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No apto vegetarianos: buscan que se apruebe el consumo de insectos en la Argentina

Debido a su gran aporte nutricional, distintos organismos de tecnología alimentaria buscan introducir el consumo de insectos en la alimentación argentina.

En un esfuerzo por abordar la creciente preocupación sobre la escasez de alimentos en un futuro próximo, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) han estado trabajando incansablemente en la búsqueda de alternativas alimenticias que sean beneficiosas para la sociedad. Una de sus más recientes innovaciones es la creación de budines, panes y pastas elaborados a partir de grillo en polvo.

A pesar de las controversias que rodean el consumo de insectos, el INTA realizó una encuesta que reveló un dato sorprendente: el 60% de la población estaría dispuesta a considerar este tipo de alimento como una opción viable.

Estos novedosos productos se han vuelto posibles gracias al alto valor nutricional que aporta el grillo en polvo, un ingrediente obtenido a partir de diversas instalaciones de cría de insectos que están ganando cada vez más interés en el sector agropecuario de Argentina y en otras partes del mundo. A pesar de que están regulados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), la producción y comercialización de insectos y sus derivados aún no ha sido aprobada para consumo humano.

Es importante destacar que el INTA y el INTI no son las únicas instituciones que están explorando esta nueva fuente de alimento. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) también está promoviendo la inclusión de insectos en las dietas como una de las muchas formas de abordar la seguridad alimentaria y la producción de alimentos.

En el contexto argentino, la regulación sobre el consumo de insectos sigue siendo un tema pendiente. Esto implica la necesidad de determinar qué tipos de insectos pueden ser consumidos y en qué formatos (congelados, deshidratados o en polvo). A pesar de estos desafíos, el SENASA ha habilitado una categoría llamada “producción de insectos para consumo” en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RNSPA).

La Cámara Argentina de Productores de Insectos para Consumo Humano y Animal (CAPICHA), una entidad conformada por seis pequeñas empresas argentinas, también está impulsando una regulación que permita la categorización de estos insumos para el desarrollo de productos seguros y adecuados, tanto para el consumo humano como para la alimentación animal. A medida que avanzan en su investigación y desarrollo, INTA e INTI continúan explorando nuevas formas de enfrentar los desafíos alimenticios del futuro.

Con informción de Ámtito.com

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