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Juez Brun: el entramado secreto

En esta imperdible edición, conocé los detalles que envuelven la historia del juez acusado de beneficiar a violadores, quebrando la ley. Además, el mal momento de una concejala que cometió una falta. Puteadas Lopes show. Y muchos más.

La historia detrás del caso Brun

Claudio Brun quedó en el ojo de la tormenta luego de que una serie de resoluciones suyas, favoreciendo a abusadores sexuales, generaran zozobra en las víctimas y en la sociedad en general.

Brun es “El Tata” para sus amigos y para quienes lo conocen de los pasillos de tribunales. La mayoría de sus colegas y empleados judiciales tiene un buen concepto sobre él. Con una carrera prolija, sin estridencias, ocupa desde hace una década el juzgado de Ejecución, uno de los despachos menos identificables por el ciudadano de a pie, pero crucial para presos condenados y sus defensores. Ante ese estrado se hacen los pedidos de libertades y morigeraciones de prisión. Allí se decide quién sale y quién no.

El aluvión de arrestos domiciliarios concedidos por Brun en el contexto de la pandemia es lo que ahora lo tiene contra las cuerdas. Particularmente aquellos otorgados a violadores de niños y adolescentes. Brun -como tantos otros jueces bonaerenses- se sintió contenido y amparado por la resolución del juez de Casación Víctor Violini, que indicó que ante el riesgo sanitario había que sacar presos de las cárceles. Con esa línea como norte y la especial presión de abogados defensores lo llevaron a la encerrona de hoy. “Si se muere un tipo en la cárcel el responsable vas a ser vos”, le advirtió más de un abogado, según afirma un allegado al magistrado.

Brun no les consultó a las víctimas al momento de beneficiar a sus victimarios. La Ley de Víctimas ordena a los magistrados a darle vista del expediente a los damnificados de esos aberrantes delitos antes de tomar una decisión. Brun se defiende –y se defenderá– argumentando que se trata de una ley que no está reglamentada en la Provincia y que por eso no es obligación cumplirla.

En las últimas horas, la Suprema Corte le dio la razón, aunque agregó que cada juez debe resolver cada caso en particular contemplando el derecho de las víctimas y analizando si estas no corren riesgo al otorgarle domiciliaria a su victimario.

Quienes impulsan el juzgamiento del magistrado afirman que “la Ley de Víctimas es obligatoria para todos los jueces del país. Sin excepción. Es una ley de orden público, por eso a cada uno de los  jueces que no la cumpla le vamos a pedir el juicio político”.

“La Justicia debe tener sentido común y responsabilidad, hay que terminar con los jueces del ‘salga, salga’. Brun violó la Ley Nacional de Víctimas y también –en el caso Ibars– la de Protección Integral de la Mujer porque nunca le dio intervención al Asesor de Incapaces, pese a que la víctima presentaba retraso madurativo”, resumió el legislador renovador Pablo Garate.

Las víctimas no solo no fueron consultadas para opinar antes de la resolución sino que tampoco se les avisó las novedades una vez firmada la decisión. La mayoría se enteró por los medios de que su violador había salido de la cárcel. Es más: las notificaciones empezaron a caer a las dos o tres horas de que trascendieran públicamente. “Hacía 15 días que este tipo –por el abusador–  estaba en la casa y nunca nadie me había dicho nada. Lo escuché por la radio y a las dos horas me notificaron. Una tomada de pelo, una burla obscena”, describió una mujer violada durante años por su padrastro.

Otro de los argumentos utilizados para justificar las salidas de internos fue que las unidades carcelarias son un foco de infección. A ese punto, los fiscales se opusieron afirmando que “ni en Villa Floresta ni en Saavedra hay presos con coronavirus”.  Un funcionario que rechazó las salidas otorgadas por Brun señaló que “estos detenidos corren más riesgo afuera que adentro. Extramuros sí hay casos positivos, adentro no. ¿En que se basan para decir que es peligroso estar encerrado?, si eso es justamente lo que recomiendan los médicos”.

A fondo. Sergio Massa le ordenó a su tropa “ir a fondo” con los jueces cuestionados. El primero de la lista fue Brun. Es sabido, en los pasillos del poder, que el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación cuenta con el aval de Alberto Fernández y Axel Kiciloff para la arremetida.

Para desgracia del juez bahiense, los planetas del poder se le alinearon en contra. En el PRO ya confirmaron que apoyarán el juicio político. Los amarillos se comprometieron ante las asociaciones de víctimas a respaldar la acusación contra el titular del juzgado de ejecución local.

“El peronismo no nos va a correr por derecha. Estos temas son los que siempre defendimos cuando fuimos gobierno. No vamos a cambiar ahora. En buena hora que el Gobierno, que al principio alentó la liberación de presos y le hizo pisar el palito a jueces como Brun, haya dado marcha atrás y entienda lo que reclama la sociedad”, resumió una alta autoridad del PRO en diálogo con esta sección.

Los intendentes cambiemitas de La Plata, Julio Garro; Vicente López, Jorge Macri; Tres de Febrero, Diego Valenzuela y de Lanús, Néstor Grindetti ya se reunieron con Viviam Perrone, de Madres del Dolor, y le confirmaron que ellos y los legisladores que les responden bancan el jury contra el magistrado con despacho en Avenida Colón 46.

