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POR KEVIN KALISTER

Patio Portugal: un restó con tinte a bodegón

Este local, ubicado en Corrientes 150, se destaca por sus platos caseros y abundantes.

Por Kevin Kalister / Redacción de La Brújula 24

Patio Portugal es un restaurante familiar ubicado en calle Corrientes 150 y se encuentra abierto de martes a domingo, a partir de las 19 horas.

Su cocina de destaca por elaborar platos caseros y abundantes sin dejar de lado la utilización de ingredientes de calidad, y también por su originalidad, ya que algunos platos solo los podés encontrar acá. Además, la presentación de los mismos no parece ser un detalle menor, porque como ya sabemos, la comida siempre entra primero por la vista.

Al menú se accede únicamente a través del código QR que se encuentra en cada una de las mesas, allí podés encontrar varios tapeos, carnes (pescado, pollo, cerdo y vaca), pastas artesanales, minutas, menú infantil y postres.

Los cubiertos no los cobran, aún así esto no fue impedimento para que nos ofrecieran la panera, que está compuesta por pan clásico de panadería del día, palitos y escabeche de lentejas.

La entrada constó de una atípica tortilla ($790), en su interior no solo llevaba papas sino también panceta, cebollas caramelizadas y verdeo. De manera adicional (como toppings) poseía vegetales encurtidos, alioli y aceite de oliva.

Particularmente a mi me encantó este plato, pero debo advertir que el ácido del encurtido no es para todos los gustos. De todas formas, en este caso era opcional incluir este ingrediente.

En cuanto a los platos principales, me costó decidirme en la elección, ya que todos me parecían apetecibles. En situaciones como esta, no queda otra que preguntarles a los que saben: los mozos. Uno de ellos, muy atentamente, me sugirió la bondiola braseada a la barbacoa ($1790) y, la verdad, no falló.

La bondiola se cortaba con cuchara, literalmente, no era necesario ningún cuchillo en la mesa. También es verdad que muchas veces suele ocurrir que está tierna pero seca, este no era el caso, estaba en su punto justo, con la humedad correspondiente y una terneza inigualable.

La salsa que la acompañaba era bastante dulce, pero estaba colocada en poca proporción para no opacar al resto de los ingredientes. Además, este plato venía con una guarnición, que si bien en la carta indica una determinada, se puede cambiar por otra sin ningún problema o costo adicional. Yo disfruté de un cremoso puré de papas.

Otro de los platos que degusté fue un lenguado a la chapa con salsa de puerros y risotto ($1690), el cual fue perfecto en todos los aspectos.

La crema de puerros era muy sutil y el risotto de espinacas y queso azul fue el acompañante ideal, muy cremoso y con un excelente juego de texturas gracias a los tropezones de almendras que poseía.

A simple vista podríamos creer que los precios son apenas elevados, sin embargo esta creencia se cae cuando observás lo generoso que son los platos. Ni siquiera es necesario pedir entrada, con un plato salís más que satisfecho.

En estos casos donde mis expectativas son ampliamente superadas, las palabras salen solas. Volvería sin dudarlo, una y mil veces; no solo por la calidad y la abundancia de las comidas, sino también por la agradable y cálida atención otorgada por uno de los mozos, Tomás, quien se merece una mención especial.

(Kevin Kalister, bloguero e instagramer. Creador de @bahiablancafood)

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