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OCURRIÓ DURANTE LA BÚSQUEDA DE UNA MUJER

Detuvieron al perito Marcos Herrero, el mismo del caso Facundo, por manipular evidencia

Lo habían contratado familiares de Viviana Luna.

El Ministerio Público Fiscal de Mendoza ordenó la detención de Marcos Herrero, uno de los peritos que actuó en el caso de Facundo Astudillo Castro, el joven que apareció muerto cerca de Bahía Blanca, acusado de haber manipulado evidencia vinculada con la investigación por la desaparición de Viviana Luna, en la zona de Potrerillos, en el año 2016.

En octubre de 2020, la jueza Federal de Bahía Blanca Gabriela Marrón, rechazó en durísimos términos una serie de medidas de prueba en el marco de la investigación por la muerte de Astudillo Castro y ordenó investigar a Marcos Herrero, contratado por la querella.

Según informó la versión digital del diario Los Andes, a Herrero –conocido también como adiestrador de perros- se lo acusa de interferir en la pesquisa que se lleva adelante por la misteriosa desaparición de Luna.

El hombre, autoconsiderado como una persona especializada en la búsqueda de personas y rastreos con perros y cuyas actuaciones se han visto teñidas de polémica, fue detenido en Río Negro, provincia donde tiene domicilio, durante un allanamiento realizado por la policía local por orden de la justicia Mendocina.

Una comisión de la división de Homicidios de policía cuyana se apresta a viajar a la provincia patagónica para realizar el traslado del imputado.

Admitió el delito que se le imputa

Según un escueto parte de prensa dado a conocer por el MPF de Mendoza, a Herrero “se lo investiga por diversos hechos relacionados a la búsqueda de la Sra. Luna, donde habría manipulado evidencia falsa”.

Herrero llegó a Mendoza a pedido de familiares de Viviana Luna y luego también fue contratado para que buscara a Abigaíl Carniel (18), desaparecida en Las Heras en abril pasado.

El 29 de setiembre pasado Herrero y sus perros, en un hotel abandonado ubicado en la calle Los Cóndores, a metros del último lugar donde vieron con vida a Viviana Luna, el perito y sus canes encontraron partes de un cráneo quemado.

Ante la presencia de estos restos los presentes dieron aviso al 911 y el lugar se llenó de policías, peritos de Científica y antropólogos. Se preservó todo el material y se lo retiró para ser analizado.

El 15 de octubre, la Fiscalía informó que sobre “los restos óseos hallados en Potrerillos tras tareas con perros entrenados y que fueran realizadas por Marcos Herrero a pedido de la familia de Viviana Luna” se informa que, “de las 12 extracciones practicadas por el Laboratorio de Huellas Genéticas, la totalidad de ellas arrojan como resultado que el cráneo encontrado pertenece al de un varón”.

Días antes, desde la Jefatura de la UFI de Homicidios y Violencia Institucional, habían detallado que Herrero admitió haber manipulado evidencia en la escena, sin esperar la presencia policial ni contar con autorización judicial.

En declaración testimonial fundamentó dicha manipulación diciendo que ni él ni la familia de Viviana Luna confían en la Policía.

La Justicia Federal pidió investigar a Herrero por su rol en el Caso Facundo

En su momento, la jueza Marrón pidió investigar al adiestrador Herrero por su actuación en el caso Astudillo Castro. En un escrito realizado por la magistrada, se puede ver cómo refuta lo que los fiscales Heim y Azzolin indican en relación a las supuestas pruebas encontradas por los perros de Herrero.

– Los fiscales ponen énfasis en el hallazgo de un elemento, amuleto con forma de sandía, de propiedad de la víctima, como afirmaron testigos, en el Puesto de Vigilancia de Teniente Origone donde no habría estado.

