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PROHIBIDO OLVIDAR

A cuatro años del hundimiento del submarino, las heridas no cierran

“Si me va a pasar algo, va a ser durmiendo o en la calle…”, expresó el submarinista chaqueño Celso Oscar Vallejos.

El suboficial segundo sonarista de 38 años nacido en Resistencia, uno de “los 44” que murió por la implosión a bordo del ARA San Juan, le dijo eso a su mamá, Zulma, sin imaginarse lo que le iba a ocurrir algunos años después.

La mujer se abrazó vanamente a la esperanza de la aparición con vida de su hijo, otros 42 hombres y una mujer.

Han pasado cuatro años y la búsqueda cambió, pasó a ser de una justicia que aún no llega.

Vallejos prácticamente nació en la cubierta de un buque de la Armada, según contó su madre a LA BRÚJULA 24.

Desde muy chico acompañó a su padre, el veterano de Malvinas Oscar Vallejos, a cumplir con las guardias en la Base Naval Puerto Belgrano.

Tenía apenas 5 años y un destino marcado…

Celso Oscar Vallejos, uno de los tripulantes del San Juan, fue recordado por su mamá Zulma en diálogo con LA BRÚJULA 24.

SIGUIENDO VOCACIONES

La familia Vallejos se mudó en 1984 a Punta Alta, desde Chaco, siguiendo la vocación del papá de Celso Oscar, apenas dos años después de volver de Malvinas.

En 1994 hubo una segunda mudanza, a Mar del Plata, destino definitivo para el matrimonio y sus hijos Celso Oscar, Marta y Malvina.

La Base marplatense fue el imán que terminó de “atrapar” la vocación del joven chaqueño.

Allí está el apostadero de los submarinos donde amarraba el San Juan.

Los Vallejos, padre e hijo, unidos genéticamente por la misma vocación: la Armada Argentina.

MÁS DUDAS QUE CERTEZAS

En los años posteriores a la tragedia, Zulma tuvo un recorrido de recurrentes frustraciones. Ni las fotos que vio del San Juan siniestrado, la dejaron satisfecha.

“De la mitad hacia atrás está explotado y quedó como una mariposa. Se ve achicharrado. Apareció un saco de un oficial, un mameluco, un cajón de manzanas y un bolso ¿y las otras cosas?”, señaló oportunamente.

La mamá del submarinista chaqueño estuvo días enteros sin comer; vivió medio año en la Base y pasó 52 días en Plaza de Mayo. “No voy a descansar hasta tener una respuesta, aunque no sé si algún día me la van a dar”, dijo oportunamente.

Además de padres y madres que murieron con interrogantes sin responder, hay decenas de hijos e hijas –en el caso de Celso Oscar, dos mujeres y un varón concebidos con Paola- que crecen mirando a sus papás en fotos, escuchando anécdotas y yendo a homenajes.

“Cuando él ingresó a ser submarinista había pasado el hundimiento del sumergible ruso. Él me decía ‘si me va a pasar algo, va a ser durmiendo o en la calle’…”, recordó Zulma.

Celso Oscar Vallejos, el sonarista que formaba parte de “los 44”.

“MIRADAS HACIA EL MAR”

Zulma Vallejos atendió el llamado de LA BRÚJULA 24. Con total predisposición, la mamá del sonarista contó que mantiene el principal reclamo. “Queremos saber la verdad y que los responsables, si tienen que ir presos, vayan”, señaló.

Ni el “infalible” instinto de mamá le permite entender las causas de la tragedia.

“Mi hijo jamás contó que andaba algo mal, o que podía salir mal. No sé si le dijo a su papá (Celso Vallejos, quien sostenía que su hijo había salido a navegar y ‘tenía que volver’), que murió el 23 de enero del 2020 (sufría cáncer de páncreas) al no saber cómo sobrellevar el dolor”, manifestó.

“En Argentina la justicia es muy lenta ¿cómo hacemos para seguir si no sabemos lo que pasó?”, cuestionó.

Zulma no guardó lágrimas ni ruegos mientras soñaba con el San Juan echando amarras en la Base marplatense. “Hasta el 27 de noviembre, la fecha de llegada, miraba el mar y esperaba al submarino”, indicó.

Guillermo Tibaldi visitó escuelas, jardines e institutos durante el recorrido con el que unió el muelle marplatense y el Aconcagua.

Misión: homenaje a “los 44”

Guillermo Tibaldi es Capitán de Navío y submarinista retirado de la Armada.

En 1997 y por los siguientes seis años estuvo en el San Juan, la tercera parte de ese tiempo como comandante.

Cuando supo que se había perdido contacto con el navío, presintió lo peor.

Durante los primeros días de búsqueda, lo invitaron a ir a la Base para acompañar a los familiares, pero no fue. No estaba anímicamente apto para colaborar, dijo.

