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INFORME ESPECIAL

Una ONG bahiense acompaña a las mujeres con embarazos vulnerables

Un grupo de voluntarios genera un espacio de contención en consonancia con la figura de la familia. Las campañas solidarias de pañales desechables y ajuares. Y los testimonios de sus protagonistas.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

La Red Nacional de Acompañamiento a la Mujer está compuesta por más de 400 instituciones voluntarias a través de Argentina, comprometidas con la defensa de las dos vidas y coordinadas por la Fundación Vida en Familia. 

Se encarga de asistir, cuidar y contener a toda mujer que atraviesa un embarazo inesperado y vulnerable. Ofrece acompañamiento emocional y social, asesoramiento médico-legal y contención espiritual en caso de que se solicite.

Está inspirada en la historia de su iniciadora, la profesora Evelyn Rodríguez, responsable junto a su esposo, el doctor Freddy Weber de la Fundación Vida en Familia que por más de 20 años brinda servicio a personas en situación de vulnerabilidad en la localidad rionegrina de Villa Regina.

Hace más de 30 años, Evelyn y Freddy adoptaron a Christian quien, al llegar a la adultez, decidió buscar a su mamá biológica, una joven que con solo 15 años había sido traída desde el Litoral a Buenos Aires para trabajar, quedando embarazada en una situación de extrema violencia.

Frente a este escenario, decidió dar a su hijo en adopción, preservándolo. Esta experiencia marcó para siempre la vida de Evelyn y su familia, porque le mostró cómo el acompañamiento puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Como equipo local, la Asociación Civil Jazmín del Cielo, desde el programa Contá Conmigo Bahía Blanca, es un eslabón en la Red. Centra su servicio en la familia, en tres ejes: Salud, educación y crianza y autogestión. En la práctica, se dedica al acompañamiento emocional y social, asesoramiento médico y legal y ofreciendo herramientas y oportunidades.

Liliana Caspe es una vecina comprometida de la ciudad y la referente a nivel nacional, quien explicó: “Existen cuatro pilares para el funcionamiento: la recepción, derivación y seguimiento de casos, la difusión con compromiso intencional y sistemática, la ampliación de la red y capacitación para todo el país y lo que llamamos ‘amigos de la red’ que aportan mensualmente para el sostenimiento”.

El servicio está enmarcado dentro de la Ley Nº 27611, conocida como la de los 1000 Días y ofrece una línea totalmente gratuita y anónima: 0800-333-1148.

En la práctica, desde la ciudad se encaran una serie de campañas concretas. Una de las más conocidas es el Taller de Pañales Ecológicos Reutilizables, con apoyo de la Secretaría de Salud y Gestión Ambiental del municipio. “Una propuesta superadora para el cuidado del bebé, la economía y el medio ambiente”, sentenció Caspe, en otro tramo de la charla con este diario digital.

Llevan adelante una serie de encuentros gratuitos, con cupos limitados, donde se establece la importancia por sobre los pañales desechables que causan impacto negativo ambiental, generando toneladas de residuos con materiales sintéticos y derivados del petróleo. Estos últimos necesitan de 300 a 500 años para degradarse, a diferencia de los ecológicos que propone la ONG, los que solo demandan de 365 días y son fabricados con fibras naturales.

En paralelo, Contá Conmigo también organizó el denominado Taller Arrorró, junto con la Fundación Cecilia Grierson y la Sociedad de Fomento del Barrio Latino. La premisa fue capacitar en la confección de ajuares y ropa para bebés, destinado a personas que no posean conocimiento de costura o manejo de máquina de coser. Tuvo una duración de dos meses, enseñando en cada clase una técnica diferente.

Caspe, sintetizó que “para tal fin, hicimos una campaña llamada ‘Puntadas de Generosidad’, en la cual pedimos donaciones de máquinas de coser nuevas o usadas en funcionamiento. El objetivo era apoyar a los talleres en los barrios, sabiendo que el aporte contribuye a sacar a las personas del asistencialismo, llevándola a la autogestión”. En 2021, en el Espacio NIDO de Vista Alegre se había realizado la primera edición con máquinas prestadas.

“En lo personal, soy Licenciada en Educación, tengo un postgrado en Primera Infancia y Familia en la Universidad Católica y estoy vinculada a una entidad que cuenta con un convenio con dicha casa de altos estudios que nos permite acceder a distintas carreras y cursos”, comentó.

