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La recomendada para el fin de semana

Crónica de una paranoia peligrosa

“La Mujer en la ventana” es, más que una realización óptima. Tomando elementos del ´suspense´ legendario, la película no sólo goza de una enorme crítica positiva, sino que ya alardea en convertirse en una realización de culto.

Por Fernando Quiroga
Especial para La Brújula 24

Entre las diez películas más vistas en nuestro país, gran parte de Iberoamérica y los Estados Unidos, está la opera macabra de Joe Wright, La Mujer en la Ventana. En apariencia, un filme que aborda la subjetividad paranoica de una dama poco convencional; Anna (Amy Grant) es una psicóloga que, víctima de un alto grado agorafobia, no puede salir de su casa. Su contacto con el mundo exterior es a través de la comunicación por los soportes inteligentes (habla por teléfono, navega en internet) y por los ventanales de su enorme departamento. Sin embargo, dueña de un espíritu más que altruista y siempre comprometida con su profesión, se relaciona con personas que se acercan a interactuar con ella; mientras no salga de su hogar, el delirio no se presentará a su puerta. Con Jane Russell (Julianne Moore) su vecina de enfrente, establecerá un vínculo, por lo que ante una situación extrema que esta vive (y que la psicóloga ve desde su ventana) comenzará un derrotero donde se pondrá en jaque su percepción, cuestionando incluso qué es real y qué es fantasía. Imbuidos en la perspectiva de tan interesante personaje, cada uno de nosotros, espectadores, nos veremos entre la espada y pared ante la realidad y la posible construcción fantasiosa del personaje principal.

El Cine de suspenso de los años sesenta, parece recreado en esta pieza formidable.

El filme es un enorme y bien logrado homenaje a Alfred Hitchcock, y no lo digo únicamente por la similitud del título con La Ventana Indiscreta, sino por cada elemento que la compone. La amalgama entre los planos enérgicos, los zooms si quieren antediluvianos ante los nuevos lenguajes cinematográficos y la exquisita música de Danny Elfman logran, junto a la fotografía de Bruno Delbonnel, retrotraernos a un cine de suspenso que, inconscientemente, creíamos desaparecido. Un refresh, justamente, con elementos del ayer actualizados y en buen grado.

El director, Joe Wright (el mismo que la brillante Las Horas más Oscuras) vuelve a regalarnos a Gary Oldman, en esta ocasión menos protagonista, pero más intenso. Jennifer Jason Leigh, completa un sólido bloque de actores y actrices que contribuye a un producto realmente magistral.

La película es imperdible, y ya está en Netflix para disfrutarla.

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