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es de punta alta

Estuvo en terapia intensiva por coronavirus y cuenta su historia

El impacto que produce un contagio de Coronavirus en la vida de una persona puede ser difícil de comprender. En una descripción de algunos minutos, Hugo Bini, estilista profesional de Punta Alta, contó su experiencia. El diagnóstico, su permanencia en terapia intensiva, la aplicación de plasma y la valoración del personal de salud fueron abordados.

Tal como refleja el portal El Rosalenio, a su esposa le había dado positivo un test y cursaba un simple resfrío. Ellos dos, únicos ocupantes de la vivienda, estaban aislados. Al pasar unos días, Hugo comenzó con pequeños episodios de tos que llamaron la atención de Claudia. Fue por eso que realizaron una consulta y les recomendaron atención profesional, iniciándose así una cadena de situaciones impensadas.

“Voy al hospital y me diagnostican neumonía y a partir de ese momento comienza mi historia, que nunca imaginé. Me llevan al hospital de Empleados de Comercio, en Bahía Blanca, con excelente atención. Veía que los profesionales corrían para todos lados, el personal vestido con friselina azul, máscaras, antiparras, barbijos gorros, doble guantes, botas. Yo sin síntomas, solo con una tos tipo nerviosa, nada grave ni preocupante. En esas condiciones entro en emergencia. En el ascensor me dicen que voy a Terapia Intensiva y quedé todo conectado, internado en una habitación, solo, en zona Covid”, relató.


Al ser consultado sobre los síntomas en el progreso de los días, indicó: “Estuve totalmente lúcido durante los 15 días, el único dolor que tuve fue cuando me colocaron la sonda. Nunca tuve los síntomas que se hablan”. “Los análisis me los hacían extrayendo sangre de las arterias, ahí los médicos comprueban como va manejándose el virus. Pasé de un cuadro de neumonía, a tener una bacteria de hospital, el tercero dio infección en la piel, y luego otra vez neumonía. El bicho fue haciendo estragos en mi cuerpo. En un momento, mi cuadro era muy delicado, pasé a crítico y finalmente a que me quedaban horas de vida, pero yo, totalmente lúcido”

Acerca de la soledad de la internación en zona Covid agregó: “En la habitación no entra nadie, estás solo, hasta que el paciente no se ponga el barbijo, el profesional no ingresa. Entran golpeando la puerta, pidiendo permiso, lo mismo que a la salida, cuando están afuera descartan la ropa en unas bolsas con precintos, y en otro sector, con atomizadores muy grandes pulverizan a la persona que entró porque yo estaba contaminado. Cuando caés, no estás solo, hay un montón de personas, te cuidan los médicos, los enfermeros, el personal de limpieza. Te cuidan, estas personas se arriesgan, tienen nada más que un sueldo y se arriesgan por gente que no conocen, y que quizá no van a ver nunca más, muchos de ellos son sostén de familia”.

A la repregunta sobre la ausencia de síntomas y la gravedad de salud recordó un diálogo en especial: “Unos de los días una doctora me dijo, estás a dos días del respirador, pero hay un colega que está peleando en La Plata para que te apliquen plasma. Pero había un detalle que no era menor, me hicieron cuatro test de distintos laboratorios, los cuatro me dieron negativos. O sea yo seguía siendo Covid por todo lo que me estaba haciendo este bichito, pero a mí me daba negativo”.

“Imagínate que un médico allá (En La Plata) estaba contándole a otros lo mal que estaba, y que necesitaba plasma, pero con hisopados negativos. La peleó tanto que me aplicaron el plasma, siendo esa la tercera vez que lo hacían, en ese hospital. Luego me enteré de las chances, lo hablaron conmigo y supe que había dos probabilidades, vivir o morir. Aprendí que el plasma no es la solución, sino no estarían luchando por una vacuna”.
Y al ser consultado sobre si en algún momento pensó en perder la vida, respondió: “No, porque no tenía síntomas, por supuesto lloré mucho, llorás de impotencia, de estar solo, de haber dejado la familia. Me fui a hacer una radiografía y terminé en ambulancia y terapia”.

“Hay que concientizarse, yo ocupé una cama 15 días, imagínate si entra mucha gente, si todos los días se enferman cinco, seis personas. Tenemos que cumplir con las tres reglas básicas, distanciamiento social, tapaboca e higiene de manos. Con eso tenes ganada parte de la batalla”
Luego de su alta hospitalaria regresó a su domicilio para la recuperación final. El primer martes de setiembre reinicia su actividad comercial: “Espero que la gente sepa entender que los que tuvimos Covid, no estamos desparramando, al contrario. Agradezco a toda la gente que se preocupó por mí, por su energía y sus oraciones.

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