– La jueza responde: “El testigo J.F.C. refirió que un idéntico elemento poseía Jano, hermano de Facundo, quien días posteriores a la aparición del amuleto en el allanamiento le mostró otro amuleto con idénticas características, el cual habría sido regalado por su abuela. Este testigo es el único traído por la fiscalía para acreditar que el amuleto era de Facundo, pero en rigor de verdad no prueba la precedencia del hallazgo, sino – en todo caso – que uno igual tendría Jano. No se presentaron pruebas de la preexistencia del amuleto de Facundo pese a ser solicitadas. Adviértase que el testigo J.F.C. refiere que tomó conocimiento del objeto con posterioridad al registro de la dependencia policial. (…) Pero más allá de que, independientemente de que se acredite que el amuleto era de Facundo, merece un párrafo aparte el origen del hallazgo que –a esta altura de la investigación – pone en duda su legalidad y por ende su validez. El Puesto de Vigilancia de Origone había sido allanado con anterioridad a ese secuestro. En el segundo registro se autorizó el ingreso del perito de parte –Marcos Herrero- con su perro, y la actividad de este perro fue el origen del hallazgo. Los canes de la fuerza de seguridad no marcaron la bolsa de basura donde se encontró el amuleto pero si lo hizo el perro de Herrero. Sin embargo, la ciencia y la técnica cuenta que los animales entrenados pueden oler rastros humanos durante un cierto período de tiempo. Ahora que por intermedio de la autopsia se conoce, aproximadamente, la data de la muerte de Facundo, surge de la combinación de ambos datos -la fecha probable de muerte y el lapso que los perros pueden oler a una persona viva o a un cadáver- que al momento del hallazgo del amuleto el perro del perito de parte no tenía aptitud para oler rastros de la víctima. Por lo expuesto, resulta necesario y también forzoso que el Ministerio Público Fiscal, en cumplimiento de sus deberes y facultades, investigue el accionar del perito, frente a la gravedad de la circunstancia apuntada. Dicho esto, con excepción del supuesto amuleto encontrado por el perro del perito de parte, no hay otra evidencia, hasta el momento, ni siquiera accidental, que ubique a Facundo en el Puesto de Vigilancia de Origone.

Hallazgo de otro “Amuleto” y más sospechas contra el perito de parte

– Otro de los argumentos en que los fiscales fundan su sospecha de que el personal policial participó o cometió algún delito relacionado con la desaparición y la muerte de Facundo se infiere del hallazgo de otro amuleto de la víctima (una piedra turmalina), encontrado también por el perro de Marcos Herrero, en un móvil de la Policía Local de esta ciudad.

– La jueza responde que “el secuestro y registro del móvil se ordena frente a un reporte de movimientos, cuanto menos extraños (“salto” en la geolocalización del vehículo), el día 8 de mayo del corriente en cercanías del lugar donde fueron hallados los restos óseos de Facundo. En este aspecto, la fiscalía no presenta, ni siquiera mínimamente, una hipótesis que conecte a los policías de Bahía Blanca con los del Partido de Villarino. No se alega una teoría que contemple una relación entre ellos, ni señala algo sospechoso que haya surgido de los celulares que fueron secuestrados a esos policías u a otros numerarios. La fiscalía omite valorar las tareas policiales que ubican al móvil de la Local de esta ciudad en el medio del agua el día y la hora sospechada y el ticket de carga de combustible que da cuenta que ese día, casi a la misma hora consignada en el informe de AVL – con diferencia de minutos – el auto estaba en otra punta de la ciudad distante a varios kilómetros del lugar del hallazgo de los restos. Estos dos datos objetivos y la ausencia absoluta de cualquier otro indicio que conecte a Facundo con la policía de esta ciudad permiten, rápidamente advertir, cuanto menos, la posibilidad de un error en el AVL del móvil. Respecto del secuestro de la turmalina le caben las mismas observaciones y los mismos razonamientos que los efectuados respecto del hallazgo del otro amuleto de Facundo en Tte. Origone, por parte del perro de Herrero.

Este caso es mucho más grave aún, ya que la piedra fue encontrada con posterioridad al otro amuleto y cuando la víctima, según informe pericial, llevaba casi dos meses fallecido, como mínimo. Esta circunstancia tampoco fue advertida por los fiscales. Repito, de la combinación de la fecha probable de muerte y del lapso que los perros pueden oler a una persona viva o a un cadáver al momento del hallazgo de la turmalina el perro del perito de parte no tenía aptitud para oler rastros de la víctima. La fiscalía debe investigar también estos hechos los que podrían configurar la comisión de un delito de acción pública.

En definitiva, lo único que enlaza a las dependencias policiales de Origone y Policía Local de Bahía Blanca con Facundo son los amuletos hallados por el perro del perito de parte, cuando la ciencia indica que en esos momentos no era posible que oliera esencia de Facundo. Por lo demás no hay una historia, una hipótesis, una teoría ni otra evidencia que lo ubique en esos dos lugares y mucho menos que los conecte entre sí. Pero si hay cantidad de evidencia de calidad que indica que Facundo en esos momentos estaba en otro lugar (ubicación de su celular, mensajes, antenas de telefonía, testigos, informe pericial sobre los restos óseos, entre otras ya citadas). Esa prueba objetiva no fue analizada por los fiscales ni siquiera para descartarla o refutarla.

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