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expedición búlgara dio aviso

A 48 años de su desaparición hallaron un avión de la Armada que cayó cerca de la Antártida

La aeronave chocó contra un monte de la isla Livingston el 15 de septiembre de 1976. Murieron los 11 tripulantes, entre quienes estaba un periodista.

Un avión Neptune 2P-103 de la Armada Argentina pasó 48 años perdido en un glaciar de la isla Livingston, cerca de la Antártida. El 15 de septiembre de 1976, estaba en vuelo de reconocimiento cuando se estrelló contra un monte helado. Ahora, el glaciar que lo había tragado devolvió algunas partes de la nave que quedaron esparcidas en la playa rocosa frente al mar. Por la caída murieron todos los tripulantes de la aeronave, en lo que se trata de la mayor tragedia aérea de un avión argentino en la Antártida.

Los restos fueron divisados por una expedición búlgara que pasaba por el lugar. La Armada estudió los restos y confirmó que se trata del vuelo de 1976 en el que murieron 10 tripulantes y un periodista fueguino que viajaba para realizar una nota.

El objetivo del Neptune era realizar un reconocimiento aéreo de la zona de glaciares para la Campaña Antártica que se iniciaría en el verano de ese año.

Como todos los años, la aeronave realizaba vuelos glaciológicos para verificar el estado de los hielos, el desplazamiento del límite de los mismos hacia el norte y relevar aerofotográficamente la zona, a fin de planificar las operaciones antárticas en base a los datos obtenidos.

La localización exacta en la que cayó el avión en 1976.

Cómo fue el accidente

La última comunicación con la torre de control fue a las 12:13, cercanos a la Isla 25 de Mayo. Luego el contacto cesó repentinamente, declarándose la alerta y búsqueda a las 13:22.

Al día siguiente comenzó la investigación del avión, mediante apoyo aéreo y de superficie. No fue hasta el día 24 de septiembre del ‘76 que un avión C130H localizó los restos de la nave sobre la ladera norte del cerro Barnard, en la isla Livingston. No había sobrevivientes. El lugar era muy difícil de acceder por tierra, por lo que trabajaron andinistas y vehículos aéreos para intentar rescatar los cuerpos y fragmentos.

En enero de 1977, un helicóptero del Ejército AE-451, intentando acercarse al punto de impacto, sufrió un repentino empeoramiento de las condiciones meteorológicas del monte, por lo que, lamentablemente, chocó también en la misma zona.

Ante este nuevo suceso, se decidió concluir la operación, quedando los tripulantes del Neptune junto a su avión.

Según lo investigado, la colisión fue por errores del altímetro en la aeronave y por el clima de ese día, lo que generó una desorientación del piloto.

El hallazgo de los restos

Un equipo búlgaro, el Bulgarian Antartic Institute, encontró restos en la orilla de la Bahía Falsa el pasado 15 de enero. Sin pistas de a qué vehículo podían pertenecer, se mantuvieron atentos a dar con su origen. Pasaron un par de días y en la orilla finalmente apareció una chapa del mismo tono verde oliva con el Sol de Mayo argentino.

Nikolay Danailov, Capitán de Fragata y Comandante del Buque Polar ST. ST. Cyril y Methodius, se comunicó con la Armada Argentina. Los especialistas argentinos confirmaron que se trataba del Neptune. Sus restos habían aparecido luego de 48 años.

Luego del hallazgo se realizó un acto frente a la isla Livingston en el que se rindió homenaje a las víctimas el accidente. Para la ceremonia, el Contraalmirante Marcelo Tarapow escribió un texto para recordar la tragedia. “Navegué por allí muchos años después, frente a esa montaña. Siempre los buscamos. ¡Muchas gracias por lo que hicieron! Siempre los recordamos. Reviví entonces una y otra vez nítidos recuerdos de aquel gris 15 de septiembre, cuando sentí por primera vez que el tiempo se detenía. Quizás si se detuvo”, sostiene el marino en un fragmento.

Con información de Infobae

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