y más...
Toda la verdad del descabezamiento policial
"SuperBerni" descabezó a la cúpula policial. La decisión la había tomado a comienzos de la semana pasada cuando leyó los informes de lo sucedido en la previa de Villa Mitre–Olimpo. Ese paper fue demoledor para los máximos jefes bahieses.
El Ministro no fue un improvisado. Ni tomó la decisión en caliente ni por declaraciones periodísticas de los familiares del hincha asesinado. Ya el día miércoles al mediodía, durante una comida con dirigentes deportivos en el predio de la AFA de Ezeiza, la suerte de los comisarios bahienses estaba echada. Y la primicia la tuvo el titular de la Liga del Sur Gustavo Lari, que escuchó al funcionario junto a una veintena de colegas y a Claudio "Chiqui" Tapia.
El titular de la cartera de Seguridad bonaerense exhibió “mano dura”. Y dijo que no perdonaría errores en los operativos de los partidos de fútbol. No quedaba margen. El primer muerto de su gestión, en las inmediaciones de una cancha, había sido Emanuel Castillo: Gustavo Berdini y Claudio Petrizán estaban afuera. Y para que no quedaran dudas espetó: “Estoy yendo a Bahía a relevar a la cúpula. El que se equivoca se va a la casa”. 36 horas después lo haría efectivo. Pura demostración de poder.
Ya camino a nuestra ciudad, en la suite de su motorhome (ver aparte), se cansó de repetir la frase: “Cocodrilo que se duerme es cartera. Y en Bahía le erraron feo. No hay contemplaciones”.
En despachos platenses aseguran que la salida del jefe Departamental Claudio Petrizán estaba definida desde un principio. Y que la de Berdini se precipitó, justamente, por haber preservado a Petrizán. “El superintendente Berdini tiene que supervisar todo, estar al tanto de todo. Pero más ruido hizo que le haya cuidado el culo al Jefe Departamental que tenía responsabilidad directa en el operativo”, reflexionó alguien de trato diario con Berni.
Dirigentes de Villa Mitre y Olimpo venían haciendo una operación de pinzas sobre la fuerza policial. Sin querer (o queriendo) hablaron de zona liberada cuando mataron a Castillo. En particular, el presidente "tricolor" apuntó a los responsables del operativo y señaló que había que investigar cómo habían actuado. Antes del encuentro había mantenido una discusión por la cantidad de efectivos que debía pagar. “Él decía que era una barbaridad la cantidad de efectivos que pedía la poli, como siempre (los clubes) quieren pagar lo mínimo. Acá decía que como no había visitantes había que bajar el número. Ahora claro, ellos zafan y cortan el hilo por lo más delgado, por la cana”, reveló alguien que participó de las negociaciones.
Las manifestaciones realizadas en Alsina 65 apenas sucedido el crimen también fueron letales para la cúpula de “patas negras”. Las desgrabaciones llegaron a escritorios platenses y estalló la bronca. “A los de Bahía los mantuvimos porque lo bancaba el poder político de allá. Los bancaba Cambiemos, pero ahora si ellos mismos le soltaron la mano se terminó. ¿A que estamos jugando? Nos facturan algo a nosotros, cuando les hicimos un favor de mantener a esa cúpula. Ahora elegimos nosotros sin preguntar ni consensuar con nadie”, sentenciaron a cara de perro en oficinas del edificio ubicado en Calle 2.
Luego, la senadora Nidia Moirano, de vínculo civilizado con Berni desde que ambos se cruzaban en el Senado, le reprocharía esa nueva postura de no acordar las movidas policiales.
En paralelo, el Ministro abonó el terreno político. Colocó a Federico Montero, alfil de Federico Susbielles, como nexo de su cartera con todos los municipios de la región. “Vos tenés que ser mis ojos”, le dijo Berni al hombre del monopatín, que ahora lo cambiará por patrullero y tendrá amplio despacho en la Departamental de la Avenida Alem.
Consultado por el periodista Germán Sasso si con esta maniobra el subsecretario de seguridad Álvarez Porte “quedaba dibujado”, y por ende su poder se licuaba, Berni lo negó. Y señaló que ambos civiles deberían complementarse. Es verdad que el radical achica notablemente su margen de maniobra en relación a la Policía, y hasta podría reconfigurarse su rol, pero también es cierto que en Alsina 65 no quedarán afuera del juego por una simple y poderosa razón: la billetera. Hoy más del 90% de los recursos que utiliza la fuerza (a excepción de los sueldos) provienen de las arcas municipales. Si Gay cerrara el grifo, los patrulleros no alcanzan a salir de la comisaría. Deberá haber una buena (aunque forzada) relación.
