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La verdad sobre la mafia barrabrava

Emanuel Castillo, una ofrenda en la cultura del aguante. Un comisario fugado durante el partido. El rol de la Municipalidad. La investigación: las pistas más firmes, el desembarco de la Policía Federal para una prueba clave y el “ego de la calamidad”.

El negocio de los barras y sus cómplices

Transcurrió una semana del crimen de Emanuel Castillo, el hincha de Olimpo que salió de su casa para hacerles el “aguante” a los jugadores y nunca más volvió.

Castillo no debía estar donde estuvo: viajó en su moto desde el Carminatti hasta las entrañas de Villa Mitre. Si en ese derrotero hubiera cometido algún delito debió terminar preso. No con un balazo en el cuello.

“Lo llevó la masa. Él no era un barrabrava. Él fue a un banderazo”, dijo Patricia, la mamá del chico. Lo que dice la mujer es estrictamente verdad. Emanuel no era un miembro de “La 74”, pero envalentonado por la pasión se sumó a una caravana que otros habían planificado al detalle. Nada fue al azar para los cerebros que lo organizaron. Fue una ofrenda nefasta de la hinchada aurinegra, ejecutada por “La Gloriosa”, los barras de Villa Mitre.

Muchos sabían que iba a haber un choque. Menos la policía. ¿De verdad no lo sabía? Hubo una doble falla. No solamente se dejó sin custodia a la columna de Olimpo, sino que tampoco se contuvo a la parcialidad local que salió al encontronazo de los visitantes.

Mientras se daban los enfrentamientos, el responsable del operativo de seguridad –el entonces comisario de la Distrital Alejandro Barreto– estaba fuera de la ciudad. Y no era la primera vez que se “fugaba” en momentos calientes. Ya en enero había sido descubierto por el propio superintendente Gustavo Berdini tomando sol en Monte cuando debía estar en Bahía.

El municipio, en tanto, salió a aclarar que nada tiene que ver con la organización de los eventos deportivos y su seguridad. Y es técnicamente verdad. Sin embargo, la Subsecretaría de Seguridad no puede mantenerse al margen y desentenderse de una situación que sucede en su ciudad. Si poseía datos previos sobre posibles cruces, su obligación era compartirlos con la fuerza policial, de lo contrario fue una irresponsabilidad mayúscula. Cualquier funcionario público está obligado a denunciar cuando se está ante la presencia de un presunto ilícito. Si no lo hace comete un delito.

Capítulo aparte merecen las dirigencias de los clubes. Fuentes de ambas instituciones dejan trascender un pacto de silencio no escrito. Y sostienen que sabían todo lo que habían planificado sus facciones más violentas. Incluso hasta el uso de armas de fuego. ¿Dónde estaban las armas que utilizó La Gloriosa?

En Olimpo, los dirigentes siempre hablan de “Villa Triste” y en la sede de Garibaldi se refieren a sus rivales como las “gallinas y amargos del centro”. Hace rato que no tienen relación institucional. Este partido no fue la excepción. Si entre las autoridades hay un trato agraviante, no hay que hacer mucho esfuerzo para imaginar qué señal reciben los más violentos.

“Si quieren venir que paguen esos putos”, repetían en niveles directivos de Olimpo el año pasado cuando subieron las entradas para el clásico en el Carminatti. Enfrente, en tanto, devolvieron gentilezas en la previa del clásico que terminó en desastre: “Nosotros no los vamos a dejar ni pisar El Fortín, ese hijo de puta de Dagna nos cagó en la AFA y estafó a nuestra gente con las entradas a un valor imposible. Acá no van a entrar”.

Problema sociológico. Muchos simpatizantes de Olimpo se sienten distintos al resto. Se autodefinen como los representantes de Bahía Blanca fronteras afuera: por la historia, por estilo y por haber permanecido casi dos décadas en Primera División. Del otro lado, los catalanes del fútbol local hablan de “la ciudad de Villa Mitre”, creando una identidad propia y diferenciándose del resto de Bahía.

Connivencia con las barras. Los dirigentes de ambos clubes niegan a coro tener relación con las barras. Pero la realidad indica otra cosa. Sus vínculos están aceitados y algunos negocios también. En Olimpo, la barra manejó la cantina durante los partidos en varias temporadas. También explotó económicamente el predio conocido como “Teléfonos”. En Villa Mitre los viajes a canchas visitantes configuran una mensualidad para la barra, entre otros rebusques habilitados.

Los negocios de los violentos no sorprenden a nadie. Por eso lo que escandaliza, ya no son los negocios, sino que las autoridades nieguen directamente la existencia de las barras bravas en sus clubes.

