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"Uno sigue siendo adicto aunque deje de consumir porque la lucha es día a día"

Adrián Di Renzo contó su experiencia y valoró la existencia de los grupos anónimos: "Es el mejor lugar para encontrarte con tus pares y pedir ayuda".

Fotos: Pablo Noir (La Brújula 24).

Adrián Di Renzo es un ciudadano bahiense que se define como preventor de consumos problemáticos. Usualmente recorre escuelas, empresas e instituciones contando su experiencia con las adicciones para que otras personas se animen a levantar a mano y pedir ayuda. En su visita a los estudios de LA BRÚJULA 24, analizó la complejidad de una temática que nunca se agota.

"Uno nunca deja de ser adicto, pese a que deje de consumir. Es una lucha diaria que requiere de la parte profesional pero, en mi caso, los grupos anónimos a los que concurro uno encuentra a sus pares. Sentirse identificado con alguien que sufre una enfermedad como la adicción permite que la ayuda sea mutua", sostuvo en su charla con el periodista Germán Sasso.

Consultado respecto de cómo lleva este tiempo de sobriedad, resaltó: "Vivo el día a día, así es como la vas llevando, después uno pierde el deseo se está lejos de la última vez pero cerca de la próxima. Esto cabe para el tabaco, el alcohol y las drogas. El paso más importante es pedir ayuda, si uno no la encuentra en un familiar, puede recurrir a alguien que uno confíe para transmitir el problema".

"Lo mejor es hablar, por eso el programa que lleva el municipio y se llama Hablemos de Consumo es algo muy importante. Todos sentimos que podemos manejar la adicción, se arranca consumiendo los fines de semana y luego se cae en la cuenta de que se tornó un hábito. El alcohol es la droga más peligrosa de todas, se cree que porque es legal no es agresivo, pero esta sustancia está presente en peleas y accidentes", añadió, en otro tramo de la nota radial.

Y sumó: "Los costos desde el punto de vista económico de algunas sustancias son cada vez más altos y se complica la compra de las mismas. Es ahí donde el adicto acude a una tercera persona. Uno empieza a consumir para tapar un problema que viene de antes, la persona busca eludirse para tratar de ser algo. Inclusive, hoy las mujeres son las que más inconvenientes tienen para asumir su situación".

La problemática del alcohol

Di Renzo no vaciló en aseverar que "la cerveza es el principal consumo que tenemos. Días atrás, la Unión Argentina de Rugby se comprometió con la ludopatía y está bárbaro, pero no se presta atención a que el alcohol está en todas las publicidades. Ahí se muestra que todos somos hermosos, pero la otra parte no te la muestran, algo que incluso se ve cuando salgo a almorzar o cenar en personas adultas".

"Hay gente que combina la cocaína con el alcohol para bajar. Se suele creer que se inicia de adolescente, pero sobran los ejemplos de que no es así. Lo importante es reconocer el problema, no convencerse de que uno puede controlarla por sí solo. No hay que esperar a descubrir el problema, ese es el desafío de los padres. Es clave hablar con esa persona porque en ocasiones la familia también se convierte en co-adicta", sintetizó el bahiense.

En lo que respecta ala forma de pedir ayuda, recordó que "la primera vez que llegué a un grupo dije por dentro dónde me iba a meter y los que estaban ahí eran personas que habían dejado de drogarse. En ese momento supe que era mi lugar. Lo primero que aprendí es que tengo una enfermedad para toda la vida, física, mental y espiritual. Si no das con un terapeuta que sepa de consumo y adicciones es muy complejo".

"En los años 90, tenías que encontrar al dealer que te venda droga, ir hasta cierto lugar peligroso y hoy la traen a tu casa a través de Telegram que trabaja por geolocalización. Eso hace que sea más difícil parar. El consumo te va a llevar al hospital, la cárcel o el cementerio. Lo que no es problemático, puede convertirse en problemático si uno toma una copa de vino en un restaurante y sube a un auto a conducir", infirió.

El tiempo lo curtió para saber quién lo rodea: "Puedo detectar a un adicto sin haberlo estudiado en la Universidad Nacional del Sur. En como habla, en lo que te transmite, el que te dice 'vos no entendés nada'. El que consume, lo hace en cualquier lado. Al principio tiene sus reparos, al igual que el cigarrillo, con el tiempo ya no se esconde más. No todos podemos ser adictos. Uno se convierte en esclavo cuando la vida depende del consumo".

La moda de las apuestas

Al epílogo, dedicó palabras a uno de los flagelos que se encuentra en boga: "Respecto de las apuestas, es un descontrol como cualquier otra adicción. Se enfoca mucho en lo que pasa en las escuelas, con el testimonio de las maestras que afirman que ven a los chicos en los bancos del fondo apostando. Copian la tarjeta de crédito de los padres o venden cosas para tener dinero. El otro día, una madre me reveló que en tres días se había jugado todo el sueldo".

"Cuando tu vida gira en torno a cómo vas a conseguir dinero para apostar o comprar droga estás en problemas. Ocurre en todas las clases sociales, pero el que tiene la posibilidad de comprarla, no va a salir a robar. La adicción genera pobreza y delincuencia. El que necesita consumir está dispuesto a salir a robar. He visto gente que tenía mucho dinero, en una habitación vacía y un agujero en la pared donde tenía el aire acondicionado y por donde le entra una paloma", concluyó Di Renzo.

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