Además de estas cuestiones, si Gay y Susbielles priorizan la seguridad de los ciudadanos por sobre cuestiones de mezquindad política y los nuevos jefes policiales se alinean con ese poder, la cosa puede andar muy bien. Y por ende, la gente estará más cuidada. Si por el contrario aparecen cortocircuitos, el descontrol puede generar consecuencias insospechadas.
Los nuevos. Sobre la elección de los flamantes jefes Aldo Caminada y Gustavo Cheppi, Berni aprobó la decisión por –según confesaría– “puro olfato”. La terna elevada por el jefe de La Bonaerense Daniel García contó con el consentimiento de un “consejero puntaltense”. El retirado es respetado por los camaradas por eso sigue tallando fuerte.
Una vez conocidos quiénes eran los elegidos, incluyendo al comisario de Tres Arroyos Flavio Baumgartner, comenzaron a explotar los memes y los rumores. Incluso hubo sorpresa entre fiscales y jueces.
Cheppi estuvo imputado en una causa de la Justicia Federal. El fiscal Antonio Castaño le atribuyó vínculos con Juan Ignacio Suris y sus compañeros en la causa por narcotráfico. Pero, en rigor de verdad, hay que decir que de aquel expediente salió airoso. El juez López Da Silva lo sobreseyó al no encontrar evidencia. No corrieron la misma suerte otros uniformados.
Caminada, en tanto, protagonizó un episodio de repercusión pública al involucrarse en la interna del Puerto local, cuando Miguel Donadío lo envió a pedirle la renuncia a Pablo Pussetto. Eso le valió un sumario administrativo. El expediente interno fue cerrado sin sanciones.
El "Bernimóvil"
Era viernes a la mañana, unos minutos antes de las 7, y el ministro Sergio Berni bajaba de lo que, desde afuera, parecía un micro de larga distancia de dos pisos que estaba estacionado frente a la sede de la Policía Departamental en Avenida Alem.
Pero ese vehículo no era un colectivo más, sino el “Bernimóvil”, acondicionado por la gobernación de Kicillof a pedido del propio encargado de la seguridad para seguir en persona el Operativo Sol alrededor de toda la Costa Atlántica. “Es más cómodo que un helicóptero porque se puede trabajar mientras se viaja”, se le escuchó decir a un colaborador.
Adentro de la “Unidad de Comando y Control” (así está escrito a ambos lados del micro), además de tener toda una oficina (cómoda, aunque sin adornos) y un centro de monitoreo, el ministro Berni tiene camas para él y sus colaboradores más cercanos.
Una curiosidad del viaje que realizó desde Buenos Aires hasta Bahía la semana pasada fue que un equipo del canal de tv C5N viajó junto al funcionario. Los periodistas hicieron un registro de la actividad de Berni durante 24 horas, para luego mostrar las imágenes en el nuevo programa que Edi Zunino tendrá en esa señal.
El urgente debate sobre el SAME
“Aca nadie se equivocó”. Esa frase retumba y se repite como un mantra en el SAME bahiense. Tras la condena contra la médica Pierini Lerner, lejos de admitir errores o abrir un debate sobre cómo actúan los servicios de emergencia en la ciudad, los profesionales de ese organismo público cerraron filas y decidieron adoptar una actitud corporativa.
La arrogante postura demostrada la semana pasada en conferencia de prensa, al desafiar a la opinión pública y a la Justicia sosteniendo que ellos son infalibles y que cualquier fallo que señale un error en su trabajo es una injusta persecución, no es óbice para señalar que en general –más allá del hecho juzgado– el servicio de ambulancias municipal es elogiado por propios y ajenos así como la alta preparación de sus profesionales.
Algunos creen que aquella conferencia de Muñoz Cruzado, jefe del servicio, fue en caliente y que “no se dio cuenta de que se hablaba en nombre de un servicio público”. En la Municipalidad se enteraron por los medios de esas manifestaciones y enfurecieron. “No pueden hacer semejantes consideraciones de manera intempestiva, inconsulta y en los términos agraviantes que lo hicieron. No corresponde.”, gruñían cerca del intendente Héctor Gay.
En Alsina 65 sostienen que los fallos judiciales hay que respetarlos y “en todo caso esto deberá servir para revisar los protocolos. Si hay un fallo que sostiene que se actuó mal, lo mínimo que se tiene que hacer es poner barbas en remojo y analizar los protocolos”.