En Villa Mitre, en particular, hay un claroscuro muy marcado. Por un lado hay un trabajo deportivo, social y formativo excepcional, que debiera ser modelo a imitar por otras instituciones, pero por otro lado cobija a una guardia pretoriana que, está visto, es capaz de meter bala a quienes afecten el “honor” del club.

Muertes. En los últimos años hubo infinidad de hechos violentos relacionados con las barras. Los principales referentes de ambas hinchadas fueron asesinados. En 2009 una interna aurinegra terminó a los tiros. Daniel Enrique Guzmán recibió un disparo en el pecho tras reprocharle a otro capo de su grupo –llamado Elio Bruno Erbín– haberlo traicionado al venderle unos “trapos” (banderas) a un familiar suyo que militaba en la barra de Villa Mitre. Hoy “El Dany” Guzmán es un recordado prócer de “La 74”.

Jorge Oscar Ruiz, conocido como “Polvorita”, era capanga de “La Gloriosa”. Fue asesinado en marzo de 2015, luego de que protagonizara un violento asalto. Hoy se lo recuerda en cada partido y su cara está inmortalizada en decenas de paredones de Villa Mitre.

La investigación y el “ego de la calamidad”. Una de las pistas que siguen los investigadores son la gran cantidad de audios que circulan por las redes y en grupos de chat. Muchos son inventados con mezquinos interesados o con la intención de desviar la causa. Pero hay algunos que se analizan en serio en la Justicia. Hay un par que serán examinados con procesos de cotejos de voz por peritos de la Policía Federal Argentina.

Una arista que merece una detenida observación es un fenómeno que evidencia un grado de anomia e irracionalidad espeluznante. Tiene que ver con códigos tumberos aplicados a las barras. “Hay varios que se atribuyen haber matado al chico de Olimpo. Eso les da un escalafón superior dentro de su grupo. Es un galardón que te hace el más poronga en tu barra. Es decir se cargan el muerto –aunque no hayan sido los autores–  porque eso les da chapa”, explica uno de los investigadores del caso. Y eso plantea un problema para resolver en la causa. Aparece más de uno “confesando” el crimen. Por eso el peritaje de voz será clave y, sumado a pruebas independientes, podrían cerrar el círculo.

La filósofa Hannah Arendt acuñó la frase “la banalidad del mal” para expresar que hay individuos que actúan dentro de las “reglas del sistema al que pertenecen” sin reflexionar sobre sus actos.

Está demostrado que quienes integran las barras buscan la pertenencia a un grupo con el que sentirse identificado y poseen ciertos rasgos generales: exaltación de la fuerza, sentido del honor asociado y la capacidad de pelear. Los escritores Elias y Dunning han demostrado que los deportes concentran y controlan las emociones humanas que no se muestran en la vida pública. Pertenecer a una hinchada permite una temporal liberación de las emociones más irracionales y en donde el consumo de estupefacientes, la adrenalina y el alcohol van condicionando la estructura de la mentalidad y el cerebro.

El antropólogo José Antonio Garriga-Zucal afirma que la violencia adquiere una función particular: fija y mantiene los límites territoriales de los grupos humanos. Los “Barras” mantienen un fuerte lazo con su espacio físico, su club, el barrio. Por lo tanto, el problema de la violencia no viene asociado al lazo social, sino a una forma de intercambio que resignifica el mundo del fútbol. La “hombría, la masculinidad y el aguante” son elementos culturales esenciales en la forma de vincularse con otros. Todo esto sumado a los negocios ilícitos que proliferan –y nadie quiere o puede cortar– crean un combo mortal. Y quedó demostrado.

Ministro con protector

El ministro Augusto Costa pasó por Bahía y la región. Se reunió con el intendente Héctor Gay, almorzó en el Gambrinus y puso en funciones a Federico Susbielles en el Puerto. “Queremos transparencia”, dijo poniendo un manto de duda sobre la gestión que terminaba.

El titular de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia es uno de los hombres de mayor confianza del gobernador Axel Kicillof. Durante el último mandato de Cristina, fue secretario de Comercio Interior y creador de “Precios Cuidados” y “Ahora 12”.

Acompañado por una docena de personas -muy al estilo de La Campora que se mueven en grupos nutridos y compactos- Costa se puso en tema de varias cuestiones que desconocía de nuestra ciudad y el Puerto. Cazó al vuelo cuestiones sensibles. Con sus devoluciones, ya demostró que es más despierto que su antecesor Javier Tizado.

En Monte Hermoso hizo la recorrida junto a Alejandro Dichiara y elogió los predios deportivos del balneario. Y preguntó más que nada sobre su pasión: el fútbol. Costa además de ser funcionario político en la Provincia, es vicepresidente del Club Vélez Sarfield.