Y luego agregó que “consideramos que la formación es clave, por eso aquella persona que pretende sumarse debe superar dos instancias, módulos con diferentes contenidos que una vez aprobados le permite formar parte de un binomio en el que se incorpora a otro voluntario con experiencia, para luego convertirse en mentor de alguien nuevo”.

Por último, Caspe celebró que junto a otros cinco miembros del equipo finalizaron una diplomatura específica para la mujer con embarazos vulnerables en la Universidad Católica de Salta. Y cerró con una inquietud: “Necesitamos un espacio físico para desarrollar en forma territorial para colocar las máquinas de coser de pie para que las madres puedan ir en turnos a realizar la labor solidaria”.

En primera persona

Mi nombre es Inés, tengo 37 años y soy mamá de tres bellos hijos. En 2022, me enteré que estaba embarazada, fue algo movilizante porque tenía una beba de un año y medio y un adolescente. Me acababa de separar, estaba sin trabajo y en una situación bastante crítica ya que el padre de mi hijo había entrado en un círculo de adicciones y tampoco podía contar con él. 

Fue muy duro, no lo podía creer. No era el momento de tener otro hijo, era algo que no estaba en mis planes y menos en esta situación. Pensé que abortar iba a ser mi mejor solución. Ya tenía dos hijos y un tercero era demasiado para mi. Estaba desconsolada y me acerqué a hablar con mi hermana al contarle mi decisión. Ella me preguntó: ¿y después, no te vas a preguntar cómo serían sus ojos? Fue un baldazo para mí, no lo había pensado.

Los hijos no son un accidente, ella me dijo que cada vida tiene un propósito y me dejó pensando. Fui al control y en la ecografía, al escuchar los latidos de esa vida que crecía dentro de mi, la amé. Me di cuenta que no tenía derecho a arrebatársela, decidí continuar con el embarazo. El interrogante era cómo lo haría.

Mi hermana me conectó con Contá Conmigo. Llamé al grupo, me contuvieron con mucha paciencia, me asignaron un acompañante que me cuidó, me mimó empezando con el bolso maternal completo, el cochecito y demás elementos. Ellos me enseñan cada día a ir superando los obstáculos y también a ser mejor mamá. 

Mi vida se fue ordenando, pero nunca me dejaron porque es una red de amor. Este año pude realizar el curso ‘Arrorró’ sin tener un solo conocimiento de costura, llegué a asistir con mis dos hijitos, llegaba cansada pero me encantaba ir avanzando cada martes en algo nuevo, y hasta me los cuidaban para que yo aprendiera, son un gran equipo siempre con tanta atención, delicadeza y amor. 

Hasta me dieron un diploma al esfuerzo por ser una de las que nunca falté .Nunca pensé que podría confeccionar un pañal y el ajuar completo de un bebe. Estoy feliz, con trabajo y muy estabilizada. Mi hijito ya tiene casi 11 meses y mi sueño es que cuando ellos crezcan, poder ser yo quien acompañe a otras mamis para que se sientan como yo y decirles como me dijeron a mí: ¡no estás sola!

Soy Claudia, hice el taller de pañales ecológicos hace un par de años en Nido de Vista Alegre. Luego me enteré que era el primero y que las máquinas eran cedidas por ese lugar. Simplemente me encantó, tanto la propuesta, como el grupo y más que nada sus objetivos. Inmediatamente me ofrecí como colaboradora de Conta Conmigo. 

Comencé ayudando en las capacitaciones. Luego tomé la capacitación que se requiere para ser tallerista. Eso no es todo, allí conocí a Laura, con quién cultivamos una amistad y hoy llevamos adelante un, por ahora, micro emprendimiento que tiene que ver con la costura. Ambas somos parte del equipo de trabajo y vamos de barrio en barrio con los talleres. 

Me llamo Guadalupe y mi experiencia se resume a partir del momento en que llevé al Taller Arrorró a Micaela de 19 años, que estaba embarazada y a una vecinita de 12 que le gusta mucho la costura. Nuestro camino comenzaba temprano desde Aldea Romana hasta el Barrio Latino. 

Coser es la manera que encuentro de desenchufarme del mundo, haciendo manteles y almohadones porque son cuadrados y fáciles. Quería empezar a hacer vestiditos para mi pequeña hija ya que los que se venden no siempre puedo pagarlos. Me interesaba saber cómo hacer un molde para aprovechar una tela o modificar su ropa si le quedaba corta o grande.

