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Julio Falcioni le dio pelea al cáncer y ahora quiere volver a dirigir

El ex entrenador de Olimpo en 2002 se encuentra recuperado de la enfermedad que lo obligó a parar. “Estoy con ganas”, enfatizó.

Julio César Falcioni sueña con volver a trabajar en el corto plazo.

Julio César Falcioni inició una batalla contra el cáncer de laringe, allá por marzo de 2018, y a partir de allí su vida cambió. Una enfermedad que se le declaró días después de una internación por una neumonía. Aquel domingo de Pascuas levantó casi 40 grados de fiebre y volvió a la cama de un hospital.

El portal Infobae conversó con el ex entrenador de Olimpo, a quien se lo puede observar mucho más saludable, sano, intacto, ganador y rompiendo un silencio de nueve meses. “Estoy bien, totalmente recuperado, esperando si aparece algo para trabajar. Veremos qué posibilidades se abren. Ya estoy listo para volver a dirigir”, mencionó.

El “Emperador” recordó: “Soy muy cabeza dura. En pleno tratamiento, cuando estaba con la radioterapia y la quimio, viajé a dirigir un par de partidos afuera del país. Fui a Uruguay, a uno de Libertadores y a otro de Sudamericana. Estaba todos los días en los entrenamientos, normal. Y en ese momento los médicos no aconsejaban todo eso. Me decían que lo mejor era que descansara”.

“Cuando no hacía quimio, todos los días yo tenía radioterapia a las seis y media de la mañana. Después, salía de ahí y me iba al club. Un día que Banfield jugaba por Copa en Uruguay, no aguanté. Salí de la sesión de radioterapia, me tomé un avión a las once de la mañana, llegué para el partido y dirigí. Volvimos temprano al otro día y no llegué a las seis y media de la mañana para la radioterapia, pero arreglé la sesión para las tres de la tarde”, mencionó entre risas.

El DT que sacó campeón al “Taladro” por única vez en su historia y que supo meterse en la memoria de Boca ganando un torneo local invicto y una Copa Argentina añadió: “Es el amor por el trabajo, el cariño por lo que hago y las ganas de estar al lado de la gente que me acompaña en el día a día.

“Quería trabajar para no pensar en la enfermedad, ¿entendés? Cuando vos estás en tu casa mucho tiempo, la cabeza te da vueltas y pensás muchas cosas. Pero cuando tenés la cabeza ocupada, es diferente. Entonces, esa locura desde algún lugar también era buena. Los médicos opinaban que debía quedarme más quieto, pero yo sentía que eso me hacía bien”, enfatizó.

En el último segmento de la entrevista le consultaron a Falcioni si le gustaría volver a Banfield: “Ya volví tres veces al club, pero no puedo decir nada porque está en un momento delicado y no quiero generar ninguna complicación. Es un club al que le tengo mucho cariño. La gente me acompañó siempre, me dio un cariño inmenso. Yo le guardo un gran respeto a los hinchas, a la institución y en especial a quienes hoy están trabajando en Banfield. Simplemente digo que estoy bien para trabajar”.

“Quiero sentir el placer de volver a dirigir. Estoy con ganas. Pero el que me viene a buscar tiene que estar convencido de que soy el técnico indicado. No que soy segunda o tercera opción. Siempre pensé así. Si yo no estuviera bien, con fuerza, ni me presentaría. No estaríamos charlando ahora. Estoy entero”, concluyó.

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“Me lo detectaron casi de casualidad. Todo empezó hace casi dos años, en agosto o septiembre de 2017. Como muchas veces nos pasa a los técnicos, tuve una disfonía más larga de lo habitual. Fui a ver a un otorrinolaringólogo. Me dio unos antibióticos. No me hacían efecto y me mandó a hacer una tomografía. Fui al Hospital Italiano y ahí me encontraron dos nódulos. No parecía nada importante y programamos la operación para fin de año, así podía terminar tranquilo el campeonato.

“Era una cirugía simple, de una hora y media, no mucho más. La arreglamos para un martes o miércoles. El fin de semana me había armado todo para irme a Mar del Plata. Total no era nada. La internación era muy cortita: un día nada más”. Pero… “El problema fue que encontraron cosas que en los estudios no aparecían. Entonces, la operación no duró una hora y media; ¡duró 13 horas! Y la internación no fue de 24 horas; ¡estuve 15 días en terapia intensiva! Me perdí las vacaciones jajajaja”.

Cuando me desperté estaba en terapia, con una traqueotomía y con todo el cuerpo inflado por el aire que me había ingresado. Me tocaba así (presiona el bíceps del brazo izquierdo con el dedo índice derecho) y era como tocar un globo. Me tranquilizaron diciéndome que con el correr de los días me iría desinflando. Y así fue. De la operación no me acuerdo nada. Me acuerdo de todo lo que pasé en terapia intensiva y fue bravo, muy bravo. Por eso les agradezco de por vida al doctor Busto y a todo su equipo, a Eduardo, a Francisco, a toda la gente del Hospital Italiano que me atendió de maravillas”.

“Antes de la biopsia fue uno de los momentos más complicados, porque a la operación había ido sin saber que tenía algo feo. Ahora, después de un tratamiento tan duro, yo me preguntaba: ¿de qué mierda sirvió tanta lucha y sufrimiento si ahora me vuelve la enfermedad? Fueron días muy difíciles. Si me tenían que operar de nuevo porque la enfermedad había vuelto, yo iba a quedar muy complicado para el día y para todo. Y la verdad, no quería operarme”.

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