Tibaldi se sumó al pedido de justicia, pero no se quedó en eso.

Inició su propia cruzada para honrar a “los 44”, hizo docencia e impulsó la creación de un espacio público donde poder rendir tributo a los tripulantes.

Se valió de su condición de atleta para unir los 1600 kilómetros que separan el Muelle Auxiliar de la Armada, el último lugar desde donde zarpó el San Juan, con la cima del Aconcagua, de 6962 metros.

“Por un amigo supe el 15 de noviembre de 2017 que se perdió contacto y empecé mi duelo; tenía pocas esperanzas”, expresó Tibaldi a LA BRÚJULA 24.

“Sufrí a ‘expertos’ en submarinos que aparecieron diciendo barbaridades, confundiendo a los familiares. Eso me dejó una astilla clavada”, indicó.

Guillermo Tibaldi (primero, de cabellos canosos) a bordo del sumergible y acompañado por un grupo de buzos tácticos.

“NO SE SABE POR QUÉ”

“Qué le pasó al submarino se sabe; lo que no se sabe es por qué”, advirtió Tibaldi, y se explayó: “El submarino perdió plano, superó su profundidad operativa que son 350 metros y llegó a la profundidad de implosión, de 600 metros, donde se aplasta y se va al fondo”.

Descartó la hipótesis de un ataque con misiles y, mucho menos, “con torpedos”.

“El submarino es un casco resistente de acero cerrado con una soldadura naval muy precaria. Cualquier explosión que tenga a esa profundidad, las escotillas, el mástil, caerían a 904 metros dispersas entre sí, y eso no sucedió”, aclaró.

Rescató la principal cualidad del sumergible como “arma de defensa estratégica”.

“Cualquier flota teme a un submarino. Argentina necesita submarinos y tengo el comentario que están tratando de incorporar. Hoy el único es el Salta, pero no está operativo”, mencionó.

Guillermo Tibaldi al hacer cumbre en el Aconcagua, desplegando la bandera que recuerda a los tripulantes del San Juan.

“ME TIRABA AL MAR Y PENSABA EN ELLOS”

Mereció la portada de todos los medios la cruzada de Guillermo Tibaldi en homenaje a “los 44”.

Mientras entrenaba en Mar del Plata, dijo el triatleta, no pensaba en otra cosa que no fuese el submarino.

“Uní corriendo o caminando el muelle con el Aconcagua. La expedición tenía otros objetivos: di catorce charlas, tanto en jardines como en institutos terciarios sobre la vida del submarinista, qué es un submarino y la importancia de resguardar los intereses marítimos, y en todos lados fui muy bien recibido”, dijo.

El tercer objetivo puntualizó, era emplazar en Mar del Plata un memorial.

La inauguración se realizó en el marco de un nuevo aniversario de la última zarpada del San Juan. Se colocó una placa con los nombres y la jerarquía post mortem que convalidó el actual presidente de la Nación.

“Desde los más duros, hasta los que están cerca de la resignación o de la comprensión que eran militares y cumplían con una misión, todos los familiares saben que no tuve interés político ni de otra índole. Saldé la deuda que sentía que tenía, de dejar algo a mis camaradas y sus familiares”, culminó.

“Los 44” y un reconocimiento eterno.

LA CRONOLOGÍA DEL ACORAZADO

Con 44 tripulantes, el submarino desapareció a las 7.30 (hora local) el 15 de noviembre de 2017, de regreso a Mar del Plata tras participar en ejercicios militares en el Canal del Beagle. El capitán dio cuenta de una avería en el sistema de baterías que pudo ser solucionada a 240 millas náuticas (432 kilómetros) de la costa, a la altura del Golfo San Jorge.

-16 de noviembre: ante la falta de comunicación con el navío, que debía reportarse dos veces al día, la Armada comenzó la búsqueda por mar y aire.

-17 de noviembre: se inició el protocolo de búsqueda y rescate, con ayuda de otros países.

-23 de noviembre: la Armada informó que el 15 de noviembre se registró un evento violento consistente con una explosión en la zona donde navegaba el submarino.

-27 de noviembre: trascendió que el submarino reportó en su última comunicación un “principio de incendio” por un cortocircuito por la entrada de agua en el sector de baterías.

-30 de noviembre: finalizó el operativo de búsqueda.

-5 de diciembre: reconoció el Gobierno, a partir de un informe de la Marina, la muerte de “los 44” (seis de ellos buzos tácticos).

-24 de diciembre: familiares pasaron Navidad en la Base Mar del Plata.

-27 de junio: familiares se encadenaron frente a la Casa de Gobierno pidiendo el reinicio de la búsqueda.

-17 de agosto: se contrata a la empresa estadounidense Ocean Infinity.

-17 de noviembre: el submarino fue hallado por el Ocean Infinity a 800 metros de profundidad.

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