El ataque a Alberto Crescenti, reconocido jefe del SAME de Capital Federal, por haber declarado en contra de la imputada durante el juicio fue otro asunto ríspido. “No merece nuestro respeto”, dijo Muñoz Cruzado. Esos dichos colmaron el vaso de paciencia en las líneas políticas: “Cuestionar a Crescenti es como cuestionar a Messi, fue una barbaridad lo que se dijo”.
La posición de Muñoz Cruzado no llama la atención. Desde el inicio de la causa negó cualquier mínima equivocación de su compañera investigada. Tanto se esforzó en su defensa que hasta intentaba desmentir que Pierini Lerner estuviera imputada cuando así lo indicaba una simple lectura del expediente judicial.
En contrapartida, la marcha de guardapolvos blancos que se realizó el viernes frente al municipio tuvo otro tono. El petitorio exhibido públicamente no ostentó la pedantería de la conferencia de prensa.
Seguramente, con más tiempo para la reflexión, los profesionales adoptaron una posición de mayor humildad y admitieron que se pueden cometer errores. Aunque advirtieron sobre la presión de sentirse amenazados con fallos judiciales y sobre las situaciones extremas que padecen a diario.
“No somos dioses ni salimos a trabajar con la intención de hacer daño. No nos exijan resultados infalibles”, señala la carta. Fue el agua y el aceite con la primera e intempestiva reacción.
En relación a la sentencia. Es probable que el veredicto del jurado popular haya sido asimétrico. La absolución en el delito de homicidio del operador telefónico Juan Manuel Sánchez, el que hizo todo mal en la secuencia que terminó en la muerte de los jóvenes intoxicados con monóxido de carbono, es un mamarracho. No hay dudas.
Así como el accionar de la médica admite debate, lo del telefonista es indefendible por donde se lo mire. La absoluta negligencia y desprecio de Sánchez por la vida humana es más claro que el agua. Salvo para el Jurado que le retiró los cargos más graves y sólo lo condenó por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. La pena será una multa.
Vergonzoso. Tras la decisión judicial, varios en Tribunales apuntaron al integrante del jurado que se dio vuelta mágicamente. De votar condena a votar absolución. El “panqueque” quedó bajo sospecha. Y los rumores comenzaron a crecer día tras día. Apuntaban al padre del operador (un exfuncionario municipal llamado Oscar Sánchez) y a sus vínculos. Su hijo ingresó al 911 sin ningún tipo de formación. Y –tras ser acomodado políticamente– tampoco se especializó (ni lo especializaron). Según admitió durante la indagatoria, nunca fue a un curso ni leyó el protocolo. Criminal.
Es de esperar que autoridades políticas del Ejecutivo y del Concejo Deliberante se sienten a discutir la actuación del SAME (su protocolo y sus interpretaciones). Y es de esperar que el Secretario de Salud abandone su quietud y se ocupe de temas vitales como este. Si no lo hace de motu propio, alguien deberá despertarlo de la modorra.
Cambio de hábitos
La semana que pasó, el estacionamiento medido y pago aumentó un 52 por ciento, pero eso ya es noticia antigua. Lo interesante es que, averiguando sobre el tema, esta sección pudo saber que en Bahía Blanca la gran mayoría de la gente ya no usa los famosos tótems.
Según explicaron desde Alsina 65, “el 87 por ciento de los usuarios abonan con la aplicación de Sapem Parking desde el teléfono”.
Otra novedad relacionada con el estacionamiento es que desde el 1 de abril ya estarán funcionando los 2.400 sensores colocados en el centro y macrocentro, que indicarán desde esa misma app en qué cuadras hay lugares libres para estacionar.
Carnaval toda la vida
Ya pasaron los feriados de Carnaval y hubo mucho festejo. Pero, por lejos, en el lugar en el que más se sintieron fue en el barrio Universitario. Todas las noches del fin de semana largo hubo fiesta en el Club. Pero no adentro del salón, sino afuera, en el patio.
Muchos vecinos estaban que volaban, porque la música a todo volumen les hacía sentir que tenían bafles en vez de mesitas de luz. Tanto es así que hubo un sin fin de denuncias por ruidos molestos, y en la última jornada, a eso de las 5 de la mañana, finalmente los inspectores frenaron la fiesta.
Parece que cuando los organizadores fueron a pedir la habilitación municipal para la Fiesta de Carnaval, dijeron que el evento principal era adentro del boliche, y que afuera “iba a haber algo más de gente de lo normal, pero todo muy tranqui”. Pero claramente eso no fue lo que pasó.
Tanto es así que se escuchó a uno de los empleados municipales que trabajó esa madrugada decir que “ni en Año Nuevo hicieron tanto escándalo”.
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