WhatsApp de Publicidad
Seguinos

Andrea, de Alcohólicos Anónimos

“Llevo muchos años sin tomar y la palabra vida, la escribo con mayúsculas”

“En un momento te das cuenta que sola no vas a poder parar y eso es lo que nosotros llamamos tocada de fondo”, dijo la integrante de la entidad de autoayuda.


La Organización Mundial de la Salud estableció al 15 de noviembre como día para fomentar el control del consumo de alcohol.

Andrea, integrante de Alcohólicos Anónimos de Bahía Blanca, habló con LA BRÚJULA 24 en este día tan especial.

“¿Quién no toma una copa con los amigos, una cena con un buen vino…?. Para nosotros, este consumo va siendo progresivo y, más allá de la cantidad, va siendo progresivo en el efecto, en lo que buscamos en la botella. En un momento dado te das cuenta que necesitás ayuda, que solo no vas a poder parar y eso es lo que nosotros llamamos tocada de fondo: cuando nos damos cuenta que vivimos para tomar y tomamos para vivir. Parece una exageración pero así fue en mi caso. Por suerte hay dónde pedir ayuda”, expresó en la charla que mantuvo con el programa “Una buena razón”.

“Yo estaba muy acostumbrada a vivir mal; vivir mal es estar descompuesta y a tener resaca todos los días, haciendo los números para la casa teniendo en cuenta la luz, el gas, la leche y el vino. Tengo una madre que padece el alcoholismo y en un momento tuvo un accidente por una recaída; a partir de entonces sentí mi propio sufrimiento por ella y vi el sufrimiento de mis hijos, que me veían a mí tomar. Ese darme cuenta fue lo que me hizo llegar a Alcohólicos Anónimos”, explicó.

“Obviamente es un proceso, yo he tenido problemas en mi trabajo al punto de inventar un problema para faltar; he estado muy irritable o depresiva. Las dos cosas son terribles porque no ves la salida. Ese es el fondo más profundo que uno puede tocar”, señaló Andrea.

La mujer se planteó que sus hijos no podían vivir lo que ella pasó con su madre, y ese día llegó.

“Había que cortar el círculo. Una no toma conciencia hasta que no deja de vivir lo que venía viviendo y empieza a mirarse en retrospectiva. A medida que una logra parar ese primer día y empieza a sentirse limpia, a no estar descompuesta y a tener los ojos claros y a discutir menos, se da cuenta de que estaba horrible”, indicó.

En Alcohólicos Anónimos Bahía Blanca, subrayó, “te encontrás con personas normales”.

“Pensar en alcohólicos anónimos es para algunos sinónimo de imaginarse al borracho que está en la calle rodeado de perros. La familia es la que sí o sí lo sufre; de afuera la gente y los compañeros de trabajo no se da cuenta que una tiene problemas que padece con el alcohol. La gente que está en alcohólicos anónimos es de todo tipo, de todas las edades, de todas las condiciones, porque es una enfermedad y si hay algo que es democrático en este mundo son las enfermedades. Esto lo aprendimos con la pandemia”, afirmó.

La entrevistada indicó que “una parte de salud del alcoholismo te la acomoda un médico, otra parte mental que la acomoda un psicólogo o un psiquiatra, pero hay una parte emocional que solamente se resuelve cuando uno logra entrar en contacto con los pares”.

“El alcohólico que ha sido tan desmerecido en la intimidad logra ver que su palabra tiene valor. El amor que hay dentro de alcohólicos anónimos es increíble. Somos una especie de hermandad que te da el calor que veníamos rechazando por no saber aceptar el amor que nos ofrecían. Yo llevo muchos años sin tomar alcohol y la realidad es que la vida empieza a escribirse con mayúsculas; tiene otro valor, eso es real”, mencionó.

Lo más leído