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Su padre se estrelló en la Antártida hace casi 50 años y pide que la Armada retome la búsqueda

El avión fue hallado a principios de febrero.

En los primeros días de febrero, una noticia llegó desde el continente blanco y generó un gran revuelo en la Argentina: a 48 años de su desaparición, hallaron un avión de la Armada que cayó cerca de la Antártida.

El Neptune 2P-103 pasó 48 años perdido en un glaciar de la isla Livingston, cercana al continente más austral del mundo. El 15 de septiembre de 1976, se hallaba en vuelo de reconocimiento cuando se estrelló contra un monte helado. Y allí se quedó décadas.

Pero ahora, el campo de hielo que lo había tragado devolvió algunas de sus partes que quedaron esparcidas en la playa rocosa frente al mar.

Por la caída murieron los 11 tripulantes, en lo que significó la mayor tragedia aérea de un avión argentino en la Antártida. Ellos eran: Carlos Migliardo (Teniente de Navío), Arnaldo Mario Mutto (Capitán de Corbeta); Miguel Angel Berraz (Teniente de Navío); Claudio María Cabut (Teniente de Corbeta); Nelson Dario Villagra (Suboficial Segundo); Remberto Eberto Brizuela (Suboficial Segundo); Juan Aurelio Noto (Suboficial Segundo); Carlos Omar Campastri (Cabo Principal); Jesús Oscar Arroyo (Cabo Principal) y Benjamín Pablo Scesa (Cabo Primero). También viajaba a bordo Rodolfo Rivarola, director del Canal 13, Río Grande, Tierra del Fuego.

Liliana Villagra, hija de Nelson, habló hoy con La Brújula 24 respecto de una lucha que recién comienza. En contacto con el programa “Bahía Hoy”, refirió que su familia busca darle visibilidad al tema. “En aquel momento éramos todos niños, yo tenía 10 años de edad. Nuestras madres gestionaron, golpearon puertas, pero no hubo respuestas”.

“Hoy seguimos en el mismo lugar ante el silencio de la Armada, que no da respuestas, aun cuando se encuentran estos restos por casualidad, gracias a la expedición búlgara que estaba haciendo trabajos científicos en esa zona”, expuso la mujer.

Y en esa misma línea, manifestó que “nosotros hemos enviado cartas, notas, tanto a la jefatura de la Armada como al Comando del Conjunto Antártico. Hicimos una gran red entre todos los hijos de los tripulantes, que hoy somos todos adultos. Solo se nos indicó que en cuanto se logren las certificaciones darán alguna respuesta. No sabemos cuándo van a llegar, porque nadie sabe decirnos para cuándo vana estar. La cuestión es que no quedan dudas, no hay muchos aviones que se hayan estrellado en ese lugar”.

“Entre los restos, a través de las imágenes, se ve claramente el Sol de Mayo”, aseveró.

“No podemos esperar a que eso suceda. El Irizar, por ejemplo, ahora está en esa zona y regresa en muy poco tiempo. Pedimos que aprovechando eso, sobrevuelen el lugar y lo fotografían. Queremos poder acceder a los archivos del siniestro, a las cartas de navegación, todo el material que nos permita tener una idea de lo que puede haber ocurrido. Para nuestros pedidos, no hace falta una certificación”.

Escuchá la nota completa en el aire del programa “Bahía Hoy”, por La Brújula 24:

El hallazgo de los restos

Un equipo búlgaro, el Bulgarian Antartic Institute, encontró restos en la orilla de la Bahía Falsa el pasado 15 de enero. Sin pistas de a qué vehículo podían pertenecer, se mantuvieron atentos a dar con su origen. Pasaron un par de días y en la orilla finalmente apareció una chapa del mismo tono verde oliva con el Sol de Mayo argentino.

Nikolay Danailov, Capitán de Fragata y Comandante del Buque Polar ST. ST. Cyril y Methodius, se comunicó con la Armada Argentina. Los especialistas argentinos confirmaron que se trataba del Neptune. Sus restos habían aparecido luego de 48 años.

Luego del hallazgo se realizó un acto frente a la isla Livingston en el que se rindió homenaje a las víctimas el accidente. Para la ceremonia, el Contraalmirante Marcelo Tarapow escribió un texto para recordar la tragedia. “Navegué por allí muchos años después, frente a esa montaña. Siempre los buscamos. ¡Muchas gracias por lo que hicieron! Siempre los recordamos. Reviví entonces una y otra vez nítidos recuerdos de aquel gris 15 de septiembre, cuando sentí por primera vez que el tiempo se detenía. Quizás si se detuvo”, sostiene el marino en un fragmento.

Con información de Infobae

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