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lo que dicen los expertos

Cómo se construye la mente de un femicida

En lo que va del año, se registraron 152 femicidios en Argentina.

Miles de mujeres se movilizaron una vez más en Argentina para protestar contra la violencia de género. Sin embargo, un caso reciente ha vuelto a poner de manifiesto la gravedad de esta problemática. César Sena, hijo de líderes sociales cercanos al gobernador de Chaco, fue arrestado por el femicidio de su pareja, Cecilia Strzyzowski. Según investigaciones judiciales, Sena la estranguló después de haber practicado artes marciales con ella.

Este trágico suceso pone en evidencia la conexión entre el poder y la violencia de género. Débora Tajer, psicóloga y sanitarista, señala que existe una relación entre lo psicológico, lo social y cultural con ciertos modos de vida asociados al poder. Tajer destaca que no se trata de una enfermedad mental, sino de la posición subjetiva de aquellos que se sienten habilitados para arrebatar vidas, lo cual se relaciona con la masculinidad hegemónica y el desprecio por la vida.

El caso de Sena también evidencia la presencia de la impunidad en estos actos. A pesar de las denuncias previas y las medidas de protección, muchas mujeres continúan siendo asesinadas por sus parejas o exparejas. En lo que va del año, se registraron 152 femicidios en Argentina, además de 179 intentos de femicidio y 113 niños que perdieron a sus madres. Alarmantemente, el 20% de las víctimas había realizado denuncias previas y el 90% de los agresores pertenecía al círculo íntimo de las víctimas.

La falta de un perfil definido para los femicidas complica aún más la prevención de estos crímenes. La psiquiatra Virginia Berlinerblau enfatiza que cualquier hombre puede ser un femicida, ya que la violencia de género está arraigada en una sociedad que naturaliza la violencia masculina. Además, el amor romántico y la idea de posesión sobre las mujeres alimentan esta violencia.

Expertos también resaltan la responsabilidad del Estado en la lucha contra la violencia de género. La falta de protección efectiva y la inacción frente a denuncias previas convertiría al Estado en cómplice de estos crímenes. Por tanto, la evaluación de riesgo no puede depender únicamente de una persona.

La antropóloga Mónica Tarducci destaca que el femicidio es un problema político-cultural, producto de una sociedad patriarcal que justificaba la violencia contra las mujeres. Aunque se han logrado avances en la visibilización de esta problemática, aún persisten creencias y actitudes que perpetúan la violencia de género.

Fuente: Clarín

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