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INFORME ESPECIAL

El Ecocanje en Bahía crece al ritmo de la generación de una conciencia verde

Qué objetivo persiguen en cada convocatoria para intercambiar residuos por productos sustentables. “La participación vecinal ha sido excelente”, ponderan en el municipio. Y admiten que van por más.

Por Leandro Grecco
[email protected] – Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

El Ecocanje consiste en el intercambio de residuos por algún producto y/o beneficio, una actividad que puede ser impulsada por municipalidades o hasta por organizaciones ambientalistas que bajo el objetivo de reducir los desechos que contaminan al ambiente ofrecen algo a cambio de la basura entregada.

Cada vez son más las localidades de distintos puntos del país que se suman a este tipo de campañas que tienen una duración y periodicidad diversa. La división de residuos se ha convertido en un hábito, pero necesita que una mayor porción de la población conozca las bondades de una práctica necesaria y sustentable, que promueve la lógica de preservar el medio ambiente, pensando siempre en función de las generaciones futuras.

En Bahía Blanca, la iniciativa que se plantea desde el ámbito municipal, invita a revisar la conciencia colectiva de los vecinos que, de forma responsable, acopian los elementos a descartar para contribuir la puesta en valor del hábitat en el que vivimos, preservando el aire que respiramos. La Brújula 24 exploró la realidad de esta temática, conversando con Jorge Groppa, referente en esta temática miembro de la planta profesional de la Subsecretaría de Gestión Ambiental.

“El Programa Municipal Ecocanje se viene desarrollando desde Octubre de 2005 con notable repercusión. El objetivo del proyecto es el de generar un Punto Verde o Punto Limpio itinerante en el que el intercambio de información y concientización respecto a temas medioambientales con la comunidad sean la actividad principal, y el canje de fertilizante por materiales recuperados el medio que nos permita concretarlo”, mencionó Groppa, quizás quien más conozca de esta dinámica en la ciudad.

Frente a la consulta respecto a la adhesión que han experimentado a cada una de las citas que se suelen difundir, celebró que “durante todos estos años la participación ha sido excelente. Es un Programa con gran inserción en nuestra comunidad. Luego de la interrupción forzosa como consecuencia de las medidas de aislamiento por el Covid, retomamos la rutina de hacer al menos tres Ecocanjes al mes (si el clima lo permite) en diferentes puntos de la ciudad”.

“El objetivo principal del Ecocanje es el de educación y concientización a la comunidad sobre los beneficios y las formas de clasificar los residuos para que puedan ser reciclados. Se le propone a la gente que separe los residuos que produce en su casa: los secos (y limpios) por un lado y los húmedos por otro. Dentro de los secos, en los ecocanjes se reciben botellas PET (son las botellas descartables de gaseosas y agua mineral), cartón y papel, tetrabrik y aluminio. Las otras fracciones de residuos secos son los vidrios y las latas de conservas, pero no se reciben porque es peligrosa la manipulación en las condiciones en las que se hacen las jornadas”, aclaró.

Y lo ejemplificó: “Las personas se acercan el día de la jornada con sus materiales ya separados en cada fracción, se pesa cada uno de los residuos y se los canjea por compost producido en las dos plantas de procesamientos de residuos que tiene la Municipalidad. El Compostaje es un proceso de transformación natural de los residuos orgánicos mediante un proceso biológico de oxidación que los convierte en abono rico en nutrientes y sirve para fertilizar la tierra”.

“A través del compostaje podemos reciclar la otra gran parte que componen nuestros residuos del hogar; la parte orgánica. Es un proceso sencillo y natural que se puede hacer a nivel industrial pero también lo podemos hacer en nuestras casas. Lo llevan a cabo microorganismos benéficos (hongos, bacterias, insectos) en presencia de aire y humedad, sin olores ni riesgo para la salud de las personas”, agregó Groppa, poniendo el acento en la importancia de mantener informada a la población de lo vital que resulta sumarse.

En eso de establecer parámetros claros, destacó: “Para educar y concientizar a los bahienses, desde el año pasado estamos instalando composteras comunitarias en diferentes espacios públicos de la ciudad con el objetivo de que en cada hogar se pueda también separar la parte orgánica compostable y se lleve a estas composteras. Una vez que ven y aprenden el proceso de compostado, lo pueden hacer en sus casas. Para aprender a separar los residuos secos van al Ecocanje y para aprender a reciclar los residuos orgánicos compostables van a las composteras comunitarias”.

“Volviendo al Ecocanje, lo recuperado se dona a instituciones de bien público para que puedan obtener un beneficio económico a través de la venta de estos materiales. En cada jornada participan voluntarios de alguna de estas entidades y luego ellos se ocupan de la comercialización a las empresas que se dedican al reciclado”, añadió, con relación a la tarea social que se trasunta por detrás de este programa.

Luego, se le preguntó a Groppa sobre los daños que puede ocasionar la desidia de la comunidad: “El problema ambiental que genera la basura es enorme; uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad. Al extraer los recursos para transformarlos, consumirlos y descartar como basura todo lo que nos sobra estamos tapando el planeta de basura. Es necesario modificar nuestros hábitos y extraer la menor cantidad de recursos posibles, consumir de manera racional solo lo que necesitamos y recuperar todo lo que una vez utilizado pueda ser vuelto a utilizar en las diferentes cadenas de producción. Es cambiar de una economía lineal a una Economía Circular”.

“Los programas de Ecocanje y Composteras Comunitarias tienen como principal objetivo educar, concientizar y demostrar cómo funciona la economía circular y qué tenemos que hacer cada uno de nosotros para ser parte de este cambio”, se esperanzó.

Por último, argumentó por qué se transita un camino positivo: “Bahía Blanca está en plena etapa de conversión, con un empuje notorio de las jóvenes generaciones que apuntalan incluso haciendo docencia a padres y abuelos para que se llegue a comprender la imperiosa necesidad de incentivar los buenos hábitos. El planeta merece un respiro, de cada uno de nosotros depende, antes de que sea demasiado tarde”.

Existen diferentes maneras de ser solidarios, pensar en qué mundo se le dejará a las futuras generaciones es una forma de mostrar empatía y conciencia social respecto del cuidado del medio ambiente.

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