También paseó por el Complejo Americano y quedó enamorado del lugar. Y prometió gestionar créditos para que, emprendimientos como el enclavado en el oeste de Monte, puedan crecer.

Pero sin dudas lo que más llamó la atención de quienes lo vieron por primera vez al Ministro fueron dos cosas: que bajó a la playa con una desaconsejable remera negra –hacían 35 grados– y que todo el tiempo se la pasó frotándose protector solar. La explicación: tiene un pigmento de piel extremadamente sensible.

Bahiense en la plana mayor de la DGI

El abogado local Exequiel Lebed fue designado titular de la Subdirección General de Operaciones Impositivas Metropolitanas de la Dirección General Impositiva.

Especialista en derecho tributario, Lebed será el segundo en orden jerárquico del organismo que dirige Virginia García, ex senadora nacional y quien fuera cuñada del diputado nacional Máximo Kirchner.

“El Turquito” Lebed comenzó su carrera en la DGI en Ushuaia en el 2003. Seis años después llegaría a jefe de aquella agencia. Luego fue director en Comodoro Rivadavia de 2010 a 2013. Después estuvo dos años en la Dirección Microcentro de la Capital Federal y más tarde se hizo cargo de Neuquén. Y en los últimos cuatro años se desempeñó en la Aduana bahiense.

A partir de ahora tendrá a cargo las Operaciones Impositivas en toda Capital y Gran Buenos Aires.

Mal momento para conocida abogada

Esta semana explotaron los casos de cuentos del tío y falsos secuestros en Bahía. Hubo muchas llamadas de hombres y mujeres haciéndose pasar por un familiar en apuros. Todas fueron a teléfonos fijos y los apuntados eran personas de la tercera edad.

Una de las víctimas fue la madre de la reconocida abogada penalista Viviana Lozano. El llamado supuestamente era de su hijo, y aseguraba que estaba retenido por delincuentes, los cuales pedían dinero a cambio de liberarlo. Pero estas personas, si se les puede calificar así, no contaban con un detalle. El hijo de la mujer a la que llamaron, y hermano de Lozano, falleció hace ya unos años.

“Días después de su muerte mi mamá recibió un llamado igual y quedó muy afectada. Para ella era la voz de mi hermano. Esta vez pudo sobrellevarlo mejor, pero igual fue un mal momento para ella y para mí también”, comentó la doctora a Bahía Indiscreta.

Otra vez problemas en el edificio del Poder Judicial

La última semana, una vez más, hubo inconvenientes en los ascensores del edificio del Poder Judicial que se encuentra en Avenida Colón 46. Varios de quienes prestan tareas allí a diario viralizaron las fotos de la puerta del elevador a medio cerrar.

Esto no es nuevo. A pesar de que, a diferencia de lo que ocurría hace un tiempo, la empresa de mantenimiento ahora está radicada en Bahía, todos aseguran que el problema no es de los ascensores, sino de la estructura del edificio propiamente, que en su momento perteneció a la empresa de energía eléctrica y que ahora es cedido por la Provincia.

Desde el sindicato que agrupa a los trabajadores, la Asociación Judicial Bonaerense, indicaron a esta sección que la próxima semana, en medio de la discusión paritaria, habrá una reunión con el ministro de Justicia Julio Alak “porque el problema de infraestructura está en todas las departamentales del Poder Judicial de la Provincia. Incluso, en algunos lugares, es aún peor que en Bahía”.

Más cambios para rendir el carnet

En esta sección ya adelantamos que, desde el mes que viene, el examen práctico para rendir el carnet de conducir será en el autódromo Ezequiel Crisol de Aldea Romana. Allí habrá una pista homologada bastante parecida a lo que el conductor puede encontrar en la calle.

También se tomarán en ese lugar los test para quienes manejen camión, maquinaria pesada, y cuatris. Esto último será muy beneficioso para el bahiense, porque no tendrá que viajar a Monte para rendir, ni pagar allá y acá el sellado.

Pero los cambios también se darán en el examen teórico, que ahora se toma en el Paseo del Sol. Las charlas para los que rinden por primera vez se actualizaron y fueron orientadas más a la seguridad vial que al simple conocimiento de la Ley Nacional de Tránsito.

En las pruebas habrá menos preguntas (hasta ahora eran más de cien) y serán aleatorias. El aspirante a conductor también deberá conocer, dependiendo la categoría de licencia que quiera obtener, las ordenanzas que se hayan aprobado en el Concejo Deliberante y que tengan que ver con el tránsito: la de carriles preferenciales de colectivos, la de dársenas de descarga de mercadería, la ordenanza que regula las ciclovías, y la de discapacidad.

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