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PROHIBIDO OLVIDAR

Dos bestiales femicidas, en libertad

Fabián Tablado (izquierda) y Ricardo García, dos feroces homicidas que están en libertad. Fotos archivo

Por Augusto Meyer / Redacción de La Brújula 24

Fabián Tablado, el femicida que en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, recuperó la libertad ayer tras cumplir un año de condena por violar dos perimetrales que le impedían acercarse a familiares de su víctima.

Las características de ese crimen hicieron recordar el caso de un femicidio aún más atroz consumado en Bahía Blanca hace 21 años cuyo autor también fue condenado, pero quedó libre anticipadamente.

Ricardo “Palermo” García mató de 160 puñaladas y martillazos a Laura Daniela López, de 25 años, entre la tarde y noche del 20 de septiembre de 2000.

Según los archivos periodísticos García violó a su víctima, la maniató y le colocó una bolsa y medias en la cabeza.

El asesino, si bien fue condenado a prisión perpetua, recuperó la libertad beneficiado por el 2×1 en noviembre de 2017.

Baño de sangre por toda la casa

El crimen de Carolina Aló, de 17 años, fue uno de los casos de mayor repercusión del historial criminal del país. El almanaque se manchó con sangre el 27 de mayo de 1996.

Carolina estaba de novia con Tablado, por entonces de 20 años, y estudiaban en un colegio secundario de Tigre.

Tras una discusión el joven persiguió a la chica por las escaleras, cocina y garaje y la mató de 113 puñaladas con una cuchilla, dos cuchillos y un formón de carpintero.

En 1998 (mucho antes de la existencia de la figura penal de femicidio), la fiscalía y la querella pidieron prisión perpetua por homicidio agravado por alevosía.

Sin embargo la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple.

Torturas precedentes al crimen

Laura López, madre de una nena, no sólo fue blanco de las 160 bestiales heridas.

Entre la tarde y noche del 20 de septiembre de 2000, en el inmueble que alquilaba en Belgrano 570 de Bahía Blanca, la joven empleada de la editorial Novedades Educativas sufrió numerosos tormentos a expensas de “Palermo” García.

La mujer, según los peritos forenses, fue ultrajada con los brazos sujetos por la espalda con un cable y se le cubrió la cabeza con una bolsa, dos prendas de vestir y otras tantas medias, además de anudársele al cuello un cable y una bufanda. Tras eso recibió golpes con un martillo y un cuchillo.

Para llegar al asesino fue clave dar con el teléfono celular de López que García tiró en el baño de una estación de servicio camino a la DDI, adonde fue para acompañar a una testigo. Con ese aparato, el femicida realizó 23 llamadas que lo incriminaron.

Dos criminales de temer

Con 40 años, Ricardo “Palermo” García recuperó la libertad 17 años después del asesinato, beneficiado por la perversa ley del 2×1.

El perito Rodolfo Wrobel, psiquiatra y psicoanalista, fue concluyente al describir el perfil homicida: “Este hecho fue cometido por alguien que está alienado, es decir, que no está en condiciones de comprender lo que hace ni dirigir sus acciones”.

En algún lugar del mundo García goza de la libertad, posiblemente sin que quienes están en su entorno sepan de lo que él es capaz.

Tablado, el chacal que ayer quedó libre, no puede abstraerse de restricciones que le fijó la justicia, estando impedido de acercarse a menos de 500 metros de la casa y del lugar de trabajo de Edgardo Aló, papá de Carolina, por el lapso de 120 días.

Para garantizar ese impedimento se le colocó al homicida una tobillera electrónica. “Si se acerca a menos de 500 metros, volveré a denunciarlo”, dijo Aló.

Como si se tratara de una ironía del destino, trascendió que Tablado fijó domicilio en la que era la casa de sus padres. Allí donde asesinó a Carolina.

Dos bestiales femicidas, en libertad.

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