Los declarantes que fueron los que dieron inicio a una oscura y berreta novela de ficción gozan de impunidad.
Iara Silvestre, Horacio Azzolín y Andrés Heim desoyeron la indicación que ordenó analizar la actuación de Marcos Herrero.
Uno de los capítulos del libro del periodista Germán Sasso alude al trabajo del IADO-Conicet que tanto querella como Fiscalía intentaban eliminar del expediente. Allí se descarta una desaparición forzada.