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Eduardo Laura

El médico bahiense que lucha por un registro de cáncer con fines preventivos

Recientemente distinguido, junto a otros profesionales, como miembro honorario de la Asociación Médica de Bahía Blanca (AMBB), el doctor Eduardo Laura fundó el Registro Regional de Tumores del Sur, pieza clave para conocer la incidencia de la enfermedad a nivel mundial. La ley que lo ampara no se cumple.

Eduardo Laura muestra su reciente diploma como miembro honorario de la AMBB

Cecilia Corradetti / [email protected] / La Brújula24

El doctor Eduardo Laura, de extensa trayectoria como cirujano y fundador del Registro Regional de Tumores del Sur de la provincia de Buenos Aires, elemento clave de cualquier programa de control de cáncer, continúa luchando por la implementación de la ley que ampara el funcionamiento de estos registros.

Recientemente distinguido como miembro honorario de la Asociación Médica de Bahía Blanca (AMBB), indicó a La Brújula 24 la importancia de retomar un registro trascendente, teniendo en cuenta que esos datos permiten evaluar y monitorear cómo evolucionan los distintos tipos de cáncer, más aún en estos tiempos donde la utilización de fertilizantes y las consecuencias de industrias generan contaminaciones nocivas.

Miembro de la comisión directiva de la Asociación Internacional de Registros de Cáncer de la OMS como representante de América del Sur y América Central, en el período de 2006 a 2010, elaboró en 2009 junto a representantes de 17 países un consenso denominado “Recomendaciones de Brasilia”, reunión organizada por la Oficina Sanitaria Panamericana.

Entre 2013 y 2015 elaboró el borrador de la actual Ley provincial 14.733 sobre registración de cáncer basándose en las leyes vigentes en Noruega, Finlandia, Alemania, Israel y provincia de Mendoza. Fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras y promulgada en julio de 2015, pero no se cumplen aún.

“Algo importante como el Registro Regional de Tumores del Sur de la provincia de Buenos Aires está totalmente desatendido y no se cumple con la Ley Provincial 14.733 que fue aprobada por unanimidad por ambas cámaras y promulgada en julio de 2015, ni con la Ley 11404/93 que declaró al Registro de interés provincial.

Tampoco se cumple con las ordenanzas municipales correspondientes”, dijo Laura.

Eduardo Laura junto a otros miembros de la Asociación Internacional de Registros de Cáncer de la OMS, como representante de América del Sur y América Central

–¿Cómo fueron los inicios del registro que creó usted hace 30 años?

–En Argentina, si bien hubo proyectos de registro, no perduraron. Nosotros comenzamos con apoyo de las voluntarias de LALCEC y de la Asociación Argentina de Prevención y Educación del Cáncer (AAPEC), ONG creada también por nosotros en 1986 y que funcionó hasta 2018. Contamos a partir de 1992 con apoyos financieros de la OMS. A partir de 2004 se formalizaron convenios entre AAPEC y la Municipalidad de Bahía Blanca que permitió abonarles adecuadamente a los registradores su tarea. A partir de 2010 se sumó a otro convenio con el departamento de Medicina de la UNS y el municipio comprometió fondos para becarios, es decir, estudiantes de Medicina de años avanzados.

–El registro fue importante ya que en 2002 fue incluido en la publicación quinquenal de la OMS Cancer Incidence in 5 Continents, siendo el único de Argentina en varias ocasiones.

–En la gestión del doctor Diego Palomo como secretario de Salud y dos de las empleadas, es decir, las registradoras, fueron pasadas a la planta municipal, pero poco tiempo después una de ellas renunció y luego también Palomo, de modo que no hubo empleados para tal fin. El municipio podría haber continuado aportando, pero a pesar de múltiples intentos de reunirnos con el entonces intendente, Héctor Gay, nunca fuimos recibidos.

Ni siquiera contestó la carta- documento que le hicimos llegar desde AAPEC. Es posible que esa actitud de Gay haya estado influenciada por el éxito de la Ley 14.733 que, presentada por el diputado Marcelo Feliú (PJ), fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras en 2015. Un par de años antes yo personalmente le entregué a Gay el proyecto de ley que había elaborado en base a leyes de otros países desarrollados. Lo que ocurrió, supongo, es que siendo oposición no había podido durante más de un año lograr su aprobación, algo que después sí consiguió Feliú. Tras ganar Gay expresó su molestia hacia nosotros no contestando los pedidos para salvar la continuidad del registro. La ley vigente, claramente, habla de la necesidad de que se cumpla.

La entrega del diploma como miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirujanos, 1974

–¿Qué sucedió después?

— Como los ex becarios se ofrecieron a continuar buscando los datos ad honorem, el Registro volvió a su sede original del Hospital Penna contando con la buena voluntad de la registradora Cynthia di Martini, a quien AAPEC podía remunerar insuficientemente su tarea. Finalmente, los registradores se fueron recibiendo de médicos, por lo que, dadas sus obligaciones, no pudieron continuar con su tarea. Por otra parte, se sumó la pandemia.

    –¿Dejó entonces de funcionar el Registro?

    –Sí, después de algo más de 30 años el Registro dejó de funcionar. Es oportuno aclarar que ante la falta de respuesta del gobierno municipal nos dirigimos, acompañados por los cuatro becarios, al Concejo Deliberante donde explicamos la situación. Nos dijeron que el Municipio iba a crear un observatorio del cáncer. Trataron de plagiar el libro que durante cuatro años habíamos elaborado con el apoyo de otros registros de base poblacional de nuestro país, algo que no lograron ya que los denunciamos ante el Ministerio de Salud de la Nación. Ya transcurrieron más de seis años desde que anunciaron el observatorio y la realidad es que no existe. Creo que el tema se simplificaría grandemente si se reglamentara adecuadamente la Ley Provincial 14.733 sobre Registración de Cáncer.

    –¿Qué dice esa ley?

    –El borrador fue redactado con base en la legislación de Finlandia y principalmente Noruega: son muy sencillas, pasan a los médicos y profesionales que diagnostican un cáncer la obligación de enviar los datos, incluyendo los filiatorios, al Registro de Cáncer, guardando estricta confidencialidad. Así también son las leyes de Alemania e Israel que también hice traducir. Por incumplimiento hay penas económicas importantes y todos cumplen. De ese modo, el Registro de Cáncer recibe la información en forma totalmente confidencial y no hay que enviar registradores a cada hospital, clínica, laboratorio de patología, etc., hecho que ocasiona costos. La ley fue aprobada en ambas cámaras por unanimidad, pero le sacaron el artículo que se refería a la multa.

    Eduardo Laura en una de las tantas presentaciones por la falta de apoyo del registro de cáncer

    –¿Cuál es su conclusión?

    –Es imprescindible reglamentar la ley y que se cumpla. Por supuesto, como hicimos con la legislación de Ambientes Libres de Humo tiene que haber un período de comunicación a los directores de hospitales, clínicas, laboratorios y responsables de Registros de las Personas para lograr cooperación y que no haya, en lo posible, sanciones.

    Distinción en la AMBB

    En el salón de actos que la Asociación Médica posee en Gorriti 770 se llevó a cabo la distinción para ocho profesionales.

    Además de Laura, fueron nombrados miembros honorarios los doctores Osvaldo Lambert, Leónicas Souza, Franco Ambrosetto, Roberto Baroni, Graciano Perruccio y Juan Nocetti.

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