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BLAS CINALLI, COMPLICADO

El ADN del rugbier que festejó el crimen quedó en el cuerpo de Fernando

Hoy comenzó la ronda de declaraciones de peritos genéticos.

Blas Cinalli, primero de derecha a izquierda. Foto Infobae

En la jornada de ayer del juicio contra los ocho rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa, investigadores que intervinieron en la causa revelaron los contenidos de los teléfonos incautados en el arresto del grupo. Fueron audios y chats de un cinismo notable, ocurridos a minutos del crimen y durante ese 18 de enero de 2020. Los rugbiers conversaron entre ellos, con amigos de Zárate. De todos los mensajes, los de Blas Cinalli fueron particularmente indignantes.

“Nos sacaron todos los patovicas, lo recagamos a palos mal”, dijo a un interlocutor. “Nos agarraron del cuello, nos sacó la Policía, pero ganamos igual”, agregó.

Ahora, lo que continúa en el juicio puede complicarlo más todavía.

En las jornadas de hoy y mañana declararán los peritos encargados de los estudios genéticos del caso, los análisis de ADN, con 42 muestras extraídas entre la víctima y los acusados mediante hisopados, todos con sus tarjetas marcadoras FTA, con material genético de comparación para los forenses.

El expediente marca que la muestra 814.122 del caso, el hisopado al meñique izquierdo de la víctima, “se obtuvo un perfil mezcla en el que se advierte coincidencia con el perfil de la muestra 814.7″, que pertenece a Blas Cinalli. La misma coincidencia forense, por ejemplo, llevó a la condena de Jorge Mangeri, el femicida de Ángeles Rawson.

Este hallazgo, escribió la fiscal Verónica Zamboni, “denota que la víctima al defenderse durante la agresión lastimó a Blas Cinalli, quedando material genético de éste en un dedo meñique, lo que contrasta claramente con las lesiones que presentaba Cinalli el día del hecho, lesiones éstas constatadas por el reconocimiento”, que fueron constatadas por un médico legista.

Sangre en la ropa

César Guida, uno de los peritos especialistas en ADN, especificó en dónde se halló material genético de la víctima. Así, de su descripción se desprendió que había manchas de sangre de la víctima en cuatro prendas de vestir y en tres zapatillas de los imputados. ¿De quiénes eran? Fue Fernando Burlando el que les puso nombre y apellido a los dueños de esa ropa: Matías Benicelli, Ciro y Luciano Pertossi y Máximo Thomsen.

“Al día de hoy no sé a quién pertenece cada prenda y quién la usó”, explicó Guida antes de comenzar con los detalles de su exposición. Se trata del perito responsable del Área Genética Forense del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses Norte de Ministerio Público Fiscal. ¿Por qué aclara eso? Es que la metodología del análisis que hizo el profesional así lo requiere: las muestras son numeradas.

Fuente: Infobae

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