Brun está conmocionado por la tempestad en su contra. Y por eso ahora pidió licencia. Es que en medio de la pandemia creyó que el viento soplaba de una manera y él avanzo sin preocupaciones. Evidentemente tenía mal el pronóstico y el vendaval lo agarró a contra pierna.

“El Tata se comió la curva, pensó que la onda venía garantista y empezó a largar creyendo que pisaba sobre seguro. Se confió en algunas resoluciones que iban en ese sentido y también en algunas señales que llegaban desde La Plata. Cuando se dio cuenta ya estaba en medio del pantano. Quedó colgado del pincel y todos los que alentaban esas posturas ahora lo dejaron a la buena de Dios”, describe un juez que lo conoce hace años y está afligido por su suerte.

Embarrarla. En su propósito por evitar la catástrofe, desesperado y confundido, Brun cometió una “torpeza” que podría costarle aún más caro que todo lo mencionado anteriormente. Buscó frenar el pedido de juicio político en su contra devolviendo al violador Ibars a la cárcel. “Intentó una gestión a través de un juez –de otra jurisdicción– para que Massa parara el juicio político bajo el argumento de que lo iba a volver a encarcelar al abusador”, describió una altísima fuente política a esta sección. El magistrado receptor de esa supuesta “operación canje” está dispuesto a declarar en el eventual jury.

Brun devolvió a Ibars a la cárcel el sábado 2 de mayo, mismo día en el que se confirmaría el pedido de juicio político. Él afirma que todo es pura coincidencia y que la marcha atrás con el arresto domiciliario de Ibars fue a raíz de un informe del Servicio Penitenciario que daba cuenta que al condenado le habían tirado un piedrazo a la casa. Con el fin de evitar mayores incidentes, según el funcionario, lo mandó de nuevo a Floresta.

“Cuando uno toma un decisión debe mantenerla hasta el final, hay que morir con las botas puestas. Él creyó que estaba bien darle el arresto domiciliario y debió seguir firme con eso, nunca dar marcha atrás. A confesión de parte, relevo de pruebas. Para mi es muchísimo peor la marcha atrás que la resolución primigenia. Si es que actuó asustado se mandó un cagadón. Y si fue por una especie de canje para zafar del jury ni que hablar”, reflexionó un juez de muchos años en el fuero local.

Veranito. Y como si todo esto fuera poco, este domingo en una entrevista con el diario Perfil, Massa dio un paso más en su embestida e introdujo un concepto que levantará polvareda: “Estoy convencido de que hay jueces que hicieron su veranito. Amparados en una acordada liberaron a narcos, asesinos y violadores. La Asociación de Magistrados sacó un documento y dijo que sonaba amenazante mi postura. No es una amenaza, el Congreso controla al Poder Judicial y cuando actúan mal deben ser investigados, así como hay jueces que investigan a los políticos. Pareciera que el Poder Judicial no quiere rendir cuentas nunca en la Argentina. Hay jueces que no pueden mostrar ni explicar cómo viven. Basta con ir a mirar en la provincia de Buenos Aires”.

Con este mar de fondo, allegados a Brun juntan firmas en su apoyo y esperan a que en La Plata se resuelvan dos cuestiones clave: conocer si se abre el jury, es decir si comienza el trámite formal del enjuiciamiento, y si –en caso de tener luz verde– se lo suspende inmediatamente como han pedido los denunciantes.

Mala vibra. Alejado del entramado judicial y político, un antiguo empleado de Ejecución brindó una explicación esotérica a lo que sucede en ese edificio tribunalicio: “Hay que llamar a una bruja para que limpie estos despachos. Primero Stemphelet (juez suspendido por protagonizar un escándalo en un prostíbulo) y ahora Brun. Aunque se rían, no tengo dudas de que este lugar está maldito, es una silla eléctrica sentarse acá”.

Multada

A la concejal Gabriela Schieda se la pudo ver el viernes pasado en una foto junto a referentes del UCR. No llamaría la atención que se reúna con sus correligionarios porque ella se reivindica radical, sin embargo generó comidillas en el micromundo político porque sus contertulios eran funcionarios del gobierno de Héctor Gay, del que ella es opositora desde hace algún tiempo.

Pero si Schieda quiere o no quiere volver a la fuerza que la hizo concejal poco le importa a esta sección. Hay algo mucho más interesante que sucedió el viernes: se la pudo ver furiosa porque un inspector de tránsito la multó por estacionar en un lugar prohibido.

El hecho sucedió cerca del mediodía en Soler e Yrigoyen. La edil aparcó su Renault Megane en un lugar reservado para el Poder Judicial: allí funciona la Curaduría Oficial de Alienados. Y fue justamente el titular de ese organismo, el Doctor Blas Facundo Antolí, quien salió de testigo de la infracción. Para suerte de ella, llegó en el momento justo porque ya estaba por accionar la grúa para retirar el vehículo.

