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Marengo fue la gran ganadora de la noche y dejó atrás el repechaje

Desde que volvió a MasterChef Celebrity, Rocío Marengo tiene la cabeza puesta en el juego y se acabó el compañerismo, la solidaridad y esa inseguridad a la hora de cocinar. Como ella misma dijo: a partir de ahora será “a todo o nada”.

Aunque ninguna de sus estrategias merece el menor reproche tratándose de un juego donde solo uno podrá acceder al medio millón de pesos de premio, la mediática olvidó una regla de oro del buen estratega, que es la de nunca “mostrar las cartas”. Quien sabe si es por inocencia o por falta de experiencia, pero lo cierto es que a Rocío se le pusieron todos sus compañeros en contra, con el Mono de Kapanga a la cabeza. Y en la última gala, no se salvó ni de los jurados.

En la noche del martes, el desafío era hacer ocho viandas nutritivas, y Marengo apostó por centrar su preparación en una bondiola. Pero cuando Donato de Santis y Damián Betular pasaron por su estación de trabajo empezaron los problemas: “Acá siempre pasa lo mismo, una pone todo pero parece que nunca alcanza”, refunfuñó, y enseguida agregó visiblemente molesta: “Siento que les gusta lo que estoy haciendo pero igual me meten presión. Estoy por hacer algo y me dicen ‘pensalo'”.

El jurado tampoco las tuvo todas consigo, durante la charla interna mostraron malestar por la actitud de la participante: “Rocío está enojada pero tiene todo el mercado. Así que espero que se tranquilice y se concentre, a ver si hoy lo logra”.

La noche de furia de Marengo no terminó ahí, porque en el medio la ligaron también sus compañeros. De apurado, Nacho Sureda -que le pone voluntad a pesar del desfasaje de haber estado apenas una semana en el programa antes de su eliminación- cerró el horno con el pie, lo que le valió la reprimenda de su compañera: “¿Ahora me vas a poner los puntos vos también? Nuestra compañera Marengo parece que está medio picante”, lanzó.

Otro que quedó en el medio de la disputa de Marengo con el jurado fue Roberto Moldavsky, su supuesto amigo. “Él piensa lo mismo que yo, que con algunos participantes fueron más cuidadosos, mientras que a otros nos llevaron más al límite emocional. Pero no sé por qué no lo dice, ¿qué te pasa Molda?”, lo apuró mientras el humorista esperaba nervioso la devolución.

Por cuestiones televisivas, un plato que no parecía descollar terminó siendo el mejor de la noche, y Rocío Marengo pasó a la final del domingo. Al estupor de los televidentes se sumó el de su compañero Moldavsky que, mientras ella se disculpaba por el trato hacia el jurado, reflexionó: “No se puede creer el nivel de falsedad que estamos manejando”. Eso sí, ella sigue en carrera, pero él quedó en la cuerda floja.

Fuente: La Nación.

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