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Papelón amistoso de River: Independiente Rivadavia lo goleó 4 a 0

La Lepra mendocina ganó, gustó y goleó ante un Millo que nunca hizo pie y se quedó con el Desafío de Campeones.

Un 0-4 (que hasta pudo haber sido más abultado) es un resultado muy preocupante en cualquier contexto. No importa que sea un amistoso, con algunas bajas de peso y con un 11 alternativo. La dura derrota que sufrió River en su visita a Mendoza es, cuanto menos, inoportuna e incómoda para los hinchas más contemplativos y papelón para los exigentes.

Porque justo en la antesala de lo que será el arranque de la maratón de partidos entre la Copa LPF y la fase de grupos de la Libertadores, lo que obligará a tener que rotar piezas, Martín Demichelis les tomó una prueba a los que venían con menos rodaje y las notas fueron un reprobado generalizado. En resumen, con rendimientos bajísimos, ninguno le demostró que está en condiciones de meterse en el equipo ideal en un momento clave del año, lo que para el DT es un nuevo dolor de cabeza justo cuando parecía despejar las nubes con la Supercopa y el triunfo ante Gimnasia.

La idea inicial de Demichelis arrancó de forma auspiciosa, sobre todo en el medio. Porque el rombo con Kranevitter, Simón y Lanzini a sus costados y Palavecino de enlace generó un buen circuito interno, con Mastantuono movedizo de mediapunta.

El problema es que esa sucesión de pases con Pala (fue el mejor en los primeros 30’) y Manu (sintió mucho la inactividad) por lo general terminó en los laterales (Sant’Anna y Casco) tirando demasiados centros a un Colidio desaparecido como única referencia de área. Y así, ante la falta de concreción en los metros finales, el equipo se fue desdibujando y el muleto de Independiente (R) también desnudó los problemas defensivos de River.

Kranevitter le miró el número a Vázquez, David Martínez y Boselli salieron a achicar los dos a la vez, Casco y -sobretodo- Sant’Anna quedaron enganchados y Centurión se atornilló en el área. Con semejantes ventajas, Sartori no perdonó y marcó el camino de la goleada para los de Cicotello, que llegaron a este encuentro habiendo sumado apenas un punto de los últimos 24 en el torneo local…

El segundo fue similar, con roles invertidos. Esta vez fue Sartori el que le ganó el duelo -sin demasiado esfuerzo- a Martínez y Vázquez apareció por detrás de Boselli para empujarla al gol. Y mientras Demichelis miraba la tablet y charlaba con Pinola tratando de encontrar respuestas, los cambios del entretiempo tampoco dieron resultado: afuera los laterales, línea de tres con Zabala-Boselli-Martínez, misma zona de gestación y Mastantuono y Colidio como extremos para abastecer a Ruberto.

Todavía disconforme, hizo seis retoques en la segunda ventana, pero el ingreso de los experimentados sólo provocó una sensación de remontada con un remate de Aliendro al travesaño y un tiro libre de Nacho F. que despejó Monllor. Después, el golazo de Tonetto y la definición de Moreno (ex River) con el arco libre decretaron una goleada que le genera un lindo problema a Cicotello y una preocupación mayúscula a Demichelis en cuanto a un recambio que resultó poco fiable. Porque en la tierra del buen vino, River se tomó uno picado que le dejó un sabor bien amargo.

Fuente: Olé

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