Más allá de la gestión fallida de algún amigo de la funcionaria, para que todo quedara en la nada, el inspector cumplió con su trabajo sin importarle la investidura o el cargo de quien tenía enfrente.

Ahora Schieda, que fue titular de la Comisión de Tránsito, deberá abonar 25 mil pesos para saldar la falta cometida.

El exabrupto de Rodolfo

El exintendente Rodolfo Lopes es el político de la ciudad más zarpado de Twitter. Será que su abstinencia mediática lo impulsa a escribir a troche y moche y lanzar improperios al por mayor. La semana pasada estuvo intratable.

Aquí una muestra de su verborragia: En relación al análisis crítico del exministro Alfonso Prat Gay sobre la economía argentina, Lopes dijo: “Che ese Prat Gay tiene el tupé de hablar un hijo de la mierda. Un turro administrador de dineros de millonarios. Porque no te callas la boca pedazo de pelandrún con aires de distinguido, pedazo de pelotudo”.

A raíz de unas declaraciones del analista económico Roberto Cachanosky, el exjefe comunal escribió: “Tenía razón el negro Fontanarrosa con el vocablo pelotudo: a este le cabe de perillas. Más pelotudo no se consigue”.

Haciendo alusión a una fotografía de las dirigentes Margarita Stolbizer y Gabriela Michetti, Lópes opinó: “El hambre y las ganas de comer… Ortega y Gasset… Triki y Trake… Stan Laurel y Oliver Hardy… Chancleta y Zambuzeta”.

La prensa tampoco se salvó del parloteo tuitero del doctor. El destinatario fue el periodista Jonatan Viale tras una opinión sobre la cuarentena: “La va de raro y trasgresor de derecha, es un gordito que si no fuera hijo del otro Viale, solamente hubiera llegado a gordito pelotudo… che pibe traéme puchos de kiosko de la esquina… un zángano creído inteligente nada más… hijo de…”.

Arranca diputados

En la edición anterior de Bahía Indiscreta habíamos comentado que el Senado bonaerense se preparaba para sesionar. Bueno, lo mismo ocurre con los diputados. Si no pasa nada extraño, el próximo jueves se reunirán en el recinto los jefes de bloque y las autoridades de la Cámara bonaerense. El resto de los legisladores participará de forma virtual.

“Más allá de los temas que se traten, lo importante es que empecemos a sesionar”, le comentó a esta sección uno de los que estará allí de cuerpo presente. Y agregó que: “Es verdad que muchos queríamos que se sesionara con todos en persona, en un teatro, por ejemplo. Pero empezar esa discusión iba a retrasar todo mucho más. El sistema virtual ya fue probado y funcionó”. A trabajar, muchachos.

Clubes en la lona

La situación de los clubes en general, y de los de barrio en particular, suele ser precaria. Por eso los vaivenes económicos los golpean muy duro. Ya en la gestión del Colorado Mac Allister como ministro de Deportes de Macri habían necesitado una mano grande para pagar los servicios luego de las tremendas subas que esa misma gestión permitió. Así fue como se creó “Clubes Argentinos”, donde las entidades podían anotarse para regularizar su situación, sus balances, hacer las personerías jurídicas, y así recibir algo de plata. En ese momento los inscriptos en Bahía fueron más de 60. Esa misma herramienta es la que están usando ahora Provincia y Nación para que los clubes más humildes no desaparezcan.

“Lo que más les preocupa son los pagos de las boletas de luz, gas y agua. Pero nosotros les decimos que se enfoquen en pagar los sueldos. El problema de las deudas con los servicios en su momento se deberá solucionar en conjunto, con el apoyo de los Gobiernos”, comentó una fuente de Alsina 65. Es una pena que, cuando hay una política de estado que trasciende a un color político, es únicamente porque no queda otra opción, debido a una crisis.

A pedido de la UTA

Es verdad que hay mucha gente en la calle. Y que en adelante, salvo que los contagios se disparen, va a haber cada vez más. Por eso sonó lógico que los micros, a pesar de los nuevos recorridos, mejoren las frecuencias los días de semana, y pasen a ser como la de los sábados durante gran parte de la jornada, y no de domingos, como nos tenía acostumbrados la cuarentena.

También suena lógica la medida de volver a tener colectivos circulando los sábados. Desde este último, transitan hasta las 18.

Más allá del número de bahienses que anda por la calle y de que formalmente aseguran que todo esto fue parte de un acuerdo alcanzado entre el Municipio y la UTA, la verdad es que fue el gremio el que pidió que los micros circulen también los sábados. “No es momento para tensar la cuerda. Fue una petición y la aceptamos”, comentó una fuente municipal a Bahía Indiscreta.

La razón de ese pedido de parte del sindicato es muy simple, y va en consonancia al pensamiento de muchos dirigentes gremiales: no hay que dejar que achiquen, porque si los dejas achicar, la cosa no vuelve nunca más a ser lo que era. Desde ya, en la Comuna niegan rotundamente que se haya pensado siquiera en algo parecido a esa idea. “Tarde o temprano, los micros retomarán el funcionamiento que tenían”. El tema es cómo. Será, seguramente, parte de la famosa nueva normalidad de la que hablan.

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