Las intimidaciones llegaron primero al teléfono de línea de los padres, a quienes les advirtieron que serían secuestrados, y luego al móvil del jugador.
Se trata de María José Méndez (41), Andrea Campos (20) y dos menores de edad.
Una de ellas, integrada por una mujer y sus dos hijos discapacitados, perdió todo y debió ser trasladada a la Casa del Caminante.