El taller, que duró dos meses, me ayudó a ganar confianza, a copiar modelos que ya existen, crear y a aprender de las diferentes puntadas y los usos del elástico, además de otros secretitos que se pueden aplicar para la confección de una prenda.

Con enorme amabilidad, las chicas de Contá Conmigo fueron explicando que siempre hay que intentarlo antes de decir ‘no puedo con esto’, la verdad que ellas son todas amorosas y súper pacientes.

Micaela, que tenía mil sustos y se sentía muy sola y perdida, no andaba bien. Le insistí que llame al 0800 porque nos habían contado de su funcionamiento. Las voluntarias la llevaron al hospital. Estuvo internada y su acompañante la visitaba todas las semanas llevando el famoso bolso maternal que ellas mismas confeccionan, para ayudarla a superar esos días difíciles. Hoy, ella disfruta de su beba en su casa muy agradecida.

Luego ofrecí mi casa para realizar el Taller de Ecopañales porque cuento con un espacio grande. Acá vinieron con sus máquinas a cuesta. Me encantaría que más personas sepan desenvolverse con la costura, en especial aprender a utilizar la tela para cuidar nuestro planeta y el bolsillo.

Soy Sandra y debo admitir que cuando llegué, pensé que no me iba a salir porque vi que todas usaban las máquinas para la confección de los distintos artículos, me arriesgué a hacerlo a mano y me quedó muy bien, sintiendo la satisfacción porque lo logré hacer sola y ahora lo puedo hacer en casa. Nada hubiera sido posible sin el acompañamiento de las chicas del grupo que fueron muy generosas conmigo.

Paula Daniela Muñoz, Matías Julián Reser y Liliana Mariela Berón, alumnos autoconvocados del tercer año de la carrera de Gestión Ambiental y Salud del instituto Juan XXIII hicieron un aporte inconmensurable al Taller de Ecopañales.

Muñoz comentó que “asistí para realizar un trabajo en una materia de la carrera. Tengo un nieto pequeño que usa pañales, un nieto por nacer y una amiga que tiene un hijo con discapacidad que también usa pañales. Con la intención de realizar un emprendimiento con mis compañeros y familia que sea de impacto positivo ambientalmente.Nos pareció una idea sustentable y amigable con el medio ambiente. En mi caso particular contaba con experiencia previa en coser a máquina”.

En el caso de Reser, afirmó que “me llamó la atención el nombre del taller. Fui con la expectativa de encontrarme con algo innovador y para acompañar a mi compañera que me invitó.Nos pareció una idea sustentable y amigable con el medio ambiente, todo un desafío porque para mi era la primera vez que cosía a máquina”.

Y Berón sintetizó: “Nos pareció una idea sustentable y amigable con el medio ambiente. Lo tomé por el porcentaje que se evalúa de los gastos económicos tanto para la familia como el impacto ambiental en general. Tengo nietos pequeños que usan pañales y hago trabajos de costura”.

“Me resultó muy interesante la explicación de las chicas respecto a la iniciativa. Me llevé ideas e inquietudes para brindar ayuda a familias en situación vulnerable social (sea por impacto económico mediante emprender o para contención de mujeres en situación de riesgo) y para dar difusión a la iniciativa de la organización”, indicó Muñoz.

No obstante, reconoció que “también me llamó mucho la atención la sorpresa que causó la presencia de Matías en el taller tomando su asistencia como incorporación de la inclusión respecto a que un varón asistiera siendo que el taller en realidad se promueve abierto a toda la ciudadanía. Para nosotros tres es normal realizar capacitaciones juntos que tengan temáticas respecto a la carrera”.

Reser volvió a tomar la palabra y ponderó que “la experiencia es fantástica desde el punto de vista de la facilidad de realización y simpleza con que podemos resolver el problema del gasto económico como son los pañales descartables. Con un acto tan simple se puede ayudar a familias en situaciones vulnerables fomentando la sustentabilidad y la buena predisposición para enseñar el uso de la máquina”.

Al epílogo, Berón refirió: “Me gustó mucho el resultado. A través de esta experiencia se concientiza a las familias respecto a abaratar costos en el uso de pañales ecológicos vs pañales descartables. Coincido con mis compañeros que la iniciativa es muy interesante para ayudar a familias en situaciones vulnerables fomentando la sustentabilidad”.

Contá Conmigo está expectante para recibir colaboraciones y en diciembre tiene previsto lanzar la campaña de socios. A partir de la Personería Jurídica se abren nuevos horizontes para un grupo de bahienses que solo tiene un mismo objetivo: AYUDAR.

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