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Voraz incendio en Coulin 1069

“Escuchar a mi hijo gritar fue desesperante”, dijo el papá del nene quemado

Miguel Bagnaresi mencionó que su esposa saltó de la cama y que él atinó a correr a salvarlo. Además, dijo que las llamas se llevaron todas sus pertenencias. “Me dejaron lo puesto”, mencionó.

Miguel Bagnaresi todavía se encuentra en estado de shock. Se puede percibir fácilmente en su voz, mientras intenta explicar lo que sucedió ayer por la madrugada, cuando su casa, ubicada en Coulin 1.069 se prendió fuego.

Miguel se encuentra en el Hospital Garraham de Buenos Aires, junto con Daiana, su esposa y su hijo de 10 meses, aguardando cada uno de los partes médicos para saber cómo evoluciona Tiziano Benjamín, quien sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo.

“Escucharlo gritar que se estaba quemando fue desesperante. Cuando nos despertamos ya estaba todo prendido fuego. Mi esposa saltó de la cama cuando lo escuchó gritar. Yo lo único que atiné fue correr a salvarlo. Mi señora sacó al más chiquito y yo agarré unos baldes para intentar apagar el fuego”, comentó desde el centro asistencial al que fue derivado y en comunicación con la redacción de LA BRÚJULA 24.

Según Miguel, el nene tiene muy quemados sus brazos, la cara y las piernas, aunque ya le están haciendo las curaciones pertinentes. Por la tarde, le brindarán un parte respecto a la situación de las vías respiratorias.

La salud de Tiziano es la prioridad absoluta de Miguel. Sabe que su mujer, Daiana y que su otro hijo de 10 meses se encuentran en buen estado de salud. Sin embargo, sabe que las llamas se llevaron todas sus pertenencias.

“Alquilo esta casa desde hace cinco años y tiene problemas eléctricos. Estimo que fue un problema de ese tipo lo que generó las llamas. No creo que haya sido un ventilador”, explicó.

“Perdimos prácticamente todo. Ni siquiera los documentos pudimos sacar. Estamos con lo puesto acá en Buenos Aires”, agregó.

Miguel sabe que sus vecinos ya se pusieron en campaña para recolectar ropa y diferentes elementos.

“Ya me consiguieron ropa, una cocina y una heladera. Estoy más que agradecido”, dijo.

La estadía en Buenos Aires puede ser extensa, aunque los dueños de la empresa para la cual trabaja comprendieron la gravedad del hecho.

“Hablé con mis patrones y por suerte me entendieron. Me dieron los días que yo necesitara y me enviaron dinero para que pueda costear los gastos acá. Hace un tiempo que los conozco y nunca me dejaron tirado”, finalizó.

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